Piazza
San Marco con la Basílica, (1730). Canaletto.
Situados
a cierta distancia podemos observar como las líneas fugan hacia unos
determinados puntos. El distanciamiento nos
permite ver la realidad de una manera más objetiva que cuando nuestro ojo está
inmerso en la maraña de las cercanías insoportables.
Todo
fuga, incluso nosotros apartándonos, también fugamos. Huimos de las cosas y hasta parece que huyamos de nosotros
mismos.
Por
otra parte, situados a cierta distancia, evitamos que el roce nos provoque
alguna llaga. Los cuerpos u objetos cercanos suelen tener propiedades abrasivas.
Para
evitar roces y para entender el mundo de una manera más objetiva, los artistas
del quattrocento italiano sentaron
las reglas de la perspectiva.
¡Cuánto
ganó el arte y la razón evitando el roce de los cuerpos y contemplando el mundo
en perspectiva!
Dicen que el toro no se ve igual desde la grada, y llevan razón. Las cosas hay que dejarlas reposar y mirarlas desde lejos.
ResponderEliminarUn abrazo
Amic Miquel, creo que es muy prudente siempre alejarse un poco o un poco más y ver las cosas con una perspectiva que contemple el entorno. Además de esta manera se evitan roces molestos.
EliminarSalud
El roce nace el cariño, oía decir a los mayores, no lo entendía, porque en mi caso, saltaba chizpas, con mi tribu de jugo, cada vez que le dábamos a la pelota.
ResponderEliminarSaludos
Amigo Car res, el roce continuado tiene un efecto abrasivo, produce llaga.
EliminarSaludos
Estoy de acuerdo para casi todo arte, salvo para la música. Su roce no es abrasivo e invita a la inmersión en ella.
ResponderEliminarMucha paz y más salud para este año.
Amigo Julio, tienes razón, la música acaricia, no roza, no es abrasiva. No podría vivir sin su etérea presencia.
EliminarTe deseo que tengas un 2024 muy feliz y que todo te vaya bien.