Biblioteca Geisel de la Universidad de San Diego, en La Jolla (EEUU)
El brutalismo es un estilo arquitectónico que surgió a finales de los años cincuenta del siglo XX. Algunos afirman que su denominación hace referencia a los elementos de obra bruta, en concreto al hormigón en bruto, al béton brut como decía Le Corbusier. El caso es que, a partir de ahí, fue el crítico inglés Reyner Banham quien acuñó el término de brutalismo.
Otros
opinamos que el brutalismo se refiere a la forma arquitectónica y no al tipo de materiales
utilizados. Los materiales en “bruto” se han utilizado a lo largo de la
historia, los castillos medievales utilizaban mampostería de piedra en bruto,
incluso vemos pedruscos en bruto en los palacios florentinos y a nadie se le
ocurre decir que aquello es una arquitectura brutalista.
Walden 7, Sant Just Desvern (Barcelona). Ricardo Bofill Levi
El
estilo brutalista se refiere sin duda a la arquitectura proyectada con voluntad
de brutalidad. Los espacios proyectados suelen ser desaforados, las
proporciones son brutales, me refiero a la animalidad del término.
La arquitectura brutalista no atiende a la proporción de la parte con el todo, cada elemento expresa la brutalidad a su aire. Unos volúmenes son manifiestamente expresionistas y cabalgan sobre otros que también lo son pero que expresan otras cosas y todos ellos con voluntad de implantar su ferocidad en el espacio.
Cine abandonado en
Sandakan, Sabah
Algunos
arquitectos brutalistas quisieron cargar sus proyectos con un lastre
ideológico, quizás un cierto grado de frustración ante los postulados del Movimiento
Moderno. Cuestionaron el racionalismo y propusieron otro valiéndose de los
materiales “en bruto”.
Alison y Peter Smithson (unos de los padres del
brutalismo) utilizaron estructuras vistas de acero y ladrillo, pero esto
tampoco era ninguna novedad, se habían utilizado desde Viollet le Duc hasta el
modernismo. La influencia de los Alison fue teórica y su obra fue escasa.
Kirche Zur Heiligsten Dreifaltigkeit. Viena
Teatro Teresa Carreño, Caracas. Arqs. Tomás Lugo Marcano, Jesús Sandoval y Dietrich Kunckel
Robarts Library. Toronto. Canadá
Continuación de las obras de la Sagrada Familia
Si he traído el ejemplo de la continuación de las obras del templo de la Sagrada es porque creo que ahí se reúnen todos los ingredientes de brutalidad y desproporción que caracterizan el estilo brutalista, así como el uso del material en bruto y además un uso fraudulento de los mismos, por ejemplo, elementos de hormigón que imitan la piedra, bóvedas con atirantados escondidos, estructuras que trabajan a tracción impropias del estilo original, etc. Un desaguisado conceptual, brutal y material.
Me falta base para opinar como arquitecto, no lo soy, pero creo que si la tengo para hacerlo como ciudadano.
ResponderEliminarAquello lo han convertido en el castillo de Blancanieves, foco de atracción y máquina de hacer billetes a 17'50 la entrada con derecho a ver el pasadis de la bruixa.
Todo un negocio.
Salut
Miquel, si te refieres a la obra de la Sagrada Familia, convendrás que allí todo es desproporción.
EliminarSalud
A ello me refiero
EliminarSalut ¡
Perdona,pero el edificio Walden 7 pertenece a San Just Desvern
ResponderEliminarRectifico
EliminarDe lo que se deduce que el brutalismo es francamente bruto y demoledor en sí mismo. Esa ocupación del espacio como si hubiera caído un meteorito es la imagen que se me ocurre. Tu información es interesante, aprendo de ella. De la Sagrada Familia decir que se reclama de la espectacularidad de una catedral pero ahora no son los tiempos de las catedrales, donde por sí mismas estas inventaban y descubrían formas y estilos y además eran acompañadas de una devoción popular en parte y de una presuntuosidad soberana de las incipientes burguesías, las noblezas y el alto clero. Pero en esta visión el templo de Barcelona no recaba ya credos ni fes ni burguesías. Entonces ¿quién ha estado alentando artificialmente la continuación del templo?
