El azogue del espejo está deteriorado, aparecen en él puntitos dispersos como si la cara trasera del espejo hubiera recibido una perdigonada. Las imágenes son confusas y en el azogue se refleja la historia de forma alterada y así, nada verdadero podremos aprender de lo que hay detrás del espejo.
Ya lo ves, Tucídides, poco a poco, la barbarie se va perfeccionando y de momento sólo hay que contentarse con el trocito de felicidad que nos da la dependencia de la materia.
Nos lo advertiste, estamos condenados a no aprender nada de la historia, caer siempre en los mismos errores y cada generación condenada a repetir las mismas injusticias y bestialidades.
miércoles, 26 de enero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
También yo, como diletante de la Historia, estoy condenado, y no podía sustraerme a su llamada. No sólo el viejo Tucídides, padre progenitor, sino otros muchos historiadores tras él han sido conspicuos y sensatos, a pesar de no haber podido transmitir estos valores a los gobernantes varios de los varios pueblos que han tenido en sus manos nuestras esperanzas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, Javier, todo es cíclico, la historia discurre encima del tiempo, éste gira y gira, Pla dice:
ResponderEliminarSiempre igual, este año ha granizado, el año pasado también; este año ha nevado, el año pasado nevó...Ante hubo guerra; ahora hay paz; la guerra volverá... Despertamos, miramos, soñamos... Siempre igual. El dinero se evapora, las mujeres pasan, los hombres se empequeñecen. La plaza, el desayuno, el almuerzo, la merienda, cenar, dormir y soñar...Siempre igual. Todo pasa, todo se rompe, fatiga y se va; siempre igual.
Salud
Tú lo has dicho, las mismas bestialidades. ¿Por qué tropezamos siempre con las mismas piedras...?
ResponderEliminarUn abrazo.
Avui em preocupes...
ResponderEliminarFa dies.
No trobo el teu correu.
EL meu és a la vista, per si el necessites...
Hola Francesc:
ResponderEliminarUn acierto traerlo a Tucídides en estos tiempos en que la barbarie aleja cada vez más la causa de la justicia.
Interesante lo del rasgo "bárbaro" de la perdigonada sobre el azogue que, a la postre, es lo que vuelve difuso el reflejo de lo real -claro, hay que plantearse si el reflejo de lo real es parte de lo real o no, lo cual nos puede remitir a Valle y, mutatis mutandi a Platón... y tampoco es el caso-. De todos modos, sólo nos queda continuar confiando en la Historia -y en la historia- cuando uno observa que el Minotauro no sólo se reproduce geométricamente, sino que sus mudas causan la misma perplejidad y el mismo horror.
Celebro que Grecia nos haya convocado casi al mismo tiempo y casi con las mismas intenciones.
nos leemos,
salut,
hugo
Qué ilusión verte por aquí, Sílice. Tropezamos una y otra vez, parece el triste sino del hombre.
ResponderEliminarSeguramente debido a la brevedad de la vida no conseguimos aprender a caminar y seguramente debido al orgullo no conseguimos aprender de la historia.
Salud
Mortadel.la, no cal preocupar-se, ja sabem que tot devalla cap a pitjor.
ResponderEliminarSalut
Hugo, efectivamente Grecia nos convoca.
ResponderEliminarNos leemos.
Salud
Pienso que es la brevedad de la vida y ese querer experimentar de nuevo con cada renacer.
ResponderEliminarEn cada época va cambiando solo la vestimenta, por dentro, en los sentimientos, no somos tan distintos, es solo que, como el los espejos, hay algunos que se conservan mejor que otros, depende del cuidado que pongamos o de la calidad de la luna.
Salud
De acuerdo Isabel, "vita brevis". Cambian muy pocas cosas, cambian las formas de urbanidad o desaparecen incluso, pero el gesto de las manos protegiéndose la cabeza contra la agresión, este gesto permanece.
ResponderEliminarSalud