Karl Horst Hödick
Reclamo la vulgaridad más que la exclusividad.
Aspiro a ser el mejor de los mediocres.
Prefiero el huevo frito a la meditación transcendental. Mejor el chiringuito de playa que las mansiones exclusivas.
Aprecio todo aquello que vemos, tocamos, olemos y comemos.
Aunque los espíritus discutan con los fantasmas sobre ello, estoy convencido que no existe el sabor ni el olor de la mística.
Reivindico el materialismo más que el espiritualismo. Digo NO a la superstición y a la magia.
Quiero la técnica en su más alto grado de consciencia. Aplaudo la técnica de la construcción, la rueda, el fuego, las operaciones quirúrgicas, la cesárea, la calefacción y los transportes mecanizados ¡Cuánto les tenemos que agradecer!