En la sala que da al jardín,
donde todavía florecen las margaritas,
firmamos, tras el cristal empañado,
una revuelta de pactos solitarios,
y bajo un murmullo apagado de satén
rasgamos el cuerpo
según el antiguo orden de la colmena.
He aquí el contrato solidario,
el de los grandes amores:
una derrota de rosas
que nos traerá la luz del otoño
y las manchas pardas en la piel,
y después del equinoccio
florecerán, entre tú y yo,
los crisantemos del jardín cercado.
Traducción al catalán del poema
Darrere el vidre
del libro Doble tall
Ed. March Editor (2009)
domingo, 11 de julio de 2010
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