Autorretrato con trompa (1938). Max Beckmann
Confiar
en el mundo, en algunas cosas del mundo o en lo que hacen algunos en el mundo
es como la música de Wagner que, con los años, uno se la va cuestionando.
Creo
que hay que cuestionarlo todo: la eficacia de la virtud, el color rosadito de
los angelotes, las emociones exaltadas o el arte de la provocación.
Pongo
en cuarentena las noticias o mensajes que nos lanzan desde los medios de
comunicación, los partes meteorológicos y también, evidentemente, los discursos
y comportamientos de los que se dedican a la cosa pública.
Naturalmente
que hay comportamientos humanos que apreciamos, como la amistad y los logros de la tecnología que consiguen que las cosas
nos resulten más cómodas, pienso en la calefacción, la cesárea y el saneamiento
urbano.
También
creo en el amor filiar y me gusta la estatuaria griega, la música de Bach y la
poesía de Dante.
Creo
que lo razonable es la capacidad de relativizar, el escepticismo sereno, pero
no tanto el pesimismo –no confundir escepticismo con pesimismo.
Yo
soy un descreído total, nunca he tenido ningún contacto con lo religioso, ni
por la familia ni por la educación, ningún colegio religioso, ningún contacto
con los curas y en mi casa nunca se habló de creencias de ningún tipo. Dudo y
dudábamos.
Practico
la duda sistemática y, por el hecho de ponerlo todo en cuestión, tiendo a desconfiar,
pero, sin embargo, algunas veces me veo obligado a confiar, sobre todo cuando hay
un contrato firmado ante notario.
Soy de apretón de manos y mirada a los ojos, por eso cuestiono las manos flácidas y la mirada perdida.
ResponderEliminarPero entiendo perfectamente que existan los contratos y fluyan los notarios, y que estos, cada vez, sean más necesarios.
Un abrazo
Miquel, el apretón de manos ha sido un gesto y un signo de compromiso. Ahora el apretón ha ido perdiendo credibilidad y parece que si no hay papeles de por medio, nada queda asegurado, incluso habiéndolos y firmados ante notario se incumplen muchos compromisos y se infringe la ley.
EliminarCon el incumplimiento de las leyes se pasa de los papeles a las pistolas, impera la ley del más fuerte o sinvergüenza.
Salud.
jajaja mi querido FRANCESC, siento mucho decirte que un contrato firmado ante notario debe ofrecerte la misma confianza que un apretón de manos, si los firmantes no tiene intención de cumplirlo, es irrelevante dónde y cómo se haya hecho el contrato, irremediablemente, con y sin él, te verás ante un juez y si el firmante incumplidor resulta ser además insolvente, lo dicho, como si hubieras firmado las notas de tus hijas ante su madre jajaja con todo lo demás, totalmente de acuerdo, antes menos, pero ahora ya dudo de todo y sobre todo de lo que dicen algunos, incluso personas de prestigio…Todo está tan manipulado, tergiversado y corrompido que me he vuelto como Santo Tomás.. si no lo veo no lo creo y aun así ... y eso que tampoco soy demasiado religiosa, solo a ratitos cortos y le rezo sobre todo a mi padre, cuando me siento muy apurada ; )
ResponderEliminarUn beso grande ¡!
Querida María, si los contratos firmados pierden valor, enseguida nos encontraremos pululando por un territorio donde imperará la ley del más fuerte. Si no hay seguridad jurídica todo se cae, ningún compromiso social y económico es posible.
EliminarVemos cómo los responsables políticos incumplen la ley y luego continúan mandando y exigen prebendas.
Abrazos mil
Hablabas , en
ResponderEliminarla entrevista
que te hizo
Álvaro Colomer,
de Miro, ha sido
tú referente?, y
Tusquest, aunque
no lo nombras
quién era?, un
saludo .
Amigo Orlando, en la entrevista cité a Joan Miró, para mí es un artista de una importancia capital en el arte del siglo XX, admiro profundamente su obra.
EliminarSi te refieres a Óscar Tusquets Blanca, te diré que es un buen arquitecto y un buenísimo dibujante. Sus obras de restauración de arquitectura me parecen extraordinarias, leo con mucho interés sus libros.
Salud
Gracias .
EliminarSoy de aquellos que tienden a confiar en las personas a priori, pero mi profesión me enseña que hay que ser cauto en cuanto hay intereses por medio. La prudencia no es desconfianza. Nunca he tenido fe alguna, ni del tipo religioso antiguo, ni del tipo moderno "cambioclimatico". Procuró examinar lo que leo, lo que oigo
ResponderEliminarHe dado sin querer al publicar.
ResponderEliminarComo decia, no soy muy dado a desconfiar de las personas pero mi trabajo me enseña a ser prudente cuando hay intereses por medio. Nunca me he he adscrito a religión o fe alguna, ni de las pasadas de corte espiritual ni a las nuevas del corte "cambioclimatico", no creo las cosas por fe. Leo, escucho, miro a quien escribe y a quien se dirige a mi, lo estudio y luego saco mis conclusiones buenas o malas, no se pero mías. Desconfio mucho de los "bienintencionados" que nada ponen de lo suyo, de los salvapatrias, de los salvalmas y los adalides del "cambioclimatico" que solo dicen "es que los expertos han dicho".
Un saludo.
