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Dona I, Joan Miró. Cerámica Gardy Artigas
El concepto que otorga modernidad al arte es su constante
superación. Entendemos aquí el término de superación en el sentido hegeliano.
En Hegel la superación es circular. En palabras del filósofo
idealista, el pensamiento totalizante de
la superación que quita y conserva podría parecer una trampa lógica, pero
hoy cobra más sentido que nunca, pues la globalización y la totalidad circundan
y encierran.
Dona II, Joan Miró. Cerámica Gardy Artigas
La revolución producida por el idealismo y, más tarde por el
materialismo histórico, fue muy profunda, afectó a los aspectos filosóficos del arte.
El argumento y la forma fueron transformados y la expresión de los artistas fue
cuestionada, así como la contingencia de la obra artística.
Los ismos artísticos surgidos después de los últimos
románticos pusieron patas arriba el discurso formal en su totalidad, generaron
una serie de reacciones que afectaron a la manera de entender el arte y plantearon algunos aspectos dogmáticos que hoy nos resultan difíciles de
digerir.
Aquellas convulsiones ideológicas de principios del siglo XX
fueron abonando el terreno y la crítica y la teoría del arte llegaron a
considerar, sin ambages, que la modernidad era patrimonio exclusivo de la
izquierda.
Una derecha fascista –futurismo- o algunos aspectos del primer
racionalismo arquitectónico italiano parecían contradecir esta consideración,
pero fracasaron ante el poderío de las ideologías de izquierdas, el marxismo, la
metafísica de Nietzsche, el pre-existencialismo de Søren Kierkegaard, la
crítica a la ontología de Heidegger, el existencialismo de Sartre, la
subversión formal de Georges Bataille y sobre todo la dialéctica negativa de Adorno.
Dona III, Joan Miró. Cerámica Gardy Artigas
Hoy, ante peligro de la destrucción total, cabe la reflexión
sobre los pecados éticos cometidos por una izquierda dogmática que fomentó la
modernidad.
Reflexiono, pero me abstengo de emitir un juicio sobre la
exclusividad del patrimonio de “lo moderno” por parte de la izquierda, pero
afirmo con toda rotundidad que detesto cualquier dogmatismo formal, pues estoy convencido
que el arte está por encima de las ideologías.
Puedo zafarme de todo reproche por lo que he escrito, diciendo
que
LA MODERNIDAD ES LA
SUPERACIÓN CONSTANTE.