El arquitrabe es un elemento de tránsito y debe su existencia, y se encuentra ahí donde está, en virtud de su función de transmisión y reparto de fuerzas.
La consideración del arquitrabe dórico como punto de equilibrio solamente la podremos entender si nos remitimos a su función y a su situación en la estructura. Lo que se construye sobre el arquitrabe (paños de cubierta, frontones, acróteras...) gravitan sobre él y se vuelven contra él en virtud de su peso y también en virtud de esta carga, el arquitrabe se equilibra.
Concluimos, pues, que se trata de un elemento de equilibrio y tensión al mismo tiempo y que en ningún modo puede expresar una idea de reposo.
Nota:
Con esta reflexión quiero aclarar las ideas a los apologistas de Gaudí.
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