jueves, 6 de junio de 2024

Entender

Gogol quemando el manuscrito de la segunda parte de "Las Almas Muertas". Iliá Repin


El deseo de aprender siempre me ha acompañado, y sigo con ello. 

No pretendo entenderlo todo, sólo entiendo algunas cosas de estática y otras pocas de estética y aún así, relativizo las pocas cosas que me parece comprender.

Se me escapan los mundos simbólicos. Los símbolos se me antojan bestias de cien mil patas, dispuestas al acecho.

No comprendo el amor de los efebos, ni el diálogo interecuménico, ni la música americana.

Creo que es dificilísimo entender el equilibrio de una sociedad donde las gentes no se quieren. Quizá sea más fácil entender el equilibrio entre la supervivencia de las bacterias que viven en nuestro intestino y nuestras defensas.

12 comentarios:

  1. Por culpa de
    los dichosos
    simbolitos,
    mas de uno,
    juega a creerás
    mejor que los
    otros, cuando
    los mejores ,
    somos nosotros,
    la sociedad, los
    que los tenemos
    que soportar,
    y encima,
    maman
    de nuestros
    impuestos.

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    1. Amigo Orlando, los símbolos se utilizan casi siempre para engañar y hacernos creer cosas muy extrañas.
      Salud

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  2. Creo que uno empieza a entender las cosas cuando ese comienzo lo hace por uno mismo.
    Saber tus límites, callar en las más de las ocasiones, aunque tu respuesta sea mucho más acertada, por formación, que la del oponente, evitar el envite, y sobre todo, no dar mayor importancia a aquello que dentro de cien años no veremos, ni por forma, ni por fondo.
    Un abrazo

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    1. Amic Miquel, conocer los propios límites es el principio de la humildad. Luego le siguen, el reconocimiento de nuestra propia insignificancia, la discreción, saber callar, evitar enfrentamientos, relativizar...
      Abrazos.

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  3. Es una de las cosas más admirables de ti, que aun sabiendo mucho, tirando a muchísimo, no pierdes la curiosidad por seguir aprendiendo. Como te dije ayer, o hace unos días – no sé en qué día vivo- a mi me es imposible aprender lo que no comprendo, pero si nadie me pide que conozca en profundidad algo, aunque no lo comprenda, no me cuesta nada tolerarlo. Quizá por eso nos queremos tan poco en general, porque nos cuesta mucho tolerar lo que no comprendemos y aun más, lo que no compartimos. Somos seres complejos, las bacterias no y además no se complican la vida como nosotros, intentan sobrevivir y con eso les sobra ; ) Un beso!

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    1. Querida María, quiero seguir aprendiendo, observar la realidad que se presenta con todo su esplendor y ver lo que pasa. Todo esto es divertidísimo. Me gusta ver la diversidad, intentar comprenderla e intentar aprender y pensar sin limitaciones, quiero decir sin prejuicios.
      Sé muy pocas cosas, admiro a mis amigos que, generalmente saben mucho de literatura y cosas de letras, yo he ido por otros derroteros y siempre con una curiosidad grande: estática, estética, arte, geometría, matemática, música, dibujo.
      Voy por ahí transportando mi osamenta y la gran multitud de bacterias que viven en mi interior. Dicen que llevamos en el cuerpo tantas bacterias como células, tal es la proporción que a veces me pregunto qué somos, por qué consideramos que las células somos nosotros y los microorganismos y bacterias son cosillas minúsculas ajenas a nosotros.
      Abrazos mil.

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  4. Pues ya entiendes mucho. Yo, cada vez entiendo menos cosas aunque sean muy rutinarias. Un abrazo

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    1. Querida Chelo, no creas, hay muchísimas cosas que no las entiendo y el deseo de aprender continúa. Sólo busco el conocimiento y un cierto equilibrio.
      Abrazos.

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  5. Entenderlo todo sonaría a fatuo. Mejor que queden cosas por aprender.
    Un abrazo

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    1. Cuando quedan cosas por aprender, siempre tendremos camino para disfrutar aprendiendo.
      Saludos

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  6. Totalmente de acuerdo,la curiosidad por las cosas es una buena medicina ,aunque el dicho de qué la curiosidad mató el gato ,sea más como una advertencia...
    La mente es muy agradecida, por eso hay que alimentarla con cosas que la enriquezcan.
    Nunca te acostarás sin aprender algo nuevo.
    Me ha gustado esta reflexión, últimamente estoy ávida de ellas, ya bastantes confrontaciónes tiene el día a día sin buscarlas.
    Un abrazo

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    1. Querida Bertha, yo creo que la pérdida de la curiosidad anuncia ya el final.
      Aquel gato debía ser poco precavido y esto le jugó una mala partida.
      Abrazos

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