miércoles, 14 de mayo de 2025

Caminantes

Der Wanderer, 1922. 
Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938)


Ahora un paso, ahora otro, caminar mirando con atención y hacer de la observación un acto creativo, lo hizo el caminante romántico -el Wanderer- y lo hizo el flâneur por las calles de Montparnasse en los años de vértigo.

El Wanderer es de campiñas, el flâneur es de plazas y bulevares.

El Wanderer siempre me recuerda a Schubert paseando por los bosques de Viena - Mayerling viendo saltar la trucha por el riachuelo y me recuerda al misántropo Beethoven.

El flâneur me recuerda el humor taciturno de Erik Satie y sus Gnossiennes sonando en algún café de París.



Caminar para observar y entender la realidad. Gimnasia para la mente y las extremidades.

Grandes caminantes fueron, aquel Nietzsche, maestro que nos explicó cómo son los límites del Bien y del Mal; lo fue Rimbaud, capaz de bajar a los infiernos e injuriar a la Belleza; fue caminante Rousseau, que tenía incontinencia urinaria y mental; también Kant fue un caminante, lo era de mente amplia y pasos cortitos; también Gérard de Nerval que caminaba por la campiña de Valois y aspiraba a ser el mejor de los vagabundos; y también, como no, Hölderlin que quería pasear con los dioses.

El caminante que más me agrada es Epícteto de Hierápolis, el estoico que caminaba sin equipajes.

De los anglosajones no digo nada, porque siempre me los imagino sentados en los sofás de unos aposentos que huelen a abrigos viejos.


Creo que ninguno de los paisajes observados por el Wanderer y por el flâneur cabe en la pantalla del telefoníllo de quienes van por las calles mirando el móvil y tropezando con sus iguales.

domingo, 11 de mayo de 2025

Arte en los países bálticos. Pintura

Capilla del Cementerio del Bosque, Estocolmo. Arquitecto: Erik Gunnar Asplund


Mi interés por el arte de los países bálticos parte de mi admiración por la arquitectura de Alvar Aalto, al que le gustaban las corridas de toros, y por la obra neoclásica de Gunnar Asplund, que construyó un crematorio solemne y lírico a las afueras de Estocolmo. 

Y viene también, y muy especialmente, de la música del estonio Arvo Pärt. 

Son arquitectos y músicos que admiro profundamente.

Este interés me ha llevado a reflexionar sobre la pintura de aquellos países bañados por el mar Báltico, obviando, eso sí, al gran Edvard Munch, cuyo expresionismo gritó por toda Europa, ya que de él ya han hablado otras voces autorizadas que superan con creces mi humilde opinión. También cabe decir que su "Grito" se ha comercializado por todo el mundo, ya sea un grito estampado en camisetas, impreso en carteles publicitarios o utilizado como fondo de pantalla en algunos ordenadores de ejecutivos de Wall Street. 

Los pintores bálticos son crepusculares. Su arte es sereno, va de los abedules hasta los cuerpos celestes que centellean en el espacio. Cielos negros e insondables.

Es un arte para los viejos que conocen los inviernos de centellas blancas. Es un arte para los viejos.

Hablo del siglo XX. La obra pictórica que se da en los países bálticos es a veces nihilista y a veces melancólica.

¡Bah, como en todas partes y como siempre!

Schopenhauer, Kierkegaard y Freud que les queda tan lejos, una lejanía, la de Freud, que los bálticos añoran. Remedios de páginas nocturnas y divanes en la oscuridad sezessionista. Una oscuridad de interiores que los artistas bálticos sustituyen por una oscuridad de cielos y espesura forestal.

La naturaleza del Báltico es inclemente, parece escrutar los sentimientos más íntimos del alma del artista y les reclama un misticismo imposible. Allí las estigmatizadas son de leño y los iluminados son boreales.

Cuerpos abrigados que caminan entre la súplica y la desesperación, entre las campanas de la angustia y las noches largas, muy largas. 

La Parca siempre viste de blanco en las tierras que baña el mar Báltico.