Sí, en cuanto a relaciones comerciales o profesionales, hay que tener una cierta prevención y cuidado.
EliminarOtra cosa son las ideologías o creencias, ahí y de una manera general, suelo desconfiar.
Salud
A mi me gusta y sigo teniendo Fe, me emociona la Semana Santa(los pasos, las saetas, el olor a incienso),la Navidad .No estudie en colegio de curas, sí que fui profesor en dos de monjas(bachillerato),uno en el Valle Hebrón y otro en la Sagrera, muy trabajadoras, sin cobrar sueldo ellas. No tengo la menor duda, en la cuestión religiosa, al contrario me sirve de refugio, en los momentos difíciles.
ResponderEliminarMe interesa la economía, pero no me interesa la política y no aguanto que me hablen mal de un partido y bondades del contrario, es que no lo soporto. Como si fueran unos ,demonios y otros ángeles. Para mi persiguen intereses diferentes.
Saludos.
Amigo Car res, tal como he dicho, nunca he tenido trato con la iglesia, yo solo dudo y tengo, eso sí, un profundo respeto por esta institución y por los creyentes. Me disgusta que hablen mal de las creencias ajenas; creo que hacerlo es sembrar discordia y también me desagrada la exaltación apasionada de las ideologías; todas estas actitudes exageradas, tanto de rechazo como de exaltación suelen partir de aquella idea del “quítate tú, para ponerme yo” .
EliminarSaludos.
¡Qué carita pone Max Beckmann en su auterretrato con trompa! Ese sí que parece estar desconfiando de todo, y no le faltaban motivos. No en vano era de los que practicaba eso que los nazis llamaron "arte degenerado", por considerarlo contrario a los ideales de la Gran Alemania ¿no? No es de extrañar que en un régimen totalitario como aquel a los pintores se les prohibiera pintar, para proteger la cómoda ceguera en la que se habían sumido los alemanes. Ni veían ni querían ver. Me puedo imaginar la cara que pondría Beckmann cuando llamaron a su puerta unos sujetos de la Gestapo a requisarle los cuadros, si es que eso sucedió con él, que no lo sé. El caso es que, a pesar de que creo que no era judío, tuvo que marcharse de Alemania, como tantos otros.
ResponderEliminarDesconfianza tengo porque mucha más gente de la que pensamos no tiene reparo alguno en mentir y engañar si con ello obtiene ventaja. Conozco a algunos/as que lo hacen incluso por hobby, aunque no saquen beneficio. Será que les estimula vivir a base de trapisondas, no lo sé ni lo entiendo. Pero esa gente suele quedar desenmascarada tarde o temprano, porque igual que dicen una cosa, al poco tiempo la olvidan y dicen la contraria sin reparo alguno. Con ellos nunca sé el terreno que piso y me resulta muy incómodo. Por eso agradezco tanto la sinceridad. De la gente que te aprieta las manos mirándote a los ojos en principio me fío, aunque no siempre. Si miran a otro sitio, mal asunto. Pero de los contratos firmados, me fío también sólo regular; estoy con lo que dice María, que creo que sabe de esto.
Será por mis diez años en el colegio de curas, con confesión, misa, comunión y rosario diarios, ejercicios espirituales trimestrales y demás liturgias absurdas que no soy un descreído de todo, pero si soy escéptico ante todo y dudo por sistema. Tener una ideología significa en cierto modo tener una cierta militancia y yo no milito en nada. [Por cierto, creo que no es casual que una de mis vocaciones frustradas sea la de detective o investigador privado. Esos tipos... si son cándidos y crédulos no se comen una rosca y fallan más que una escopeta de feria].
Un abrazo (yo también me apunto a las estatuas griegas y a Bach. En cuanto a Dante, apenas lo conozco; me pondré a ello cualquier día).
Amigo Gran Uribe,
EliminarMax Beckmann pintó bastantes autorretratos, el que he puesto encabezando este escrito, me gusta muy especialmente. Se ve que tiene el semblante de un individuo desconfiado. Yo creo que desconfía hasta del sonido que pueda salir de esa trompa pequeñita. Los nazis se lo hicieron pasar muy mal, tuvo que huir y no, no era judío, era un expresionista desconfiado y de muy buena voluntad como correspondía a los buenos expresionistas.
Amigo, estamos viendo muchas mentiras y muchos engaños incluso en las cosas más insignificantes que hacen que no te puedas fiar ni siquiera de lo que puedas tocar con la punta de los dedos, a veces pienso que estoy rodeado de hologramas malignos. Desconfío de las noticias y de los medios de comunicación, de la publicidad, del hombre del tiempo, de lo que dicen las encuestas y los comentaristas políticos, de los que rectifican, de los que dicen que se han equivocado en vez de decir que han delinquido, desconfío de los fantasmas, de los postizos que se esconden debajo de las vestimentas, de la calidad de los pollos criados en libertad y no sé si los calçots son transgénicos, desconfío de estas cebolletas.
No he tenido trato con los curas, pero no digo que esto sea un mérito, nunca he tenido atracción por lo espiritual y esto, supongo que tampoco tiene ningún mérito.
Salud.
Buena norma pedagógica...la de cuestionarlo todo.
ResponderEliminarAmigo Luis Antonio, es una experiencia personal: cuestionar siempre me ha dado un buen resultado.
EliminarAbrazos