ResponderEliminarLa respuesta es muy sencilla, amigo Fackel, quien ha alentado y promovido la construcción descontrolada de la Sagrada Familia es el negocio turístico.
EliminarSaludos
Hola, Francesc.
EliminarMás que interesantes tus apreciaciones sobre el brutalismo, y sobre todo esas obras en la Sagrada... significativo que el criterio de estas obras sea eminentemente comercial, es la pobreza cultural y espiritual de nuestros tiempos.
Salud, amigo Francesc.
Amigo Paco, el brutalismo irrumpió con fuerza a finales de los años cincuenta del siglo XX, al principio era una solo una propuesta teórica que más adelante se desarrolló en la década de los setenta. Se construyeron obras brutalistas que parecían fracturar el paisaje urbano. No se integraban en el conjunto de las ciudades y se mostraban ufanas de su desproporción.
EliminarAhora parece que algunos se empeñan con mantener esta brutalidad que, a mi entender, solo obedece a intereses extra-arquitectónicos.
La continuación de las obras de la Sagrada Familia puede ser un ejemplo de esta agresión estética.
Saludos
¡Cómo me gusta aprender contigo!
ResponderEliminarQué fuerte y certero eso de "con voluntad de implantar su ferocidad en el espacio" quien sabe, quizás también con afán de contrarestar un complejo de inferioridad 😏 en las personas que crearon ests brutal brutalidad.
Un abrazo
Amiga Myriam, el concepto de brutalismo como construcción con materiales en bruto decayó muy pronto. Lo que ocurrió seguidamente es que se consideraron arquitecturas brutalistas aquellas que proponían volúmenes desproporcionados y feroces. Probablemente la psicología hablaría, como tú dices, de un complejo de inferioridad, yo, como no entiendo de psicologías, me limito a constatar la ferocidad de una arquitectura agresiva.
EliminarAbrazos
Hay brutalismo, brutalidad y barbaridades en este mundo arquitectónico. He de reconocer que la apreciación de cada uno varía según los gustos estéticos. Y el edificio de la Sagrada Familia es un ejemplo de ello, pues tiene defensores entusiastas y críticos acérrimos.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, el brutalidad y la barbarie no cesan, imponen su estética que casi siempre es la expresión de una ética brutal y bárbara.
EliminarSaludos
¡Qué interesante tema has tocado!, el del brutalismo, y nada mejor para hacerlo que adjuntar unas imágenes del crecimiento brutal que está registrando tan sagrado templo, con ese pastiche infame de conceptos diversos. Casi nadie conoce hasta dónde va a llegar en altura y volumen (los arquitectos que dirigen ese espanto, se supone que lo saben), pero da igual: vienen (o venían) turistas. Hace tiempo que no paso por allí al lado, porque me abruma mucho la presencia de esa mole infecta, y todo lo que la rodea ni te cuento; el interior dicen que está bien, pero no he entrado y tardaré en hacerlo, o sea que no lo sé. Yo, puestos a escoger, me quedo con el interior de la iglesia del Pino, por ejemplo, una tranquila muestra del gótico catalán o, incluso, con Santa María del Mar, espléndida. Soy persona de gustos sencillos, y lo más popular de Gaudí no se encuentra entre mis favoritos. Pido disculpas.
ResponderEliminarEn cuanto al resto de imágenes, has hecho bien en no adjuntar la de las "Torres Blancas" de Sáenz de Oíza, como se suele encontrar cuando uno teclea "brutalismo en Espña", tal como acabo de hacer. No se merece ser equiparada con ciertos monstruos arquitectónicos, de los que das cumplida muestra. Una buena entrada, Francesc; algún día retomaré ese hilo.
