lunes, 24 de junio de 2024

La realidad y los mundos simbólicos

Retrato de Battista Sforzza. Piero della Francesca 


Los mundos simbólicos se me escapan. Creo en las cosas que son, como por ejemplo, una lechuga y no creo en las cosas que representan algo, como por ejemplo un himno.

Siempre he pensado que la realidad supera con creces todo lo que podamos tener en la cabeza en forma de abstracciones, creencias, ideologías o símbolos.

Lo más prodigioso y extraordinario de esta vida es la contemplación de la realidad. Lo que mayor admiración me produce es la expresión de la realidad despojada de cualquier aditamento ideológico, añadiduras baldías o aposiciones.

Creo que la contemplación de la realidad pura y simple, nos permite aceptar que en la vida puede existir el milagro. Es el milagro de los frutos sabrosos, el aleteo de los pajaritos,  la sombra de los pinos junto al mar,  el aroma de la carne a la brasa, la tonta risotada de los adolescentes, el jardín de las prímulas y las adelfas...

22 comentarios:

  1. Lamentablemente,
    es común en
    España.

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    1. Amigo Orlando, la realidad nos ofrece una riqueza que los signos no pueden alcanzar.
      Salud

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  2. "Siempre he pensado que la realidad supera con creces todo lo que podamos tener en la cabeza en forma de abstracciones, creencias, ideologías o símbolos." Es que es la verdad .

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    1. Querida Chelo, no hay más que abrir los ojos, la realidad la tenemos delante mostrándonos toda su magnificencia para bien o para mal.
      Un abrazo

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  3. Ahora, con la Eurocopa de Naciones, me gusta llegar tempranito, para oír los himnos de los diferentes equipos. Me gusta los de Francia, Italia y el de España, porque soy español, aunque no tenga letra.
    Me paso mucho tiempo contemplando la realidad, pero también pensando que hay detrás de ella.
    Saludos.

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    1. Amigo Car res, creo que hace más de veinte años que no he visto un partido de futbol ni sabía que tocaran ningún himno.
      Creo que el futbol es una realidad y los himnos son una cosa simbólica.
      Salud

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  4. La realidad, a veces, nos hace imaginar algo que supuestamente la mejore....

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    1. Amigo Luis Antonio, dejamos volar la imaginación para construir unos mundos ideales y muchas veces, cuando vemos que "los mundos" no son tan bonitos como los hemos imaginado, nos llevamos una decepción.
      Abrazos.

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  5. En este país somos un poco contradictorios. Muy dados a los símbolos, SÍ. Pero también nos aferramos a la realidad del dinero.

    — Entre los primeros, tenemos, sin ir más lejos, "La Flama del Canigó", ese invento de Òmnium Cultural que nuestro flamante (valga la redundancia) presidente del Parlament renovó ayer en un emotivo acto. Para los que no sean de aquí se lo cuento: «La madrugada del 22 al 23 de junio "la flama" (la llama) del Canigó se renueva en la cima de esta montaña del Pirineo catalán y cientos de voluntarios y equipos de fuego la distribuyen por los "Països Catalans" siguiendo varias rutas para encender las hogueras de la noche de San Juan. Así comienza, año tras año, la celebración de una fiesta ancestral vinculada al solsticio de verano que es también un símbolo de hermandad entre los territorios de habla catalana». (El texto lo he copiado y traducido de la página web de Òmnium).

    — Respecto a lo segundo, también sin ir más lejos, ese dicho tan "nostrat": "La pela és la pela".

    Por otra parte, me gustan mucho los retratos de Piero della Francesca, como el que nos presentas y también el de su marido, aquel señor a una nariz pegado (el Duque de Urbino). Creo que es más fácil de resolver pictóricamente una imagen de perfil que una de frente. Un ojo que no nos mira, frente a dos ojos que nos miran. Pero lo entiendo y estoy con él. Posiblemente le interesaba más lo externo que reflejar ese pozo sin vistas que llaman "el alma" (sea la del prójimo o la nuestra).

    Un abrazo.

