viernes, 28 de febrero de 2020

El siglo de las luces y las centurias de las sombras


 Conventículo pietista noruego. Adolph Tidemand, 1852.

Contra la ilustración, después del siglo de las luces vinieron las sombras teutonas y con ellas los prerrománticos, el Sturm und Drang, la teología en la Universidad de Königsberg y los pietistas.

Sabemos de qué pie cojeaban y sabemos a dónde nos condujeron

A los precursores como:  

Johann Gottfried von Herder (1744 - 1803), este pastor luterano que rompió con Goethe y con toda idea luminosa del clasicismo racional. Se opuso a las ideas ilustradas y aunque no es nacionalista aún, ya anunció sin rubor el Volksgeist (‘espíritu del pueblo’) y auguró la primacía del ‘superhombre’

Johann Georg Hamann (1730 - 1788), teólogo pietista que se enfrentó a Kant. Era cultísimo y despotricaba contra la razón y decía que ésta sólo es una parte de la realidad y la personalidad del hombre. Niega toda capacidad de reflexión filosófica, para Hamann, Dios es la única solución de los problemas filosóficos.
Era un revelacionista. Aseguraba que el conocimiento, y sobre todo el lenguaje, proviene de una revelación. Enemigo a todo análisis de la realidad, creía que la voluntad, la acción y sobre todo el sentimentalismo pueden dar la explicación a la vida humana. Lo irracional se antepone a las ideas ilustradas.

Les siguieron “irracionalistas” como Fichte, Schelling, Schopenhauer y otros peligros.

Después de aquellos fuegos vinieron las cenizas y no pienso romper una lanza por los desesperados que llegaron después.

martes, 25 de febrero de 2020

Los Cornadó




Francisco Cornadó Estradé nació en El Vilosell, provincia de Lleida, el día 5 de diciembre de 1801 y fue bautizado aquel mismo día. Falleció a los ocho meses de edad y fue enterrado en el cementerio de El Vilosell el día 18 de agosto de 1802. Se llamaba como yo.

Aquellos años, a principios del siglo XIX, la vida era muy dura: dificultades, enfermedades, pobreza y una gran mortalidad infantil.

Los padres de aquel niño, Francisco Cornadó Gulli († 1813) y Francisca Estrader Fabregat († 1813), no pudieron asegurar su descendencia, sus hijos:
María Cornadó Estrader (1793-1798)
Joan Cornadó Estradé (1796-1798)
Josep Cornadó Estrader (1798-?)
Francisco Cornadó Estradé (1801-1802)
María Cornadó Estradé (1804-1804)
María Cornadó Estrader (1809-1824)

murieron siendo niños, ninguno de ellos llegó a cumplir más de cinco años de edad.

Observamos que, en el registro parroquial, el apellido Estradé figura inscrito unas veces como Estrader, terminado en erre. Parece ser que esta era la forma originaria que más tarde, por error o desidia del registrador, pasó a la grafía actual de Estradé.  No creo que los errores o la desidia estén relacionados con la penuria de la época que era mucha, probablemente se debía a la mala gana y dejadez del escribiente; quizás escribiera bajo la luz mortecina de un candil o bajo los efectos del vino de la sacristía. Actualmente no padecemos aquellas estrecheces y, sin embargo, los errores persisten, los encontramos incluso en tesis doctorales que se presentan a los tribunales examinadores.

Junto a aquella saga de los Cornadó de El Vilosell, que provenía de Poboleda (Tarragona) y desaparecida su descendencia en 1824, perdura, en la comarca de Les Garrigues (Vilosell, L’Albi), otra rama familiar de los Cornadó que llega hasta nuestros días.

Unas y otras ramas familiares provienen de mercaderes venidos de Pantelleria y Sicilia (siglo XVI). Algunos aseguran que eran piratas sardos o comerciantes de semillas o que traficaban con alcaparras. Otros afirman que eran trujamanes que mediaban en el comercio con los moros. Hablaban "sabir" que es una lingua franca que corria por el Mediterráneo y se utilizaba especialmente para las transacciones comerciales. No se sabe con certeza, pero, en todo caso, unos pobres comerciantes que iban de aquí para allá, mezclándose con todos y que finalmente, desembarcaron en las costas de Tarragona y se establecieron en la pobre comarca de Les Garrigues.

Los Cornadó son una mezcolanza de muchos pelajes y muchas actividades: comercio, marinería, agricultura, marroquinería, algún artista músico, trujamanes…, un batiburrillo, en fin, de muchas cosas.