Desde las ventanas pequeñas, los artistas bálticos contemplan la niebla que se extiende sobre los lagos y entre los troncos de los bosques espesos. Su mirada recorre ríos, paisajes de madera vertical, extensiones boreales y el mar, el mar Báltico... por donde navegaba el holandés errante.

El artista quiere ver en el paisaje una metafísica de las sombras que se entremezcla con su visión inicial. Son pinceladas influenciadas por el impresionismo, el expresionismo, el estrépito fauve, el misticismo nabi, el detallismo puntillista y la osadía posimpresionista: un ensamblaje perfecto entre fondo y forma.


Nec mergitur de Ferdynand Ruszczyc (1870-1936)

Buques errantes, bandeados por las olas.



Kristjian Raud (1865-1943) 

 Pintor de constelaciones y doncellas que luchaban por la supervivencia.



 Niña campesina. Janis Valters 

Janis Valters (Johann Walters) (1869-1932) letón que pintaba atmósferas desafiantes de cielos azules y grisáceos sobre figuras que vestían ropas parduzcas.



Paisaje noruego. Konrad Mägi (1878-1925) 

Pintor noruego cuyos colores que añoran la audacia cromática de las aguas meridionales.

Cabeza. Nikolai Triik

Nikolai Triik (1884-1940) pintor estonio a veces malhumorado que pintaba personajes malhumorados.

Nãve. Janis Rozentäls

Janis Rozentäls (1866-1916) pintor letón que se interesó por algunos temas bíblicos, por el paisaje, por el amor, por las pasiones, en fin, por casi todo. Su cromatismo parecía proceder de los cuatro puntos cardinales.

viernes, 9 de mayo de 2025

El hilo

Franz Kline


El hilo del que cuelgan las cosas debe ser muy resistente, todo parece que esté colgando de un hilo y lleva así cientos de años. Su resistencia de aguante es un prodigio.

Pensar que se pueda romper causa una cierta angustia. Es la angustia de vivir, es lo que a cualquier existencialista le causa su nausea particular.

Muchos asuntos públicos y privados llevan años y años colgando, con sus problemas bamboleando sin que se resuelvan.

Confío en la tecnología, creo que será capaz de encontrar un hilo cada vez más resistente, pero los problemas continuarán bamboleando, mostrando su dramatismo y nosotros preocupados de que el hilo se rompa. Temiendo, eso sí, que haya algún descerebrado que corte el hilo.

También la Parca sabe cortar el hilo y lo corta.

martes, 6 de mayo de 2025

Intolerantes y canceladores

Frederick Blumenstein (1940). Franz Kline


El mundo editorial de Estados Unidos parece recuperar el nihil obstat. Dan el visto bueno a una publicación incluyendo, junto al título de la obra, algún tipo de advertencia sobre el contenido que pueda molestar al lector.

Estas notas son las llamadas trigger warnings. Se trata de unas excusas que pretenden exculpar al autor de una posible identificación del mismo con los personajes que aparecen en el texto.

Son excusas pueriles y ridículas del tipo: “algunas de las expresiones proferidas por los personajes de este texto obedecen al contexto y a la época en que se desarrolla la historia, y no reflejan en absoluto la opinión del autor”.

Son muestras de la incultura tremenda que invade las aulas, los medios de comunicación y la sociedad entera.

Me viene a la mente aquello que decía Dostoievski:

Las personas inteligentes tendrán prohibido hacer cualquier tipo de reflexión para no ofender a los imbéciles.

Esta imbecilidad de niñatos va configurando un "movimiento anticultural" del que nos habla la periodista italiana Costanza Rizzacasa en su libro La cultura de la cancelación en Estados Unidos.

La cancelación de la que nos habla Rizzacasa supone una sustitución de la libertad creativa por la frivolidad de las palabras inventadas, por el eufemismo ramplón y en definitiva, por la idiotez de lo políticamente correcto.

La cultura occidental que hemos desarrollado bajo las premisas de la Ilustración y el racionalismo, queda bajo una sospecha tal, que hasta el clasicismo greco-latino, es atacado porque supone, según los sensitive reader intolerantes, una supremacía de la raza blanca y el colonialismo.

