Autobús. Francesc Todó i Garcia (1922 - 2016).
Hablamos de "nuevos ricos" para referirnos a aquellas personas que han conseguido aglutinar una considerable fortuna en poco tiempo. Muchas veces la fortuna la han ganado gracias a su tesón en el trabajo o a su ingenio o buena suerte en los negocios. Va mi admiración hacia ellos cuando el origen de su fortuna es el esfuerzo y el ingenio en los trabajos o en los negocios, otra cosa es cuando el origen de su joven riqueza proviene de actividades ilícitas, más o menos inmorales o criminales. Pero esto es una cuestión de moralidad que yo no voy a entrar en ello.
Dejando aparte las consideraciones pecuniarias o fortuna personal, cabe destacar las costumbres particulares del nuevo rico. Suelen ser individuos que se encandilan con los nuevos lujos y las nuevas distracciones, que, sin su fortuna recién conseguida, les resultarían imposibles de conseguir. Se mueven con una extremada torpeza cultural, sin delicadeza y con un mal gusto tremendo, igual que el que adornaba al liberto Trimalción.
Puedo decir que he conocido a muy pocos nouveau riche. Hablo de mi vida profesional y del trato que he tenido con mis clientes. Cuando me he cruzado con alguno de ellos he constatado su mal gusto. Veo que son adictos a las revistas de decoración, se encandilan con las desproporciones y les agrada la profusión de distintos materiales para "decorar" un espacio. No desdeñan las imitaciones de maderas nobles. Prefieren la ostentación a la funcionalidad, no se preocupan por las instalaciones, ni por el mantenimiento de las construcciones.
No sé mucho más de estos advenedizos, he tratado a muy pocos y nunca he pasado más allá de hacerles un simple anteproyecto. Quiero decir que no he elaborado ningún proyecto completo y mucho menos una construcción para un nuevo rico. Debo decir, además, que he tenido muy pocos clientes particulares, casi que se podrían contar con los dedos de una mano.
Cuando tienes que desarrollar un proyecto para un cliente particular acabas conociendo demasiadas intimidades de ese cliente y, esto, a mí, particularmente no me gusta. No me gustan las intimidades ajenas. He procurado evitar el cliente particular y lo he conseguido.
"Nuevos ricos", sin duda se trata de una expresión con connotaciones negativas, no descartaría cierta dosis de envidia...
ResponderEliminarSí, Luis Antonio, la expresión tiene un carácter despectivo.
EliminarSaludos.
Acceder al dinero sin costumbre ni formación conlleva siempre la vulgaridad.
ResponderEliminarAmigo Pedro, la formación y la cultura son indispensables, sin ellas consigues llegar a ser un patán.
EliminarSaludos.
A mí juicio,
ResponderEliminarno aumentan,
sino que están
más visibles
cuando el resto,
clase media/baja
estamos como
ahora,o en 2008,
esto es, jodidos.
Amigo Orlando, es una cuestión proporcional, cuanta más incultura, más visibilidad tienen los nuevos ricos y también una mayor aceptación social.
EliminarSalud.
Una considerable fortuna ¿en poco tiempo y de manera honesta? Lo dudo.
ResponderEliminarAmigo Fackel, amasar una considerable fortuna en poco tiempo, levanta sospechas. Aun así te pondría algún ejemplo, que ahora no quiero citar, de un colectivo con establecimiento que siendo honrados han conseguido alcanzar un nivel de ingresos de cierta consideración, no sé si son la excepción que confirma la regla. En este colectivo he encontrado muchos nuevos ricos que presumían de su incultura.
EliminarSalud
Francesc, hace muchos años que nos conocemos, y sabes cuál es mi máxima: No dar explicaciones.
ResponderEliminarHace tiempo, puse una frase de J. Carlin: "Nunca te quejes, Nunca te expliques". Tampoco a mí me gustan las intimidades ajenas. Entiendo tu postura.
Un abrazo
Amic Miquel, dando demasiadas explicaciones consigues: perder la autoridad moral o profesional, que te tomen por tonto, que no te entiendan, que te tomen por un niñato, que sepan demasiado de ti, que se asusten, que piensen que eres un iluminado de pacotilla, etc. No vale la pena. De intimidades tan pocas como los dedos de una oreja.
EliminarSalud.
Mira,juego cada semana a la misma primitiva online,quizás un día de estos soy nuevo rico,ya te diré lo que se siente.Para que vamos a contar mentiras,si no lo somos.
