jueves, 14 de julio de 2022

Calor y desconexión

 



 

El calor aprieta.

Quizá lo prudente será tomarse un descanso, detenerse y pensar.

Un pensamiento contemplativo a la sombra de un pino, mirando este mar antiguo.

Espero las caricias del viento gregal que trae aromas antiguos de miel y romero. Un aire que aconseja el retiro sereno.

Como suelo hacerlo a menudo, unas dos veces al año, me desconecto una temporadita, aparco el blog, el teléfono y el ordenador.

Espero que a la vuelta pueda contar cosas más interesantes que las que habitualmente escribo en este espacio.

Os deseo que tengáis un feliz verano, resguardados del calor.

miércoles, 13 de julio de 2022

Diseño urbanístico y arquitectónico en la ciudad de la post-pandemia

Karl Host Hödicke. Auf der Dachterrasse (1979)



La guerra, la pandemia, la escasez de energía, de mano de obra especializada y de materias primas, hacen que cambiemos nuestras formas de trabajo, de consumo y de relación con los demás.

Tendemos al distanciamiento entre las personas. Aumenta la desconfianza y, a menudo, cambiamos de acera cuando vemos que otro se acerca. Sin embargo, esto no se cumple en los botellones ni en las aglomeraciones humanas que se concentran en espectáculos deportivos, festivales, encierros, manifestaciones y verbenas.

Paradójicamente y es tendencia, que nuestras ganas de viajar aumentan. Iremos a países exóticos sin saber cuáles son ni dónde están -la geografía apenas se enseña en las escuelas- y además, muchos viajeros tampoco saben el significado de la palabra “exótico”. ¿Queremos más exotismo que el panorama distópico de nuestras ciudades post-pandémicas?, ¿iremos a ver otras distopías?

Nos adaptaremos. Nuestras ciudades cambiarán y se convertirán en cacotopías post-punk.

 


Debido al incremento de repartidores de paquetería, que nos traerán a casa lo que habremos comprado por internet, tendrán que adaptarse las vías urbanas, rediseñarse las zonas de estacionamiento para carga y descarga y modificar los recorridos del transporte público.

El teletrabajo supone una reducción de los desplazamientos y esto, sin duda, será un determinante en la planificación urbanística. Bajará el valor de los edificios de oficinas y estos inmuebles, indefectiblemente, deberán cambiar de uso, reconvertirse en geriátricos, hospitales psiquiátricos, ludotecas, dormitorios para los sin-techo, comedores sociales, etc.

Sin embargo, aunque disminuya el número de personas que acuden a los centros de trabajo -circunstancia que afectará al diseño urbanístico- deberán tenerse en cuenta los desplazamientos de las gentes que acuden a los gimnasios, a las zonas de ocio, a los botellones, a los festivales de música techno-punk, rap-flow, hip-hop o perreo-reguetón.

Se incrementará el espacio para terrazas de restaurantes. Las calles de nuestras ciudades se llenarán cada vez más de repartidores de paquetes y de comida “a domicilio”.  Apenas nadie guisará en casa.

La distribución del espacio interior de las viviendas deberá modificarse, reducir la superficie de comedor y cocina e incrementar la zona de estar para colocar un enorme sofá donde tumbarse para ver “series” en una gran pantalla de televisión mientras nos atiborramos de chuches, “snaks”, “crunchys”, “corns”, “cones” y bollería industrial y bebemos refrescos energéticos y edulcorados.

En la distribución de la planta de las viviendas adquirirá gran importancia la superficie destinada al teletrabajo, éste afecta al tiempo y al espacio. Cambian los horarios y las dimensiones.

El trabajador asume la cesión al empresario de una parte de su vivienda para teletrabajar, soporta casi siempre el coste de la energía consumida para llevar a cabo su actividad laboral, la amortización de mobiliario y equipos, etc. No entro en estos detalles contractuales, pero sí que conviene considerar esta ocupación de superficie en el diseño arquitectónico.

Tampoco quiero entrar en detalles en cuanto a la eficiencia del teletrabajo, a veces pienso que tanto da que algunos trabajen como que no trabajen, que trabajen en casa o que trabajen como “de estar por casa”. Otros, sería mejor que no trabajaran, pues son capaces de elaborar unas formas de burocracia tremenda que supera fronteras físicas, telemáticas, comunicativas y mentales.

Estas formas de burocracia complicarán la vida a los que teletrabajan y a los que tendrán que trabajar de forma física como los fabricantes de bollería industrial, los payasos, los podólogos, los charcuteros, los porteros de discoteca…

domingo, 10 de julio de 2022

Preservar los restos estéticos

 

 Retrato de dos jóvenes (1502). Giorgione

 

Se erosionan el basalto y los granitos más duros. Con el paso del tiempo quedan reducidos a áridos que luego se aprovechan para hacer hormigón inmobiliario. Los cuerpos humanos, en pocos años llegan a la decrepitud y todos los materiales acaban podridos o desmenuzados. Se acaban incluso los ideales humanos y las construcciones más sólidas, pirámides incluidas, se degradan.


A pesar de la degradación y de la mala baba cósmica que se encuentra contenida en la naturaleza, admiro el panorama natural, sobre todo aquel que preserva la huella humana: un paisaje con una construcción al fondo, un acantilado con un faro, un campo sembrado, etc. y quiero leer en los estratos rocosos la historia indeterminada del paso del tiempo.


El acto creativo y formal de transformación de la naturaleza y la manipulación de la decrepitud es una de las formas de expresión artística.


¿Es esto un artificio? Sí, el arte es artificio y con este artificio nos expresamos.