La llamada "cultura de la cancelación" evita el debate y la confrontación de ideas, ya que los canceladores no quieren hablar, “no sienten la necesidad de exponer su posición, sino que están convencidos de que la suya es la única correcta”.

lunes, 5 de mayo de 2025

Mosquitas muertas

Dos sujetos medio hundidos en el fango se están dando garrotazos, esta es la imagen de la famosa pintura negra de Goya.


Duelo a garrotazos (1829-1823). Francisco de Goya


Es la representación de una pelea habitual entre unas individuos biliosos que por menos de nada se encienden y la emprenden a palo limpio contra lo que tienen delante.

Es el imperio del arrebato y la sinrazón. La miseria mental y la envidia son la sustancia fangosa donde se hunden los cuerpos exaltados que no atienden a la razón.

Parece que todo se haga a lo bestia en un mundo presidido por lo políticamente correcto, todo polite, emocional y sensiblero. Este parece un país de mosquitas muertas, pero no nos engañemos, más que mosquitas muertas son tábanos de aguijón punzante dispuestos a chupar la sangre de quien convenga. A veces chupan la sangre aunque no convenga.

Bajo el sentimentalismo exacerbado queremos entender y tolerar la venganza, el odio y la animalidad.

Este es el territorio del enfrentamiento permanente y la sensiblería hipócrita.

jueves, 1 de mayo de 2025

Noche surrealista en el boulevard

 

André Breton sumergido en la penumbra 


En la noche de los bulevares

centellea la oscuridad surrealista,

desde París a Aix-en-Provence,

una cartografía de sueños

tan real como las fachadas 

y los cipreses recorre

de Regencós a Montjuïc,

del Empordanet petit

a Empùries y a Port Lligat.


Vous qui ne voyez pas pensez à ceux qui voient.

Así de irreverentes, escupiendo

a la closca pelada del cretins,


Papasseit y Salvador Dalí

salen por ahí, pirulí pirulí,

por el Moll de la Fusta y por el azul de Cadaqués.

Venus de Milo con cajones. Salvador Dalí


Pianos oníricos y sueños blandos

como los relojes, las jirafas

y el desorden en los cajones de la Venus.


Revolución invertida entre los destellos

oscuros de Man Ray y en los ojos heridos

que se han puesto del revés delante del mar.


Claude Cahun, Hans Bellmer, Toyen

y André Masson miran para otro lado,

donde la rosa de los vientos se estremece.


Las constelaciones de Joan Miró

escriben las caligrafías más juiciosas

sobre el cielo de Mont-Roig.

Constellations. Mujer y pájaro - Joan Miró

Dora Maar contempla los colores

que se apagan en el tiempo, en la nube 

de la iniquidad y en la ventana de Max Ernst.


Sobre la arena de una elegía Sumeria,

Cirlot afirma su dodecafonismo

de símbolos y su hegemonía onírica.

Juan Eduardo Cirlot


Joan Brossa descorre el telón


Joan Brosa descorre el telón y se ríe.

René Magritte exhibe itinerarios de pipas,

de sombreros, manzanas y neblinas.

Ceci n'est pas une pipe.


Yves Tanguy puso su pie en el marchapié, 

traspasó el umbral y con Bretón se fue 

al círculo de las contemplaciones borrosas de Kay Sage.

Yves Tanguy. Todavía y siempre 

Kay Sage. Jueves inusual

Con atención miró, pero Tanguy no vio ningún 

buey en el tejado y se embarcó buscando 

a De Chirico por las calles metafísicas del Deseo.


Darius Milhaud vio el buey, él sí que lo vio,

y se embarcó rumbo a Brasil.

Scaramouche, los politonos y Le Bœuf sur le toit.


Todos bailaron. Todo siguió igual:

los prejuicios y los deseos perduran

en las noches de los bulevares.

martes, 29 de abril de 2025

Gustave Flaubert

 
Gustave Flaubert, caricatura de Neale Osborne



La historia del arte no es más que un martirio sin fin.

