Ballerina escoltant tocar l’orgue en una catedral gòtica
(1945) Joan Miró
A
duras penas puedo representar el papel que me toca vivir y ahora me piden que
sea empático y que me ponga en lugar del otro. Esto significa un esfuerzo ingente
y para mí, una contradicción que no consigo asimilar.
Desde
los clásicos que vengo leyendo que debemos ser nosotros mismos y ahora, resulta
que nos tenemos que poner en el lugar del otro.
Por
otra parte, por poco que se conozca la condición de la naturaleza humana y
sabiendo que el hombre es un lobo para el hombre, creo que debe ser mejor la
simpatía que la empatía.
Procuraré
hacer las cosas bien, permanecer en mi lugar, sin meterme en berenjenales
ajenos, dejando que los demás se ocupen de sí mismos. Creo que así mejoraría la
vida de los hombres y mujeres que habitamos esta esfera achatada por los polos.
Es una buena opción, sin duda.
ResponderEliminarCamilo J Cela decía una frase que siempre me ha parecido acertadísima: " Yo no doy consejos, que la gente se equivoque sola".
Un abrazo...por cierto, buen cuadro nos has puesto.
Amic Miquel, acertadísimo Cela. Pau Casals decía: más valdría que cada uno estuviera en su lugar e hiciera bien las cosas.
EliminarEsta pintura de Miró no la conocía, la he encontrado en la portada de un CD.
Abrazos
Es muy difícil ser empático con cierta gente. Mejor, como tú dices, la simpatía. Además es gratis.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, Cayetano, a algunos es mejor ni verlos y si se cruzan en tu camino hay que escapar a carrera.
EliminarSaludos
O en dicho de castellano viejo: que cada palo aguante su vela.
ResponderEliminarHay un tipo de falsa empatía, muy publicitario y repetido, con complejo solidario, ante determinados hechos luctuosos, ya sabes, un crimen, un golpe terrorista, una desgracia equis: "Fulanito o Fulanita somos todos" "Todos somos tal ciudad o tal país". Me repatea y a base de convertirse en coletilla de situación, cuyo contenido se pierde al día siguiente de pronunciar la jaculatoria, no lo veo nada eficaz ni eficiente ni sincero. Más vale que se pusieran medios y remedios en lugar de tanta demagogia popular.
Sí, Fackel, que aguanten su vela. Que piensen un poco antes de preguntar, que se esfuercen antes de protestar, que resuelvan antes dar la tabarra.
EliminarEsta empatía publicitaria forma parte del discurso políticamente correcto, es demagogia, hipocresía y engaño.
Salud
A veces hay gente que confunde la empatía con ser metomentodo. Mejor la simpatía y la cordialidad y en caso de necesidad, ayudar, sin traspasar el límite del respeto al otro.
ResponderEliminarTodo eso de la bondad impostada es otro de los trucos de neuromarquéting, el mismo que usa perritos o gatitos para enternecer al personal.
Abrazos
Sí, Marga, hay un discurso de hipocresía y de falsas simpatías que se fomenta en las escuelas y en los medios de comunicación. Se difunden unos estereotipos que se dan por buenos con carácter inmutable.
EliminarAbrazos
Me encantá Miró y no conocía la obra que ilustra tan buena reflexión.
ResponderEliminarSiempre me dicen que soy muy empática en plan positivo, después de leerte, no sé si tomármelo como un insiulto.
Ahora en serio, Francesc, creo que la empatía es ponerse en el lugar del otro para tratar de comprender lo qué hace y por qué lo hace, pero sin cuestionar ni enmendar su manera de ser.
Me es más fácil sentir empatía que simpatía por según quien.
Me gusta tu blog.
Un besos,
Querida Tesa, también me ha gustado tu blog. Unas imágenes preciosas. Me he convertido en un seguidor incondicional y celebro que tu sigas este blog mío, donde encontrarás bastante ironía, una visión un tanto escéptica del mundo y mucha reflexión sobre arte y estética.
EliminarYo no sabría ponerme en lugar del otro y mucho menos cuestionar o enmendar al vecino o conciudadano. He conseguido comprender algunos esfuerzos estructurales (vigas, pilares, cimientos...) pero no he conseguido entender al ser humano.
Abrazos.
La verdadera caridad comienza con uno mismo...
ResponderEliminarAmigo Pedro, la caridad es la virtud que se opone a la envidia. Es la solidaridad con el sufrimiento ajeno, pero de eso a ponerse en el lugar del otro va un trecho.
EliminarCreo en la impenetrabilidad de los cuerpos y no consigo imaginarme cómo se mete uno en lugar del otro.
Si uno lo piensa, cae en la cuenta física de que ningún cuerpo puede ocupar al mismo tiempo el lugar del otro.
EliminarSaludo
Ya sabes, Andri, que me cuesta entender los mundos simbólicos y los fenómenos extra-físicos, así que me resulta difícil eso de la empatía y, además, no quiero pensar en que otro se metiera en mi lugar.
EliminarAbrazos
Un poco de compasión es lo que le falta a este achatado mundo, la más alta expresión del amor, es decir, tratar de comprender que hay sufrimiento detrás de esas caras que vemos por doquier.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, Dean, la compasión es una virtud. Individualmente podemos sentir compasión mientras reclamamos más justicia social, más educación y menos espectáculo lacrimoso y menos hipocresía.
EliminarSaludos