Intellectual Co-operatión (2018). Goshka Macuga
Cada uno de nosotros tiene su punto final. Individualmente el punto final está claro, pero si consideramos el comportamiento del ser humano como colectivo, veremos que el punto final es una nebulosa de finales difusos, una calígine de finales muy alargados.
Seguramente el punto final de la barbarie humana está situado en el mismo lugar donde se encuentra el punto final del ser humano como especie.
No hay una sucesión de puntos finales que delimite el caos. Tampoco la
dispersión tiene un punto final y no existe el punto final del deterioro.
El sólido indeformable no existe, en su inexistencia se concentrarían los puntos finales de la dispersión y el deterioro.
El universo se expande, ¿hacia dónde?, ¿será la
nebulosa de la estupidez?
El pensamiento teórico, la filosofía, suele detener su especulación en un
punto, pero quizá deberíamos tener en cuenta que este punto es el punto de
arranque de la poesía.
El punto final de toda especulación es un lugar tipológico que no topológico, es cuestión subjetiva, esta situación intelectual es un fetiche.
No quiero pensar en el cúmulo de errores, de rechazos, negaciones,
enajenación y represiones que van poblando la calígine alargada, todo ello forma parte del caos.