Gustave Flaubert (1821-1880)


No, señor Flaubert, no me diga usted estas cosas, el verdadero martirio sin fin es la historia del hombre. La historia es el relato de la barbarie ocasionada por el hombre. El arte es un paliativo del dolor producido por los odios y venganzas de los hombres. El arte es un bálsamo.

Puede ser que el dolor y el martirio sin fin inciten al artista y éste reaccione y se exprese con toda su emoción y apele a la belleza.

Señor Flaubert, usted es un gran escritor. Admiro profundamente su obra. Usted se dolía de la historia y supo atacar los convencionalismos, pero resulta que el gran arte es aquello que supera los convencionalismos.

Usted, señor Flaubert, es capaz de expresar los mil matices de las luces y las sombras de la existencia humana, su observación es profunda. Su poesía es tan difícil como excelsa, es una poesía que procura dar respuestas a las preguntas que formula el filósofo.

Su prosa es magnífica, hoy, la lectura de su Madame Bovary es más revolucionaria que toda la memez panfletaria escrita en las pancartas de los populistas. Hoy su prosa se enfrenta al ruido mediático, al griterío de la incultura y a los adocenados ritmos caribeños.

Usted, señor Flaubert, tan asiduo de prostíbulos, conoció las bajezas y la iniquidad de los hombres y mujeres que se ven obligados a soportar la mala baba de la historia. En aquellas maisons closes francesas abundaba el arte decorativo del martirio sin fin, un recodo sombrío  en el camino de la historia, ésta es el martirio.

sábado, 26 de abril de 2025

Pájaro capulístico

 

Dibujo intrascendente de un pájaro capulístico (2019) - F. Cornadó


Después de muchos años de peregrinaje, nombramos algunas cosas por primera vez . Es el acto de ser y darse cuenta de ello.


Nota: 
todo esto son invenciones, cosas inexistentes, son majaderías, ni siquiera el pájaro capulístico existe. 

miércoles, 23 de abril de 2025

Periplo

Angelus Novus (1920). Paul Klee 


Lejos del sedentarismo, la lectura incita al nomadismo. A partir de las páginas del libro partimos a un viaje que nos conduce a los territorios de la razón y el sentido, a los paisajes más bellos y a las ciudades de la comunicación.

Las extremidades se movilizan entre equipajes y expectaciones. Nos esperan unos nuevos libros de fachadas y otras lenguas, un café y unos semblantes que quedarán en el recuerdo.

Entre el paisaje y nuestra experiencia interponemos el deseo de belleza.

El texto del libro que teníamos en las manos sedentarias va siendo sustituido por las nuevas imágenes y las voces extranjeras de un lugar donde nosotros somos los extranjeros.

Somos lo indeciso en las calles nuevas que se entrecruzan entre los idiomas y el arte.

Recordaremos los versos de Petrarca y con prudencia cruzaremos el estrecho entre Escila y Caribdis donde el poeta temía perder el Arte y la Razón.

lunes, 21 de abril de 2025

Un destello

 

Dante (1499-1502). Luca Signorelli



Un destello, una exhalación de la realidad. La idea siempre surge de la realidad centelleante e ilumina la mente.

La chispa enciende la tea del pensamiento, después, inmediatamente, como un resorte instantáneo el lenguaje comienza a desarrollar la idea que vino de la realidad, la completa y la explica como puede.

El primer verso nos lo proporcionan los dioses.

                        ¿La realidad es un dios? 

                        ¿La realidad es un dios inclemente?


Después del primer verso viene todo lo demás. Añadimos deducciones, reflexiones, retórica, sentido poético, analogías o imágenes de otra realidad y de otras voces, relaciones y recuerdos y el vientecillo que nos acaricia el rostro.

El lenguaje es construcción y es reflexión. Levantamos el edificio del arte y la razón sobre el capitel dórico. El arte y la razón son cobijo y amparo. 

Hay un trabajo de construcción, de estática y de estética. Sin acarrear las piedras y sin utilizar la escuadra y la plomada no hay edificio que se levante.

Si la idea es hueca, lo que se coloque encima será inconsistente, pura fraseología que enmascara, será un discurso o un texto vacío innecesario y que sólo aporta estupidez al mundo.