jueves, 19 de junio de 2014

Pausa para el cambio de estación




Ahora que el día es más largo, aprovecho para irme a un lugar recóndito donde no alcanza el disparo de la ballesta ni llegan las ondas hertzianas.

Me escapo. Me marcho para atender lo que dicen las olas del mar que, con su vaivén, me traen las noticias con la pausada inmediatez de lo que queda en el recuerdo. 

Sin aparatejos, sin cachivaches, sin artilugios, sin artefactos, sin maquinitas que transmitan los odios y las venganzas lejanas, ni pantallas de cristal líquido que moje las horas pausadas.

Me voy. Volveré cuando vuelva, cuando los días sean más cortos y las ondas no me molesten tanto.

miércoles, 18 de junio de 2014

Impura armonía




Gran Pintura con línea de puntos
Antoni Tàpies


Encuentro la armonía en las voces
del artificio, del efebo que canta
y en el chillido del pájaro nocturno;

canciones desvalidas de selvas
oscuras y paisajes con torrentes.
Los cantos son ahora un himno
de calles y paredes urbanas.

Hoy, en la tierra revestida de asfalto,
el tiempo deviene metáfora del tiempo
y aquellos días que viví son el recuerdo
de aromas de ciruelo y de pieles curtidas.

En este junio de avenidas y sirenas
hay una bastero que rechaza el cuero
y un gavilán que perdió el vuelo.

martes, 17 de junio de 2014

domingo, 15 de junio de 2014

La crema de leche

 
Se habían comido muchas lenguas de faisán con pétalos de azucena y manzanas confitadas, comieron huevos de codorniz caramelizados y regados con sopa púrpura de remolacha. Fueron banquetes fastuosos.

Las mesas de la Europa aristocrática se adornaban con vajillas de Delft y de Beziers, con guirnaldas de flores y abalorios de coral; mientras, las mesas de las posadas y las fondas y las mesas pobres de la plebe continuaban con la cebolla medieval y con las patatas cocidas, algún trozo de tocino y alguna sardina.

La Revolución Francesa no socializó las mesas, hubo que esperar a la nouvelle cuisine.

Los nuevos cocineros acabaron con las salsas pesadas de la cocina clásica. Con los cucharones y con la crema de leche acortaron las diferencias. 

Añadieron crema de leche a todos los platos. Segregaron algunos ingredientes de la cocina cristiana de occidente y los bañaron con crema de leche, tomaron recetas de la abuela y les pusieron crema de leche, contornearon los contorni italianos con crema de leche, 
empaparon la cocina tradicional mediterránea con crema de leche. 

La omnipresente crema de leche rebosaba por todos los platos.

La crema de leche se convirtió en el ingrediente unificador y socializador.

Mala solución socializadora para quienes aborrecen la leche y sus derivados. Hay que tener cuidado con los elementos socializadores que son a su vez unificadores, hay que tener cuidado con no empaparlo todo con la misma salsa.

viernes, 13 de junio de 2014

Soluciones a palos



En muchas ocasiones el hombre ha recurrido al palo para ganar en eficacia.

El palo le ha facilitado las cosas. Cuando el palo se ha aplicado con inteligencia el resultado ha sido un éxito.

Añadió un palo a la bayeta y ya no tuvo que arrodillarse para fregar, surgió la fregona que fue un éxito y un gran avance en comodidad.

Añadió un palo al caramelo y de esta manera ya no se ensuciaban las manos cuando chupábamos la golosina.

Añadió un palo al antifaz y con un simple gesto pudimos cambiar de careta o esconder nuestra identidad.
 

jueves, 12 de junio de 2014

Urbanismo amoral



Yarn Bombing. Juliana Santacruz


En si mismo el urbanismo no es ni bueno ni malo. La bondad o maldad del proyecto urbanístico depende de los intereses que se esconden tras los trazados y las zonificaciones.

Las técnicas del urbanismos ha de servir para planificar la ciudad según criterios de confort, pero, como otras disciplinas, todo puede pervertirse y ahora vemos que el urbanismo, además de servir, con demasiada frecuencia, a unos intereses económicos especulativos, se convierte en un espectáculo de candilejas y en un medio de propaganda política al servicio del poder más chusco.

