Mantengo la espalda recta y los pies encima
del pavimento antiguo, resistiendo sin saber por qué
en esta aldea llena de luces de neón
donde los mojones son de granito rebeco.
Bajo la Vía Láctea, si me estiro con esfuerzo,
puedo alcanzar el umbral con las puntas de los dedos,
y tocar el suelo, doblando el espinazo.
He aquí la medida del mundo de las arcadias
y del prado abundante sembrado de margaritas,
que me ofrecen pétalos por uno sí y por un no
como apuestas de amor y desamor perdidos.
Y detrás de los engaños del viejo juego del amor,
tras la partida ociosa de los pétalos,
sólo hay el trabajo para el abastecimiento del pan.
Traducción del catalán de
La dimensió de l'Arcàdia
del libro
DOBLE TALL
lunes, 9 de agosto de 2010
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Un resultado exquisito para un cuerpo donde solo late el pan.
ResponderEliminarAbrazos, amigo.
Experimentosenruido
ResponderEliminarSi pan no hubiera, ni latidos, ni partidas ociosas de amor habría tampoco.
Al final, después de todo:
las estatuas griegas,
cuatro o cinco versos de Dante
el amor filial
y los macarrones.
Salud amigo