Retrato de Valentina. Roland Penrose
Entre
los escombros de la ciudad decrépita
no
encuentro las huellas de lo sagrado,
ni
las fachadas conservan la señal de la melancolía,
solo
garabatos de colores acabados.
La
desolación habrá terminado cuando ya no podamos mejorarla.
El
paisaje del suburbio conserva el rastro estigmatizado
de las navajas y los puños americanos.
En
el parque, esferas rotas de hormigón,
pedestales
y estatuas caídas.
En
los bulevares, restos de instalaciones,
asfalto
cuarteado y tubos de cloacas
por
donde corretean las ratas.
A
resguardo de la intemperie:
camastro y colchón roto,
palangana con vendas y jeringuillas,
cortinas rasgadas,
juguetes rotos de niños
juguetes rotos de adultos
juguetes para niños rotos
juguetes para adultos rotos
libretas amarillentas
fragmentos de azulejos
humedad moribunda
y el libro de la infidelidad.
Expuesto
a la intemperie:
calzadas y aceras troceadas
mampostería concertada
rótulos de carnicerías y de escuelas
puertas cerradas de geriátricos,
cascos de motoristas,
persianas desvencijadas de aluminio,
barandillas oxidadas,
coches desmantelados,
tuberías y cables eléctricos,
aleaciones
de cobre y plástico,
y el libro de la traición.
El
inventario se completará cuando acabe de perfeccionarse la barbarie.
Muy duro.
ResponderEliminarNo se si es una percepción del devenir, aunque presupongo que hay lugares (ahora me viene Haití a la cabeza), que ya es un hecho cotidiano.
Un abrazo
Miquel, yo creo que poco a poco nos vamos acercando a estos escenarios.
EliminarAbrazos
felicitaciones me has maravillado con tus textos
ResponderEliminarGracias, Recomenzar, celebro que te haya gustado.
EliminarSigo tu blog, hay una gran creatividad
Saludos
Semblanza del apocalipsis.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, esto es un inventario imaginado. Después de los inventarios vienen los balances.
EliminarAbrazos
La barbarie no se merece un inventario. Sí un desalojo.
ResponderEliminarAmigo Fackel, la barbarie azota, hagamos o no inventario, luego vendrá el balance y me temo que sus resultados serán dramáticos.
EliminarSalud
Y tu poema me ha recordado algunos, tantos, de Jacques Prévert.
ResponderEliminarÉl era más anarquista que yo. Creo que albergaba alguna esperanza.
EliminarSalud
Panorama desolador. Espero que no sea premonitorio.
ResponderEliminarUn abrazo
Tengo pocas esperanzas, amigo mío, el panorama es triste y pinta muy mal.
EliminarAbrazos
Lo curioso es que siempre, incluso en los más apocalípticos escenarios, siempre hay plantas que rompen el asfalto con la fuerza de la Vida. El mundo se transforma y avanza, aunque este egocéntrico ser que llamamos persona se quede en el camino...
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, amigo mío, la vida siempre renace hasta en los ambientes más inhóspitos. Pero nos preguntamos qué clase de vida.
EliminarSaludos