Es malo no es que tengamos que pagar la perversión del espectáculo, pero lo peor es que, después del dispendio, nos vemos obligados a soportar el urbanismo y las malditas arquitecturas de autor que proliferan por nuestras ciudades. Son hitos retóricos y señas de modernidad que las instituciones nos imponen.

El poder político o las grandes corporaciones se empeñan en manifestar su dominio y entonces, dejan su impronta en forma de urbanismo insostenible y de arquitectura maja. Para ello encargan a un arquitecto de campanillas el proyecto de un edificio y la planificación de la ciudad y así podemos ver barrios “fantasma” que son el caldo de cultivo de los desahucios.

La moralidad del urbanismo no reside en la técnica en sí, la inmoralidad está en la acción del especulador. No es correcto hablar del urbanismo como si éste fuera, en sí mismo, de naturaleza demoníaca. Los demonios son los especuladores con carnet.

Vemos grandes urbanizaciones residenciales ejemplo de modernidad arquitectónica y que luego quedan vacías, degradándose al cabo de poco tiempo de ser construidas. La mayor eficacia de estos tristes ejemplos de arquitectura y urbanismo es haber servido de objetivo fotográfico el día de su inauguración.

Como resultado de tanta expresión de poder político o económico, nuestras ciudades se llenan de objetos calles, plazas y edificios caros, insostenibles, ridículos y ostentosos que pagamos entre todos, ya sea en forma de impuestos o con las cuotas que nos cobran las compañías suministradoras de agua, de energía o de telefonía.

En los proyectos y en las fachadas de estas arquitecturas insostenibles se reconocen políticos y administradores de multinacionales también insostenibles.

Simétricamente a la expresión del poder de los políticos o los jefazos que promueven las obras, corre la vanidad del arquitecto que proyecta unos edificios estrambóticos, originales, raros y, sobre todo, que quedan bonitos en la foto.

miércoles, 11 de junio de 2014

El escéptico de la otra cara de la Luna



                                                                             Espiral
Martín Chirino (1925)


El escéptico de la otra cara de la Luna, no suele entrar en pormenores. Otras veces he hablado de él.  



Este personaje que se esconde tras el vértice del cuarto menguante es generalista y me dice:

1)      que los problemas de ahora se harán más gordos en el futuro

2)      que aparecerán nuevos problemas que ahora ni siquiera imaginamos

3)      que los que ahora mandan hacen como siempre: coger para ellos el dinero de los demás

4)      que los que mandan quieren controlar lo que hacemos de hipocondrio para arriba

5)      que los que mandan quieren controlar lo que hacemos de hipocondrio para abajo

6)      que el circo político es una pantomima

7)      que los medios de comunicación dicen mentiras

8)      que vamos de mal en peor

9)      que Pubilio Sirus tenía razón cuando dijo Cotidie est deterior posterior dies, o sea: “El mañana siempre será peor”

10)   que los clásicos no fallan y que también tenía razón Horacio cuando dijo: Aetas parentum, peior avis, tulit nos nequiores, mox daturos progeniem vitiosiorem, o sea: “La edad de los padres, peor que la de los abuelos, nos engendró a nosotros, aún más malvados y destinados a tener una descendencia más degenerada”.

Después de este decálogo he pensado que a este personaje que habita tan lejos ya no le llamaremos “el escéptico de la otra cara de la luna” sino más bien “el pesimista de la otra cara de la luna”.

Escritores Recónditos. Josep Anton Soldevila

Hoy en el blog "Escritores Recónditos" podemos ver la reseña del poeta Josep Anton Soldevila. Su obra es extensa.

http://escritoresreconditosmistral.blogspot.com.es/2014/06/josep-anton-soldevila.html 



domingo, 8 de junio de 2014

Límites fronterizos

                                                                   Obra gráfica 1991
                                                                     Rafael Canogar

fronteras naturales

fronteras artificiales
Los océanos
1
El odio al extranjero
Las cordilleras
2
Las murallas
Los desiertos               
3
Los fielatos
Los glaciares
4
Los reinos
Las selvas
5
Los imperios

6
Los principados

7
Las baronías

8
Los condados

9
Los ducados

10
El mal negocio de la historia

11
El dogma

12
Los himnos

13
Las banderas

14
La exaltación de la raza

15
Las castas

Observo que los límites artificiales triplican en número a los naturales.

sábado, 7 de junio de 2014

Del tiempo afilado

12
Dientes afilados,
así nos cantan los niños.
Fruta primeriza.

13
Protectores médicos,
su danza de bisturís.
Carne al muladar.

14
La serpiente mítica
lleva palabras de escamas.
El Apocalipsis.

De Doble Tall. 
Traducción 
Francesc Cornadó 

jueves, 5 de junio de 2014

El istmo oscuro



A ambos lados de las avenidas de aguas los caminos que cruzan el torrente han quedado borrados, también la acción humana ha quedado desvanecida por la historia de los océanos. Un diablo efímero que condujo las naves micénicas ha destruido los pedestales que nada saben.

