En diversas ocasiones he declarado mi admiración por la estatuaria griega, la arquitectura romana, el arte del Renacimiento y, en general, por todo el arte clásico.
Mi mirada se complace con el orden clásico, sus proporciones y su armonía. Admito, sin embargo, ciertas contradicciones románticas, principalmente musicales: Schumann, Schubert, Brahms o de Mendelssohn, que es el más clásico de los románticos. Muchas de estas contradicciones me han proporcionado momentos inolvidables de placer.
Puede parecer un contrasentido y me pregunto a qué se
debe que mi temperamento clásico y antirromántico admita tales contradicciones. La mente
humana es una maraña de paradojas y discordancias.
Relativizo las discordancias y me pregunto a qué se deben tales antinomias o contradicciones. Qué es lo que produce la grieta por donde penetra la viscosidad sentimental del romanticismo en mi mente.
Creo que la respuesta se halla en mi afán de
adjetivación.
Observo la realidad y, para entenderla,
pongo adjetivos, lo hago con cautela, procurando no caer en lo hiperbólico.
Sé que la mente humana es una amalgama de paradojas, rebatimientos,
incoherencias y renuncios y me empequeñezco ante la realidad. que también es paradójica e incoherente y que su dimensión enorme no cabe en mi cabeza pequeña.
La adjetivación es la vía por donde me entran las
benditas contradicciones románticas; he dicho “benditas”, he aquí otro
adjetivo.
Así pues, me declaro un individuo clásico que pone adjetivos.
Excelente entrada. Enhorabuena. Una pregunta ¿Cuando adjetivas lo haces de forma plenamente racional?
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, amigo Julio, celebro que te haya gustado.
EliminarProcuro adjetivar de forma racional, aunque a veces no lo consigo. Por mi profesión siempre he tenido mucho cuidado en evitar desequilibrios calificativos.
Un abrazo
Pues nada, a seguir adjetivando, que lo haces bien y se te entiende; ahh y no es malo el tener contradicciones, lo malo sería no tenerlas, eso demostraría que eres inflexible, y tampoco sería buena señal.
ResponderEliminarUn abrazote
Amic Miquel, buscar el adjetivo calificativo preciso siempre me resulta difícil, tengo que pensarlo varias veces.
EliminarLo de las contradicciones forma parte de la vida.
Abrazos.
Comparto tu devoción por el arte clásico. Para mí, sobre todo el dórico. Pasaba esta mañana por delante de la Facultad de Medicina (Domènech i Estapà) y con el enorme catafalco que tienen encima las columnas del pórtico, pensaba que yo les hubiera puesto capitel dórico más que corintio y, por supuesto, el jónico cantaría como una almeja. Ese capitel jónico que presentas, está muy guapo con esa moldura y arquitrabe encima. Lo he estado observando atentamente y es muy parecido al de las columnas de Puig i Cadafalch en Montjuic, solo que éstas no tienen arquitrabe encima y son "un símbolo de...",, nada más. Me sobran, lo siento, por clásicas que sean.
ResponderEliminarAcepto también el neoclásico "como animal de compañía" (como el pulpo), aún a regañadientes, pero los demás "neos" se me suelen indigestar, que si neogótico, que si neorrománico, neobizantino o neomudéjar. Hay mucho de eso por estos lares.
Una de las cualidades que más valoro en un escritor es su adjetivación, una prosa sin adjetivos queda desnutrida, es "como un jardín sin flores", como suelen decir los cursis. Es muy difícil ponerlos bien, se necesita dar en el clavo, no es lo mismo uno que otro, y tú lo haces (pero "no te me vengas arriba"). No deben utilizarse en exceso, no es necesario que todo sustantivo lleve pegadito un adjetivo, resulta muy cansino; como tampoco es necesario recargar los textos con metáforas y recursos de este estilo. Cuanto más limpio sea el texto, mejor, en mi opinión, aunque acepto excepciones, que las hay muy brillantes.
En cuanto a los músicos que citas, me quedo con Shubert, sin dudarlo. PIenso que Brahms desaprovecha muchos buenos temas, que dan paso en seguida a otros y me pierdo (sería un poco lo contrario de Beethoven, que se agarra a ellos). Schumann y Mendelsohn, bien también. Por suerte, no citas a Bruckner, que me produce una fuerte jaqueca. Lo detesto.
Un abrazo.
Amigo Gran Uribe, en mi blog he manifestado muchas veces mi devoción por el arte clásico, incluso me he confesado un anti-romántico militante. Pienso que la belleza del arte reside en "la cosa en sí". Puede estar bien y hasta cierto punto puede resultar complaciente, que uno llegue a creer que la belleza reside en la mirada del espectador. Todo esto da mucho que hablar y se ha escrito sobre este particular páginas y páginas. Yo creo que todos somos más o menos de lo uno y de lo otro: un poco de aquí, un poco de allá o quizá un poco de nada o un mucho de exceso.
EliminarCoincido completamente contigo, todo el catafalco que está colocado encima de la entrada de la facultad de medicina debería sostenerse con columnas dóricas, el corintio es desproporcionado, quizá podríamos decir que esta desproporción concuerda con todo lo que tiene encima, que a mi modo de ver es excesivo.
Las columnas de Puig i Cadafalch en Montjuïc siempre me han parecido de cartón-piedra, algo acorde con lo que representan, una cosa así como una inutilidad prefabricada, son columnas que no sustentan nada.
Yo creo que adjetivar con precisión es algo muy difícil. Poner un adjetivo correcto es difícil y veo que algunos ponen dos o tres y continúan. Escribir bien consiste, creo, en seguir la fórmula "sujeto+verbo+predicado" y hacerlo después de tener algo que decir.
En la música me ocurre como lo que he dicho al principio, en mi caso clásicos y mis contradicciones que he citado, añado Debussy, Fauré, y después la retahíla de la música contemporánea. No digo nada de Bruckner, he escuchado con atención sus sinfonías pero aún no lo conozco demasiado.
Saludos.
De lo clásico , quizá
ResponderEliminarmas la arquitectura
que la música, es lo
que me atrae .
Amigo Orlando, encontramos magníficas obras clásicas en la estatuaria griega, en la pintura del Renacimiento, en la música de Mozart, en la danza, en la arquitectura greco-romana y renacentista. Es todo un universo de belleza.
EliminarSalud
Francesc:
ResponderEliminarestá bien adjetivar. Son la salsa de la lengua. El que consiga encontrar un binomio sustantivo-adjetivo que no haya sido ya utilizado es como el matemático que encuentra un nuevo número primo.
Salu2.
Sí, amigo Dyhego, es difícil encontrar algo original, yo creo, sin embargo, que lo importante es la expresión clara de las ideas utilizando el adjetivo preciso, aunque no sea demasiado original.
EliminarSaludos
Adjetivizar es como pintar un lienzo en blanco.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, amigo mío, poner los colores adecuados en el lugar adecuado y en el orden adecuado, de esto se trata; por ejemplo, si digo "la casa es verde" es una afirmación neutra, en cambio si digo "es verde la casa" parece una pregunta y una respuesta a la vez, si digo "verde es la casa" doy a entender que es más importante el color que el objeto. ¡Uf qué cosas!
EliminarAbrazos.