Amigo GranUribe, la continuación de las obras de la Sagrada Familia es un despropósito, es como una barraca: se contruye sin un proyecto de previo y sin licencia de obras. Aquello es un cúmulo de piedras y de imitaciones de piedra y, en el mejor de los casos, una petrificación de ciertos ejercicios de geometría descriptiva.
EliminarLas Torres Blancas de Sáenz de Oíza no las califico de arquitectura brutalista, veo en ellas unos elementos proporcionados y un buen conocimiento de la construcción como generador de composición.
Te animo a que retomes ese hilo.
Saludos
Hola, Francesc.
ResponderEliminarMás que interesantes esas apreciaciones a cerca del brutalismo, y sobre todo esas obras en la Sagrada, es significativo que se basen en criterios comerciales, para atraer el dinero de los turistas... Vivimos tiempos de pobreza cultural y espiritual, amigo Francesc.
Salud.
Amigo Paco, la arquitectura como todas las artes, es una expresión del signo de los tiempos. Hoy parece que la creación arquitectónica se hace eco de la pobreza cultural que invade las instituciones.
EliminarSalud
Gracias, Francesc, por tomarte tu tiempo en contestarme de nuevo a un comentario casi idéntico... Pensaba que el primero se me había volatilizado (cosas del móvil) y escribí de nuevo.
ResponderEliminarQue tengas un buen final de semana.
Ya se que no viene mucho a cuento, pero la palabra "bruto" en latín significa estúpido, idiota... Eso viene a que un tal Lucio Junio Bruto fingiéndose idiota se libró de las iras del último rey de Roma un tal Lucio Tarquinio alias "el Soberbio". Posteriormente fue uno de los fundadores de la República e instauró una dinastía que duró siglos en la vida social y política de Roma. Uno de sus descendientes era el "Bruto" que dicen fue uno de los asesinos de César. Puede que a raíz de este último acto el significado de BRuto pasó de ser "un discapacitado mental" a ser un "animal violento y desproporcionado". En mi opinión hay una fina línea entre la originalidad bien llevada, elegante, proporcionada y agradable a la vista y ese barroquismo que más que decorar, amontona cosas hasta hacer temblar la estructura y el buen gusto. Eso de imitar la piedra con hormigón, pues no se, es como un hombre llevar un reloj dorado y brillante, no lo veo de buen gusto, en mi opinión. Aunque, quizás, la línea no es tan fina, no se.
ResponderEliminarUn saludo
Sí, Llamadme Daniel, como dices bruto significa estúpido, idiota... algo cercano a la animalidad. Este calificativo y con este sentido es el que utilizamos comúnmente para designar este tipo de arquitectura, desproporcionada que se levanta de forma engreída sobre el entorno. Inicialmente el término "brutalismo" se refería a los materiales utilizados en bruto, es decir sin tratamiento.
EliminarAgradezco tu comentario.
Saludo
Bienvenido, Francesc.
ResponderEliminarMe encantaría opinar, pero me falta mucho conocimiento para aportar. De todas maneras un cordial saludo.
Un abrazo.
Andri, abrazos transatlánticos.
EliminarUna de las características esenciales de este estilo es la de no pasar desapercibido en su entorno. Quiere ser, casi siempre por contraste. Una voluntad que reivindica la propia obra. Tengo una relación ambivalente con este estilo, casi nunca me gusta.
ResponderEliminarEs un estilo que se fija en sí mismo, en cierta manera podríamos hablar de un manierismo. Hay obras brutalistas destacables. A mí me desagrada la desproporción de los volúmenes que tienen estos edificios.
EliminarSaludos
La expresión "brutalismo" suena fatal. El significado ya es más polémico: despierte pasiones encontradas.
ResponderEliminarUn abrazo
El término, para designar un tipo de arquitectura, surgió de la utilización de los materiales en bruto. Ciertamente suena fatal y designa un estilo que muchos consideramos "bruto". Es una arquitectura "a lo bruto".
EliminarSaludos