Aprendimos a pensar con la agudeza de un bisturí. Más que para cortar, las ideas debían servir para que pudiéramos vivir mejor. Con la experiencia y las ideas, los cuerpos van transformándose, se adaptan incluso a la luz invertida de los crepúsculos y sortean las perrerías del amor.
La función hace el órgano y el cráneo se transforma. A veces adquiere la forma del cucumis sativus.
Los brazos se tornan instrumentos de ataque y las manos se ponen al servicio del chip omnipresente. Los dedos teclean la peste de las iguanas. Transformaciones y adaptación cociendo en un caldo vesánico de estrategias.
Las estrategias de la insidia transforman el habla. Hablar y pensar es la misma cosa.
Desde el político al eclesiástico, desde la chusma al gentilhombre: un mundo deformado donde crecen las pitas y las camelias nos recuerda que la naturaleza no tiene moral y ni tiene objetivo.
Este hombre ,
ResponderEliminarse deduce,
que no sabía
lo que era hacer
régimen.
Creo que los Colonna no se preocuparon por hacer regímenes alimenticios. Antes que papa, Oddone Colonna, fue cardenal y se sabe aquello del "bocatto di cardinale".
EliminarSalud