Con refinamiento endulzado y con sensibilidad exasperante hasta el punto de la sensiblería, James McNeil Whistler, Stéphane Mallarmé y Oscar Wilde nos dijeron que el arte existe para beneficio de su exclusiva belleza, del mismo modo, nosotros creemos entender, que existen los muertos para justificar la construcción de los cementerios.
Los artistas y escritores esteticistas de finales del XIX, sobre todo los británicos decadentes, preconizaron un estilo de vida que según ellos debía tener como ideal la belleza.
Las ideas estéticas de los dandys ingleses nacieron como oposición a las filosofías utilitaristas que habían surgido con el desarrollo de la Revolución Industrial, para combatir la fealdad y el materialismo que el proletariado representaba para ellos. Ante la fealdad de las fábricas, estos esteticistas preconizaron el arte por el arte cuyas normas estéticas quedaban exentas de toda utilidad, de toda moral y de todo placer.
De aquellos vientos vinieron tempestades que arrasaron el viejo continente:
el Modernisme catalán con sus locuras panteistas,
el conservadurismo arcaizante del Modern Style,
la frivolidad del Art Nouveau y
las nieblas del Jungerstyle.
De las horas ociosas de los señoritos de salón nació el arte por el arte.
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vas directo a la yugular, estimado Francesc. voy a tener que pensarlo pausadamente porque sacudes con fuerza el polvo de la historia y ahora no veo claro, no sabría decirte; pero de primeras me viene la frase de un expresionista abstracto americano: "la estética es para el arte lo que la ornitología para los pájaros".
ResponderEliminarsea como sea, una postura atrevida, atractiva y elegante.
un abrazo
Sí Kynikos, ves tanto artistazo y uno se envalentona y puestos a sacudir polvo, pues se sacude la alfomfra y lo que haya debajo.
ResponderEliminarSalud
creo que cuando "no se espera nada personalmente exaltante" mejor caer en la caída...
ResponderEliminarsaludos
Concepto-aparte, la caída es inminente.
ResponderEliminarSalud