Sherrie
Levine practica el arte de la apropiación. Intenta desmitificar la originalidad
y lo hace con una crítica deconstructiva. Rechaza el invento, subvierte
el concepto de creación original.
Yo
creo que el capitel dórico ya lo dijo todo, seguramente Sherrie Levine también comparte
mi opinión, no lo sé.
Sherrie Levine se dedica a fotografiar
otras fotografías.
Cuando
Sherrie Levine cuestiona la originalidad pone patas arriba uno de los mitos más
inestables del arte moderno.
La
modernidad es la renovación constante, sí, pero esto no significa la
originalidad constante.
Es
una artista posmoderna. Su obra es manierista, en mi opinión, “manierista en el
peor sentido de la palabra”. Fotografía la obra de los más reputados fotógrafos
de los años cuarenta del siglo pasado: Edward Weston, Walter Evans y otros fotógrafos siempre hombres.
Sherrie
Levine es una feminista convencidísima. En una entrevista en Flash Art (1985) afirmaba: …a finales de los setenta y principios de
los ochenta el mundo del arte sólo quería imágenes sobre el deseo masculino.
Por ello me permití asumir una actitud de ‘chica mala’: ¿quieres esto?, yo te
lo daré. Pero, ya que soy una mujer, estas imágenes se convierten en un trabajo
de una mujer.
Nota: he ilustrado esta entrada con la imagen de un capitel dórico y he evitado la reproducción de una imagen de Sherrie Levine, tienen los derechos de reproducción muy protegidos y no quiero correr el riesgo de cometer
alguna infracción. Es curioso, Levine cuestiona la originalidad y luego protrege sus obras para que nadie las copie.