Bodegón.
Willem Claesz Heda (1594-1680)
No
soy crítico de arte, por esta razón, soy incapaz de emitir un juicio razonado
sobre un determinado lenguaje artístico y mucho menos, sobre un artista. Los
buenos críticos dejan a un lado su gusto personal para propalar un dictamen o una
opinión. Yo no sé hacerlo.
Puedo
decir tal o cual cosa sobre una obra de arte o sobre un estilo, pero mi opinión
será siempre una reflexión subjetiva.
Si
afirmo que la poesía de Safo es “buena”, probablemente me equivoque, pues no
deja de ser una opinión afectada por un arbitrio particular y lo mismo ocurrirá
si digo que los movimientos rápidos de las sinfonías de Mahler son un alboroto
de banda de pueblo.
Mis
palabras no deben tenerse en consideración, sé muy pocas cosas y no alcanzo a
ver en la obra de arte, la densidad trascendental que históricamente se le ha
otorgado.
Considero
que la creación humana está afectada por cuestiones materiales, sensoriales o
fisiológicas que pueden afectar al artista, más que las sustancias espirituales.
Las preocupaciones utilitarias, el dolor de cabeza, las afecciones gástricas o
reumáticas, las dificultades digestivas o respiratorias, la provisión del pan y
el afán de perpetuación de la especie requieren mucho esfuerzo de adaptación y
de inteligencia, que viene a ser lo mismo. Resolver todo el galimatías de la
supervivencia ya es un acto de creatividad de primer orden que se sobrepone a
la mística, al idealismo y a toda trascendencia.
Entender
una pequeña parte de la realidad, penetrar, aunque sea un poquito, en la maraña
de la naturaleza supone un esfuerzo ímprobo que nos ocupa toda la vida. Lo
trascendente no lo acabo de entender, la acción del clima y la mala baba
cósmica sobre el enorme tropel de mujeres y hombres que pisamos este planeta
son tan densas que no permiten el vuelo de los ángeles.
Puedo
ver la realidad y pensar sobre la trascendencia, la primera está a mi alcance y
a la segunda sólo puedo acercarme mediante un proceso mental y me pregunto si
no será la trascendencia otra cosa que el afán del artista por alcanzarla.