ResponderEliminarSaludos
Ya avisarás cunado te toque.
EliminarYo creo que una vez jugué a la primitiva, entré en un establecimiento de loterías y aquello era muy sórdido y bastante sucio, había papeles por el suelo, los vidrios tenían manchas aceitosas y la persona que me atendió era muy mal educada.
Salud.
No deja de ser un síndrome problemático el de convertirse en "nuevo rico" sin una tradición en cuanto a conformación del gusto. Tener dinero y no saber cómo gastarlo ni tener un estilo. Yo me lo imagino en mi caso -que me cayeran los euromillones- y creo que mi vida se convertiría en un conflicto bastante difícil de gestionar porque seguiría viviendo igual que ahora pero tendría que administrar esas docenas de millones de euros en mi cuenta. ¿Un coche de alta gama? ¿Un chalé en la sierra o en la playa? ¿Viajes a resorts de lujo? ¿Moda de marca cara? A veces me lo imagino y me espanta esa posibilidad.
ResponderEliminarAmigo Joselu, aspiro al silencio, sin lujos ni cosas que estorben. Sólo tranquilidad.
EliminarLos nuevos ricos se mueven mucho, suelen hablar demasiado fuerte, dedican mucho tiempo a hacer gala de su incultura.
Saludos.
El lenguaje no es inocente y por eso ¡ explicación no pedida...culpa manifiesta! .
ResponderEliminarLas raleras y más en ciertos trabajos no terminan bien ,por eso eso mejor poco y calidad.
Y trabajando con honestidad puedes tener una vida plena; pero apegados a la realidad y evitar marañas mentales o delirios de grandeza.
Estimado Francecs, aunque el mal gusto existe en todas las capas sociales y más en esa facultad de sentir o apreciar lo bello o lo feo.
La experiencia es una buena consejera ...a los hechos me remito.
Un abrazo
Así es, Bertha, el mal gusto lo encuentras por todas partes.
EliminarLa educación juega un papel importante en la construcción del gusto.
Abrazos
Claro, porque “ los nuevos ricos” por ser nuevos, no están preparados para gestionar, lo que les ha llegado rápidamente o por sorpresa, ocurre con el éxito y con todo lo que te supera. Necesitan que todo el mundo se entere de su nueva condición y por eso la ostentación es una de sus características, el mal gusto otra, precisamente por lo anterior y el despotismo y mala educación en el trato, la tercera. Pero también hay gente que se deja asesorar y aprende, como a todo en esta vida. Los que no aprenden, ese éxito o riqueza sobrevenida, a la larga resulta ser su perdición. Respecto al trato íntimo con los clientes, en mi caso es imprescindible, dedicándome como me dedico a familia y derecho civil.. o lo que es lo mismo, problemas familiares, de pareja, herencias o líos con los vecinos de sus propiedades o las propiedades en sí.. A veces es complicado, pero otras muy agradable dependiendo de cómo sean las personas. Después de tanto tiempo, tengo la suerte de tener grades amigos que comenzaron siendo mis clientes, otros con los que trabajas y fin y otros a los que he tenido que echar del despacho jaja hay de todo, pero como me gusta el trato con la gente, eso nunca me ha supuesto un problema, de hecho quizá sea la parte que más me gusta, lo más duro es la responsabilidad, imagino que como en tu trabajo. Lo que debe ser muy complicado es dedicarte a satisfacer los caprichos de la gente, sean nuevos ricos o ricos de toda la vida ; ) Un beso FRANCESC!
ResponderEliminarQuerida María, hay individuos que han conseguido amasar una fortuna en muy poco tiempo, seguramente han estado muy atareados en alcanzar estos dinerillos y con tanto ajetreo no han podido educar su sensibilidad. Después, cuando ya tienen lo deseado, se dedican a alardear y, con tanto meneo, tampoco les queda un momento para educarse.
EliminarEn cuanto a la práctica profesional, en mi caso, te diré que la mayor parte de mis clientes han sido corporaciones y entidades públicas o privadas, muchas empresas y pocos, poquísimos clientes particulares, estos me hacían perder mucho tiempo explicándome sus manías, caprichos y delirios, ¡uf, un incordio!
Las pólizas de los seguros de responsabilidad civil son tremendas. La arquitectura exige una responsabilidad muy grande.
Abrazos mil.