Las palabras son el resorte y la acción es el muro que contiene el empuje de las aguas. El muro es la razón de la sinrazón que se construyó con los sillares de la razón. 

Un puente de voluntad nos permite cruzar si pagar el fielato y nuestros pasos nos conducen por la senda de las alimatáceas, bajo la luz del sol y a resguardo del acecho de los batracios.

No nos impresiona el paisaje, pues no es sino, un calco de nuestra memoria, la que fue tejida con la urdimbre de los tapizados venecianos. Permanecen los colores en la tela y en el recuerdo, y las copas de los árboles nos muestran su sombra conocida desde antiguo.

En el istmo las horas no pasan, es como el eje de la rueda del tiempo. Todo permanece quieto entre las pitas. Entre los abrojos la naturaleza se contempla en el arte y no podemos discernir una fenomenología del arte sin la acción estética, siendo ésta el objetivo de la ética.

miércoles, 4 de junio de 2014

La Fama

La Fama vive en un palacio situado en el centro del mundo. Es un palacio enteramente de bronce con mil puertas. Desde su morada vigila el mundo.

Con la Fama viven:
 
los Falsos Rumores -que son muchos,
la Credulidad -que tiene el semblante pálido,
la Falsa Alegría -que se toca con un gorro con cascabeles,
el Error -que es un joven somnoliento,
el Terror -que no duerme nunca
la Sedición -que tiene gran facilidad de palabra pero que habla siempre en voz baja.

Escritores Recónditos. Amàlia Sanchís EDITORA



Hoy en el blog "Escritores Recónditos" publicamos el trabajo de la editora Amàlia Sanchís, podéis verlo en

 http://escritoresreconditosmistral.blogspot.com.es/2014/06/amalia-sanchis-editora.html

domingo, 1 de junio de 2014

Bernardino Licinio




Retrato de un joven con una calavera.
Bernardino Licinio (1489-1549)

Bernardino Licinio se miraba de reojo el contraste del Tiziano y el hermetismo del Giorgone. Hizo unos retratos muy buenos donde el detallismo brilla con su presencia. 

Este artista sabía lo que pintaba. Tenía buen oficio aunque aportó poquita cosa, no logró expresar la profundidad psicológica de Bronzino pero me gusta insistir en su detallismo y cuando un artista o un literato ponen énfasis en el detalle, enseguida despiertan en mi ánimo una sensación de confianza, pienso que el artista o literato en cuestión están comunicando algo que ellos conocen muy bien. 

El detallismo suele contener rigor, y esto sólo es posible cuando se tiene un gran conocimiento de lo que se explica. Cuando la expresión carece de detalle, el lenguaje se convierte en algo que desprende demasiado humo, en una obra pretenciosa y con una carga de irresponsabilidad.

Stendhal, que sabía muy bien de lo que hablaba, decía “toda la literatura en los detalles”.

En los interiores holandeses de Vermeer y bajo el sombrero de Rembrandt, en los drapeados de Andrea del Verrocchio, en los escorzos de Mantegna y en los restos de suciedad de Caravaggio y sobre todo en la literatura clásica, no encontramos más que detalle, detalle y precisión. Fuera de esto no hay más que composiciones engañosas contrarias a la salud personal y a la sensibilidad humana. 

Pero a pesar del rigor de Bernardino Licinio, su obra me hace pensar en lo que vendrá un poco después: la pompa de los contrarreformistas. Sí ya sé que éstos eran unos barrocos mórbidos de texturas blandas, con curvas y contracurvas vaporosas y atmósferas sensualmente gástricas y esto no ocurre con Licinio pero su apreciación de la realidad parece apuntar maneras barrocas, es como si fuera un fugitivo del manierismo.