lunes, 30 de mayo de 2022

Simpatía y empatía

After Pasolini, 2019. Vincent Desiderio

 

Los clásicos nos decían que debíamos conocernos a nosotros mismos. Lo dejaron grabado en las piedras del templo de Apolo en Delfos, 

 

γνωθι σεαυτόν,

“Conócete a ti mismo”


Los psicólogos insisten y añaden que debemos ponernos en el lugar de los demás.


Conocerme a mí mismo me exige un gran esfuerzo, tengo que consultar los análisis clínicos, mirar radiografías y poner mucha imaginación.  Al final resulta que conocerse es mirarse al espejo e ir aprendiendo el papel que nos toca representar en el gran teatro del mundo.


A duras penas puedo representar el papel que me toca vivir y ahora resulta que me piden que sea empático y que me ponga en el lugar del otro. Esto es un esfuerzo ingente para mí, pues tengo que entrometerme en un territorio ajeno íntimo y probablemente pantanoso.


Por otra parte, por poco que se conozca la condición de la naturaleza humana y sabiendo que el hombre es un lobo para el hombre, creo que debe ser mejor la simpatía que la empatía.


Procuraré hacer las cosas bien, permanecer en mi lugar, sin meterme en berenjenales ajenos, dejando que los demás se ocupen de sí mismos. Creo que así mejoraría la vida de los hombres y mujeres que habitamos esta esfera achatada por los polos


sábado, 28 de mayo de 2022

La vanidad es un motor del mundo

Cámara de reverberación (IETR Research Laboratory)

 

Hay ciertas actividades que generan una enorme vanidad. Estoy pensando en el ejercicio de las artes, la práctica de la literatura, las apariciones en la televisión, los likes recibidos en las redes sociales y la cirugía estética. Quienes lo practican se muestran siempre inquietos y dispuestos a absorber las miradas del prójimo.

 

Parece ser que el individuo afectado por tal desarreglo nunca queda satisfecho y siempre anda persiguiendo una mayor vanagloria. Este afán constante le provoca ardores, excitación y desenfreno y un consecuente incremento de su tarea “creativa” y de su pavoneo.

 

Persigue el brillo y la notoriedad; insiste en su afán y continúa ejerciendo su actividad de una manera frenética para mostrar al mundo sus plumas de pavo real.

 

La vanidad es un motor que mueve el mundo.

 

No importa la calidad de lo que haga el vanidoso. Puede ser algo pésimo, despreciable o simplemente insignificante. Lo que importa es el meneo, la purpurina y los destellos con los que deslumbrar al personal y a los medios de comunicación.

 

Detener este motor parece saludable para alcanzar una tranquilidad de espíritu, sí, pero, ¿qué ocurriría? Esto sería como parar una de las fuerzas cinéticas o una de las turbinas propulsoras de la sociedad.

 

Digamos, pues, que el dolce far niente es provechoso y mentalmente muy higiénico, pero tampoco conviene abusar de ello.

jueves, 26 de mayo de 2022

Bomberos

 Traga fuego, Miguel Ángel Hernández Nieto

 

Con toda libertad, muchos individuos se manifiestan por algún motivo u otro. Gritan consignas y levantan pancartas haciendo uso de su libertad de expresión. Oigo las voces de los manifestantes indignados que imaginan un futuro mejor, alguna Arcadia ubérrima y un mañana donde habrá bocadillos de jamón y queso para todos.


Levantan barricadas, queman mobiliario urbano y encienden unas hogueras impresionantes que alcanzan la altura de los balcones.


Estos incendios provocados tardan en apagarse, los bomberos llegan tarde y su eficacia de extinción es muy escasa. Las hogueras siguen y, mientras sus llamas amenazan con extenderse, me pregunto a qué se debe la acción raquítica de los bomberos.


Quiero pensar que los apagafuegos son personas responsables y que, además de su función de extinguir los incendios, creen en la libertad de expresión y por esta razón no quieren apagar las hogueras ya que estas son la expresión de unas gentes indignadas que desean un mundo mejor.


Seguramente hay alguien que piensa que si los bomberos apagaran los incendios irían en contra de la libertad de expresión. 


No quiero pensar que el cuerpo de bomberos pueda ser es una fuerza al servicio de algún determinado poder político.

miércoles, 25 de mayo de 2022

Una extraña admiración

 

 

Se admiraba el profesor Eugenio Trías y nosotros tan asombrados.

 

La única referencia de la dispersión, su único pretexto es el pensamiento mismo en su pura elementalidad.

¡Y es tan fragmentario!

 

A mí, ciertas admiraciones me desconciertan.


¿Hay más finura en Spinoza que en Pascal?


Han pasado más de trescientos años y se han compuesto las variaciones Diabelli.