Transformar lo natural, dar un sentido a la decrepitud y preservar las obras de arte han sido hitos significativos de la civilización. La obra de arte es como un cofre donde el ser humano ha guardado lo más preciado de su esencia y de su experiencia.


Hoy, que parece que nos esperan setecientos años de miseria creativa, quizás, la opción más noble pueda ser la preservación de los restos estéticos.

sábado, 9 de julio de 2022

Entrada al laberinto

Fermall. Ramon Puig Cuyás

Hay una puerta cuyas bisagras chirrían porque son viejas, al otro lado de la puerta hay un camino hacia la belleza.

El sendero que conduce a la belleza también es viejo, el camino es intrincado, con corredores largos, a veces pasillos oscuros, pero otras veces, luminosos como una mañana despejada.

Podemos entrar. Espriu ya nos invitó a entrar en el “Laberint Grotesc”.

En el Laberinto se escondía el Minotauro, aquel que sólo comía carne humana, era antropófago y conforme crecía se volvía más salvaje. Cuando la criatura se hizo incontrolable, Dédalo construyó el Laberinto de Creta para encerrar al monstruo.

Aquellos tiempos de monstruos y dioses inclementes reclamaron la inteligencia de Dédalo para encerrar el salvajismo dentro de una maraña de paredes y corredores.

Desde entonces el hombre ha encerrado a todos aquellos con los que no quiso convivir. El ser humano ha edificado diversos tipos de heterotropías, cada una con una función específica, y dentro de ellas ha metido a todos aquellos que constituían un peligro. Ha encerrado a locos, a actores, o a delincuentes y para ellos ha construido manicomios, teatros o prisiones.

¿Quién sabe si dentro de alguna otra heterotropía o laberinto también han querido encerrar a los poetas? En más de una ocasión la poesía ha constituido un peligro.  Pero el poeta ha seguido en sus trece y ha querido convertir la belleza en realidad ¡Vana ilusión!

Pero atención, las ilusiones también esconden sus peligros, como los esconde la Belleza, cuya mirada es terrible como nos anunció Rilke.

jueves, 7 de julio de 2022

Carta de los cosacos

Carta de los cosacos a Mehmed IV (1880.1891)
Iliá  Repin

 
¡Uf, cosas de Ucrania y del realismo soviético!
 
 
Los cosacos habían vencido al sultán Mehmed IV y éste, a pesar de la derrota sufrida, se atrevió a enviarles una carta pidiéndoles sumisión.

En la misiva, Mehmed decía lo siguiente:

Sultán Mehmed IV a los Cosacos de Zaporozhia...

Como sultán; hijo del profeta Mahoma, hermano del sol y de la luna, nieto y virrey de Dios, regente de los reinos de Macedonia, Babilonia, Jerusalén y Alto y Bajo Egipto, emperador de emperadores, soberano de soberanos, caballero extraordinario jamás vencido, firme guardián de la tumba de Jesucristo, fideicomisario y elegido del mismísimo Dios, esperanza y confort del pueblo musulmán, cofundador y gran defensor del cristianismo... Os ordeno, cosacos zapórogos, que os subyuguéis a mí de manera voluntaria y sin resistencia alguna. Os mando, además, desistir de seguir incomodándome con vuestros ataques.
    —Sultán Mehmed IV del Imperio Otomano

Los cosacos de Ucrania no tardaron en contestar al sultán. Se reunieron, echaron unas risas y dictaron la respuesta al escribano.
 

Respuesta de los cosacos  zaporogos al sultán turco!

 

Oh sultán, demonio turco, hermano maldito del demonio, amigo y secretario del mismo Lucifer. ¿Qué clase de caballero del demonio eres que no puedes matar un erizo con tu culo desnudo? El demonio caga y tu ejército lo traga. Jamás podrás, hijo de perra, hacer súbditos a hijos de cristianos; no tememos a tu ejército, te combatiremos por tierra y por mar, púdrete.

 

¡Sollastre babilónico, loco macedónico, cantinero de Jerusalén, follador de cabras de Alejandría, porquero del alto y bajo Egipto, cerdo armenio, ladrón de Podolia, catamita tártaro, verdugo de Kamyanéts, tonto de todo el mundo y el inframundo, idiota ante nuestro Dios, nieto de la serpiente y calambre en nuestros penes. Morro de cerdo, culo de yegua, perro de matadero, rostro del anticristianismo, ¡fóllate a tu propia madre!

 

¡Por esto los zaporogos declaran, basura de bajo fondo, que nunca podrás apacentar ni a los cerdos de los cristianos. Concluimos, como no sabemos la fecha ni poseemos calendario; la luna está en el cielo, es el año del Señor, el mismo día es aquí que allá, ¡así que bésanos el culo!

 

Firmado: Koshovýi Otamán Iván Sirkó y toda la hueste zaporoga.


Hoy, pasados más de trescientos años, cuando leemos la respuesta que los vencedores dirigieron al sultán vencido, todavía nos reímos como aquellos cosacos.

Sería muy interesante que transcribiera la carta de respuesta. Ya lo haré en otra ocasión, de momento, dejo aquí el cuadro que pintó Iliá Repin entre 1880-1891, donde se puede ver al grupo de cosacos rodeando al escribano.

Iliá Repin (1844-1930) pintor realista que perteneció al grupo de los Itinerantes, sus obras fueron tomadas como ejemplo a imitar por el realismo soviético.

Todo son risas: la carta del sultán, la respuesta firmada por los cosacos Koshovýi Otamán Iván Sirkó y toda la hueste zaporoga; el realismo crítico de los Itinerantes y, en fin, el realismo soviético.