jueves, 15 de julio de 2021

Epicuro

 Epicuro. Detalle en “La escuela de Atenas” (1512), Rafaello Sanzio 


Epicuro quería vivir discretamente. No depender de nada ni de nadie. Decía que debemos conformarnos con ser dueños de nuestra propia existencia y no de la de los demás.


No quería que nadie se metiera en sus asuntos y, a la recíproca, tampoco él se metería con la vida de los otros. Decía que nadie debía inmiscuirse en los asuntos ajenos.


A pesar de ser un individuo comedido y ordenado, Epicuro no pudo evitar, sin embargo, los improperios de los estoicos, esos austeros santones y misántropos que se metían con él y que andan por ahí renunciando a toda satisfacción por más sencilla y serena que sea.


¡Pobre Epicuro!, tuvo que soportar los insultos del estoico Epícteto, que había sido esclavo de Roma, y que, metiéndose con Epicuro, le decía: “esta es la vida que tú calificas de virtuosa: comer, beber, copular, defecar y roncar”.


Los estoicos militantes practican un proselitismo muy activo. Con su moralina intolerante, se empeñan en que vivamos como ellos. Quieren que comamos y bebamos poco, o que ingiramos acelgas o raíces y que bebamos tisanas; sancionan con intransigencia que los demás copulen cuanto quieran y se diría que prefieren que sus vecinos revienten con tal de no defecar. 


Nota:

Con  la esperanza de encontrar una satisfacción sencilla y serena me retiro unas semanitas. Nos vemos a la vuelta.

martes, 13 de julio de 2021

A perro flaco

El triunfo de la muerte. Detalle del óleo de Peter Brueghel.

 

 

A perro flaco, todo son pulgas. Este es el proverbio.

 

Finalmente, las pulgas acaban con el enclenque animal.

 

Si el perro está escuchimizado y sin defensas no podrá soportar el ataque de los parásitos. Una mala alimentación y la falta de higiene pueden ser la causa de su flojedad.

  

No puedo evitar el símil: a una sociedad birriosa y raquítica puede ocurrirle lo mismo. Una epidemia suele acabar con un modelo social determinado o con una sociedad entera.

 

Supongo que hay algún entendido que puede analizar cuáles son las pulgas de la sociedad. Naturalmente, yo no voy a hacerlo, carezco de conocimientos.

 

Otras epidemias y pestes asolaron una Europa machacada y llena de parásitos. La peste trastocó el modelo social y el arte. 

 

La pervivencia del arte sólo fue posible gracias a la higiene formal y exterminando debidamente todo parásito.

 

Veamos qué pasará con el arte después de esta maldita pandemia que nos asola. En cualquier caso, deberemos seguir la enseñanza de la historia y obrar en consecuencia. No nos queda otra opción que higienizar y acabar con las pulgas que aguijonan el panorama artístico actual.

domingo, 11 de julio de 2021

Muy frágiles

 

El poder del hombre es mucho menor de lo que él supone. Cree dominar la naturaleza, pero su poder es y ha sido siempre fugaz. La tremenda vanidad del ser humano nos ha hecho creer que éramos el centro del universo y más fuertes de lo que realmente somos.


Es cierto que con los medios actuales de que disponemos podemos intervenir en la evolución de la especie. Algún entendido habla de “evolución tecnológica del hombre” en yuxtaposición con la evolución natural de las especies.

 

Ya se trate de una evolución tecnológica o de una evolución natural, el caso es que nos encontramos ante un exceso de fragilidad y de dependencia como no habíamos tenido nunca.


La energía, los medios de comunicación o los medios de producción de alimentos se están concentrandos en muy pocas manos. Corremos el peligro de que alguien desenchufe el gran enchufe del mundo y nos quedemos todos sin electricidad y sin poder hacer funcionar tanto cachivache del que dependemos: los trenes y los aviones dejarían de circular, los hospitales se verían obligados a cerrar, todo se pararía, solo con cortar el cable.

 

Somos muy frágiles.

miércoles, 7 de julio de 2021

Transferencia del alma

Escultura (1982) Andrés Nagel

A unos se les ha caído el alma a los pies, otros son unos desalmados, otros aseguramos que no tenemos alma. Un cuerpo sin alma es algo, más o menos, habitual. Pero encontrar un alma sin cuerpo ya es más difícil, sin embargo, los científicos están trabajando en hallar una entidad tangible o inmaterial capaz de emular, replicar y mejorar el alma humana, esa que algunos aseguran que se encuentra dentro del cuerpo de los hombres y mujeres que habitan en este mundo.

Nos consta que hay laboratorios que están investigando en la reproducción y mejora de un alma sin cuerpo y transferirla luego a un ser viviente o a algún artefacto.

Se trata de emular el conocimiento y la personalidad entera de un individuo, y mediante una técnica estudiadísima, codificar todos los datos, ampliarlos, perfeccionar el conocimiento y pasarlo todo a un hardware. Este hardware puede tener distintas formas o soportes (un androide, un ordenador) o a un "alter ego" que sería el portador de aquella alma emulada que se “perfeccionó”. Esto significa perpetuar al individuo.

En esto están metidos algunos pensadores y científicos: Anders Sandberg o Nick Bostrom que trabajan en un proyecto de "emulación cerebral completa", también investigadores del entorno de la revista Extropy; Dmitri Itskov y el Lincoln Center de Nueva York que propició el congreso Futuro Global 2045. Bryan Johnson que invierte muchísimo dinero para que un grupo de emprendedores trabajen para llegar a descubrimientos que supongan un salto cualitativo, en la promesa de reescribir los sistemas operativos de la vida, etc.

Estas investigaciones abren unas vías de especulación ética que contemplan la prolongación de la vida, la mística de unos mercados globales, el papel de los nuevos soportes vitales, la capacidad de comercialización y el acceso social a la tecnología de la perpetuación.

Después de haber transferido el conocimiento, las experiencias, la moralidad y la personalidad a un hardware, ¿qué quedaría del cuerpo original?, sería un cuerpo sin alma, huérfano, algo espantoso como decía Thomas Mann.

viernes, 2 de julio de 2021

Preguntas de verano

  Douglas Gordon. Self portrait of you and me.

 

 

Buscar la respuesta a ciertas preguntas puede amargarme el verano.

 

No dejaré que esto ocurra y pasaré las tardes mirando el mar, comiendo unas aceitunas y degustando un vino fresquito.

 

Menudas preguntas, habrase visto:

 

¿Qué razones adolecen los resentidos que, teniendo todo tipo de comodidades, se indignan y acometen contra todo lo que se menea?

 

¿Por qué el resentimiento está tan presente en una generación que vive mejor que ninguna otra de la historia? –he dicho resentimiento, no crítica–

 

¿Hace falta estar furioso para ser progresista de izquierdas?

 

¿Es realmente superior la moral de la izquierda?

 

¿Por qué el colectivo LGTBI está en contra de las mujeres de derechas?

 

¿Debería ser cesado un profesor por sus ideas políticas? ¿De qué signo son las ideas censurables?

 

¿Por qué los traductores de Séneca tienen el semblante taciturno?

 

No, no y no, mil veces no. Estas preguntas no me amargarán el verano.