sábado, 12 de febrero de 2011

El libro del bufón







Das Narrenbuch
El libro del bufón

HUMANO DEMASIADO HUMANO
Friedrich Nietzsche







¡Nada de disculpas! ¡Nada de perdón!
¡Prestad, vosotros, alegres, libres de corazón,
a este libro irrazonable
oído, corazón y cobijo!
¡Creedme, amigos, no como maldición
fue mi sinrazón!

Lo que yo encuentro, lo que yo busco,
¿estuvo jamás en libro alguno?
¡Honrad en mi a la estirpe de los bufones!
¡Aprended de este libro del bufón
cómo la razón entra "en razón"!

Por tanto, amigos, ¿que así sea?
¡Amén! ¡Y hasta más ver!

4 comentarios:

  1. ¡Solo bufón! ¡Solo poeta! Sin duda la filosofía de Nietzsche se desgrana en versos valientes, desgarrados, quemantes. Pura lírica en ocasiones, son los escritos de este extraordinario pensador.
    Y es que sin poesía, sin simbolismo, sin metáforas difícilmente se va más allá del pesnamiento establecido, y esto es lo que pretendría Nietzsche romper los cánones de la moral y la verdad establecidas.

    ¡Ah!, Francesc, ello me recuerda la verdad de la que hablábamos ayer: "con la carga pesada de los sentimientos no levantamos el vuelo", el dogmatismo que ha hecho verdades de la verdad que se ha inventado el Hombre, de tanto repetirla, ella misma ha devenido pesada losa y tradición inexpugnable como el muro de un templo.

    Y es que la filosofía de Nietzsche supone una ruptura absoluta con los valores vigentes en occidente desde el cristianismo. Valiente, sí.
    Tachado de loco, también, es la única salida para no enfrentar unos postulados tan críticos, tan novedosos, tan fundamentados.

    Sí, sí, tan poéticos también. Cuando se habla de algo nuevo, aun no se ha creado el lenguaje que lo exprese, solo los poetas lo vislumbra en sus símbolos, aquí entra el loco, el bufón.
    En realidad el lenguaje metáforido anida en la Biblia y el peso de nuestro filósofo es tan contundente como esta, la manera de contestarla es también a través de sus propias parábolas.

    Esta idea de que el mundo llega hasta donde llega el lenguaje la recoge Wittgenstein. Nietzsche ya le había hecho frente con su creación poética, y por ella repudiado por loco.

    Que hable pues el bufón y se enfrente a las verdades como postulados, cuya base es la Nada.
    ¿Seremos capaces de escucharlo?

    Bueno, Francesc, yo lo leo contigo y gracias por compartirlo.

    Me ha gustado mucho que rescates al amado filósofo.
    Besazos. Salud.

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  2. Sí, querida Elena, que hable Nietzsche el bufón valiente, porque se enfrenta a las verdades que descansan sobre pies de barro, porque nos enseña cual es la sustancia de los sentimientos.
    Coincido con el alemán cuando en la Gaya Ciencia nos dice que determinados logros artísticos o intelectuales son debidos a condiciones físicas favorables y que no tienen nada que ver con la ciencia infusa, con el espíritu excelso o con la moral.
    Nietzsche relaciona los vientos calientes y húmedos con la predisposición a la música y al placer inventivo y se pregunta si no deben ser estos vientos los que llenan las iglesias y dan a las mujeres ideas de amor.
    Nietzsche explica los hechos sentimentales, ideológicos o intelectuales a partir de las causas físicas primarias que aparecen en el momento más inesperado, da a la fisiología un papel determinante y no duda en relacionar la oscuridad y pesadez de un texto con el funcionamiento del aparato digestivo del autor, ni el cariz pesimista de una reflexión con la mala calidad del aire del lugar en que fue concebida, ni la vileza de una acción con el mal funcionamiento de una víscera.
    Yo creo, querida Elena Clásica, que el cuerpo es el único que nos puede instruir sobre el estado de nuestra personalidad profunda y la separación entre cuerpo y alma es algo que siempre me ha olido a engaño interesado.
    Creo que cuando dejo de dar crédito a la conciencia y atiendo al cuerpo, cuidándolo, es cuado interpreto mejor la realidad.
    El arte y la poesía funcionan muy bien sobre unos esquíes que se deslizan sobre las nieves heladas o bajo la sombra de un pino junto al mar, degustando unas anchoas con pan con tomate, o unas gambitas al ajillo. Por cierto, el bacalao al pil-pil es una razón para vivir.
    Dejémonos de sentimientos enlagrimados de cebolla y claros de luna que aún continúan iluminando las caritas monas de las jovencitas con acné. Aquellos claros de luna que los dadaistas no consiguieron asesinar.

    Salud

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  3. Qué acertado estás en tu razonamiento, Francesc. Cuerpo y alma (o espíritu, en un sector de la filosofía, o mejor mente, en el libre pensamiento del hombre libre) son invariables partes del todo, esa unicidad que somos. La mente, en tanto parte corpórea también, viene a romper esa secular dicotomía que tan bien ha servido a distintas facciones. En todo caso, y sin duda Nietzsche lo sabía, el hombre no necesita más enemigos de los que ya tiene.

    Un abrazo.

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  4. Javier, presiento una perversión en estas doctrinas que hablan de cuerpo y alma como de dos entes distintos.
    Salud

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