Con motivo del concurso de piano María Canals, se han colocado en algunas calles céntricas de Barcelona unos pianos de cola para que los ciudadanos cívicos puedan dar rienda suelta a sus habilidades artísticas.
Pues bien, hay personajes incívicos que dan rienda suelta a su tendencia delincuente y arremeten contra todo, sin respeto ni a la convivencia, ni a la ley ni a la razón.
Gamberros que quieren dejar constancia de su miserable existencia y pintarrajean el piano dejando sus "deposiciones artísticas" sobre el instrumento. Pintan unos taks asquerosos en el piano y en la banqueta y lo estropean todo, da asco.
¿Tendré que pensar aquello de que no se pueden dar perlas a los cerdos? o tendré que sospechar que, a la vista de los actos vandálicos y las gamberras, los organizadores del concurso ya no volverán a poner los pianos en las calles de Barcelona y los pondrán en otras ciudades donde haya más educación y respeto. Entonces, aquí nos preguntaremos sobre el por qué de la degradación cultural de esta ciudad que tanto había presumido de ser una avanzadilla cultural.
Me ha disgustado tanto este acto vandálico y esta mugre social que recorre Barcelona, que me marcho una temporadita de mi ciudad y desconecto.
Estoy desconcertado, Francesc.
ResponderEliminarNo me extraña que marches una temporada.
Simplemente descorazonador.
No tengo palabras.
Un abrazo
Miquel, este piano vale mucho dinero y algún gamberro lo ha estropeado y me pregunto ¿qué hacen las autoridades ante estas gamberradas? Cuál es el camino cultural que se abre ante nosotros. ¿qué podemos esperar?
Eliminara asco, Miquel, da asco.
Salud.
Es terrible la tendencia de tantos a destrozar la belleza y la generosidad, terrible. No sé si son más o menos que antes, lo que sé es que ahora son los que marcan el paso de tantas cosas...
ResponderEliminarDesconecta, pero regresa.
Amigo Pedro, he visto esta desgracia, me he enfadado muchísimo y he dicho, me voy. Supongo que dentro de algunas semanas se me habrá pasado el enfado y me entrarán ganas de volver a Barcelona.
EliminarAhora desconecto. Es todo tan triste.
Saludos.
Sabes el dicho,
ResponderEliminarhay gente pa to,
vuelve pronto,
Sí, Orlando, conozco el dicho, pero aquí lo que ocurre es que se han cargado un piano y han dado muestras de un vandalismo salvaje que no sabe lo que es el respeto ni el civismo.
EliminarVolveré seguramente dentro de una temporadita.
Salud
Lo peor es que parece que no tengamos derecho a defendernos.
EliminarEs que no se puede dejar,un piano así por las buenas en la calle.Hay que ser irresponsable el que lo ha permitido.De todas maneras,que lo pases bien,pero si te va de gusto,puedes escribir desde el retiro.
ResponderEliminarSaludos
Creo que hemos hecho de lo anormal, la norma. ¿Por qué no se puede dejar un piano para hacer propaganda de un evento de estas características en la calle?. ¿Por qué no puedo ir con el reloj que me regalo mi señora, por la calle?, ¿Por qué mi señora no puede llevar unos pendientes que fueron de su madre, que tienen poco oro, pero un alto valor sentimental, por la calle?, ¿Por qué no puedo llevar un movil que atraiga, por la calle?...
ResponderEliminar¿Por qué?
Hay dos cosas que se pueden hacer: la primera es la educación, a veces no funciona, es cierto, pero sino se aplica en la escuela y con disciplina, funcionará menos.
La segunda es aplicar el Corán a la manera de Arabia Saudí, donde un tendero puede ofrecer las cadenas de oro en un tenderete, a plena luz del día, y sin peligro alguno que se las lleven. Allí se aplica la Ley Coránica, y ya se sabe lo que pasa cuando te pillan. Te quedas sin mano izquierda.
Un nombre perfecto :(mugre social).-Lo mejor que haces ir a reponer energía positiva y más a recrearse en cosas bellas;que los ojos son muy agradecidos.
ResponderEliminarFeliz verano.
Un abrazo y hasta pronto
Comprendo tu disgusto y que te marches una temporadita. ¡Qué envidia!
ResponderEliminarUn abrazo.
Sin autoridad no hay libertad.
ResponderEliminarSaludos.
Comprendo y comparto lo que manifiestas sobre el incivismo de según quienes...
ResponderEliminarEs muy triste ver que efectivamente el vandalismo campa a sus anchas y no nos merecemos la confianza de pensar que como ciudadanos vamos a saber comportarnos, siempre es una minoría, pero cuantísimo daño hacen ciertas minorías. Siento tu disgusto.
ResponderEliminarQue se te pase pronto, disfruta de la paz allá donde te vayas y por favor vuelve, te esperamos, un beso FRANCESC!
Es descorazonador lo que comentas, hechos que suceden en nuestra ciudad, antes bollante de ilusión y cultura. Hay que volver a concienciar, a educar, a plantear la sensibilidad como requerimiento para avanzar.
ResponderEliminarUn abrazo y buen verano, amigo, yo también huido de la ciudad hasta que pase este tiempo.
Parece mentira, pero se puede volver de los sitios. A los que pintan se les puede mandar ir a "algún sitio" pero no volver... Digo yo, no se.
ResponderEliminarUn saludo y disfruta.