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    1. Amigo Gran Uribe, los símbolos son bastante peligrosos, por ejemplo la "flama del Canigó", yo veo en ella una posibilidad de quemaduras o una idiotez que puede provocar un incendio y quiero dejarme de mandangas simbólicas. En cuanto a lo real, por ejemplo el dinero, veo en él, la posibilidad de poder comer y conseguir un mayor confort.
      Piero della Francesc es uno de mis artistas preferidos, mi debilidad es el quattrocento. Me parece (opinión personalísima) que a Piero della Francesc le interesaba muy poco el alma del retratado, quería expresar lo que veía sin aditamentos, esto lo dejaba para los manieristas que vendrían después.
      Abrazos.

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  6. Muy nietzscheano, siempre intelectual el señor Cornadó que, bajo la apariencia de contemplación serena, nos recuerda: La sencillez y naturalidad son el supremo, y último, fin de la cultura.
    Querido Francesc, no he encontrado tanta sabiduría ni en Gracián, La Rochefoucauld, Montaigne o el inevitable Kapuscinski.
    Fuerte abrazo.

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    1. Amigo Pitt, qué exagerado, estos autores que citas son monumentos a la inteligencia humana, yo de intelectual nada, sólo me limito a expresar o reflexionar sobre lo que veo: una lechuga, un congrio seco, un bolígrafo medio gastado o las flores del jardín, me cuesta hablar sobre lo que no lo veo, requiere un esfuerzo muy grande y corres el peligro de caer en algún error.
      Un fuerte abrazo.

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  7. Completamente de acuerdo con tu entrada, Francesc. Las cosas naturales, las cotidianas, son, a mi parecer, las milagrosas.
    Un abrazo

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    1. Sí, Miquel, cuando contemplas la realidad te encuentras rodeado de milagros, desde el grifo de agua hasta el alcantarillado público o el aleteo de las mariposas.
      Abrazos.

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  8. La contemplación de las cosas simples, con los ojos del alma, nos conduce a la admiración que nace de un corazón de niño.

    Un abrazo.

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    1. Amigo Rafael, mirar las cosas con interés y atención, disfrutar del milagro de la realidad, todo esto produce un placer y un conocimiento que nos ayudan a vivir.
      Un fuerte abrazo.

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  9. Si no se ve la realidad, nace la confusión mental, desde luego.

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    1. Además, Pedro, si la mente se llena de pajaritos en forma de símbolos o ilusiones baldías, veremos una realidad ensombrecida.
      Saludos

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  10. El simbolismo es también un lenguaje, lo aceptemos en la práctica o no. Más allá de lo simbólico hay que tener claro lo demostrable y demostrado racionalmente. El arte en cualquier época está repleto de símbolos. ¿No será que el arte, las artes, son por sí mismas mundos simbólicos? Salud

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    1. Sí, Fackel, reconozco que el simbolismo es un lenguaje, sí, pero a mí me cuesta mucho de entender.
      Salud

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  11. A mi sin embargo me gustan los símbolos, no todos por supuesto, en todo caso, no tanto por lo que representan, como por lo que me hacen sentir en un determinado momento. Un himno en abstracto, puede que no me diga nada, sin embargo otro o en otro momento, me dispara la emoción.. La realidad es tal cual nos pille, porque depende cómo la percibamos, por eso un mismo hecho es visto de diferente manera por personas diversas.. Eso no quita que en la contemplación reposada y serena, sin duda se perciba mejor lo que de verdad ocurre, eso es indudable ¡qué bonito describes la belleza de la realidad .. aleteo, prímulas y adelfas .. sólo las palabras que escoges son en sí mismas muy bellas ; ) ootro beso y sigo ascendiendo! … ; )

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    1. Querida María, a mí los símbolos me superan, utilizan una gramática que me cuesta entender.
      En el caso de los himnos, me ocurre a menudo que su exceso de trompetería me molesta y si el himno habla de agresiones, victorias guerreras, armas afiladas y hace alarde de gallardías, entonces me marcho a escuchar "Paquito el chocolatero".
      Encuentro mucha más riqueza y belleza en la realidad que en los mundos simbólicos.
      Celebro que te gusten estas palabras, fíjate que se refieren a cosas tangibles que apreciamos con los sentidos sin que tengamos que recurrir a los símbolos.

      Abrazos mil.

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