Pasa el tiempo y nos hacemos viejos. Aprendemos a
relativizar, ya no nos importa demasiado si lo que vemos es una palangana o una
corona, o como decía Cervantes, bacía de barbero o yelmo de Mambrino.
Aunque apreciamos las buenas maneras, no nos importan
las apariencias y al final deducimos nuestra propia teoría de la
relatividad: "nada es verdad y nada es mentira, todo es del color del
cristal con que se mira".
Ocurre, sin embargo, que el cristal está roto y vemos
un mundo fragmentado.
El escéptico que está columpiándose en el cuerno de la
luna me pregunta quién ha roto el cristal y me inquiere si he sido yo el autor
del estropicio.
Evaporado el pasado, sin sentido el futuro y muerta toda expectativa, empiezo a experimentar el "ahora" del que hablaban los maestros.
ResponderEliminarSalud.
El "ahora", amigo Pitt, es lo más tangible.
EliminarSalud
Siempre tuve
ResponderEliminarentendido que
no era una
bacinilla ,
ay este Don
Quijote , como
tenia la azotea .
Amigo Orlando, ya fuera bacinilla, palangana o la corona del rey de bastos, lo vanos a relativizar y seguramente llegaremos a la conclusión de que cada uno tape su cabeza con lo que quiera.
EliminarSaludos
Mis hijas se compran los pantalones rotos y los pagan más caros. Después de esto ver a una persona con un sentido del honor y la decencia tan brillante como Don Quijote con una bacía como yelmo me parece hasta bien, incluso elegante y con clase.
ResponderEliminar""No hay que tener envidia a los que los tienen príncipes y señores, porque la sangre se hereda, y la virtud se adquiere, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.".
Un saludo.
Amigo Daniel, vemos que se da valor a cualquier cosa. Entiendo perfectamente que unos pantalones rotos sean más caros. Es natural, hay que pagar el trabajo de romperlos.
EliminarSaludos
Jaja es que el escepticismo y relativismo llevado a ultranza, como todo lo radicalizado, nos pasa al lado contrario. En lugar de dudar y cuestionar las verdades absolutas, nos volvemos descreídos desencantados de todos y todos y si relativizamos al extremo, banalizamos y nos volvemos superficiales. Nos movemos en este movimiento pendular tan letal, de lado a lado, nadie valora el equilibrio y la armonía que han pasado a mejor vida. Se impone el conmigo o contra mi, a un extremo o al otro, si te colocas en el medio te ven como tibio, buenista o memo, ¡qué se le va a hace! mejor eso que no amargado, resentido, hater o sobrado : ) Un beso grande FRANCESC y mil gracias como siempre!!
ResponderEliminarQuerida María, tomo consejo de Teognis de Megara, este poeta siempre decía que hay que tomar el camino de en medio. En efecto, no caer en los extremos.
EliminarAbrazos mil
Hoy soy un año más viejo, Francesc. Y no dejo de sorprenderme que abro el grifo y sale agua...y además, tal como les digo a mis nietos, de diez y de cinco años, lo giro y me sale agua ¡caliente!.
ResponderEliminarMe importan las personas, me siguen importando, no así las cosas, esas cada vez me importan menos.
Un abrazo y me ha gustado mucho, mucho, lo que has puesto de Yákovlev Shalyapin.
Abrazos...
Muchas felicidades Miquel, te deseo que cumplas muchos años con salud y felicidad y en compañía de las personas que te quieren.
EliminarPasan los años y mientras tengamos la capacidad de sorprendernos, podemos decir que la cosa funciona como funcionan los grifos, pero digamos que en estos momentos más vale que no hablemos del agua.
Naturalmente, lo que importa son las personas (algunas) pero también importan las cosas (algunas) como los grifos.
Abrazos.
jajajajaja
EliminarCierto, mi buen Francesc,...
Creo en una verdad tan cambiante que resulta siendo siempre mentira... y en una mentira que al menos por un rato terminará siendo invariablemente verdad...
ResponderEliminarAbrazo hasta allá.
Amigo Carlos, la realidad va cambiando y nuestra apreciación de la misma también cambia.
EliminarLas mentiras y las verdades van cambiando, todo es ondulante.
Abrazos
Por qué tenemos que extrañarnos, de que una ministra diga de que está de acuerdo, en que un hombre pueda sentirse mujer cuando corre o a veces y otras no. Que bien, todo es relativo
ResponderEliminarSaludos
No, Car res, no nos extrañamos, nos tienen acostumbrados al cambio de conceptos y lo vamos relativizando todo.
EliminarSaludos
Pues sí. Hemos sido nosotros, que al mirarnos tanto en ese cristal se hartó de vernos. Cambia todo amigo y parece que ya nada escandaliza ni nos llama la atención como antes y los valores han menguado y prima la mediocridad.
ResponderEliminarBuen domingo.
Un abrazo.
Amiga Laura, nos acostumbramos a los cambios, mejor dicho: nos adaptamos a los cambios.
EliminarNo nos escandalizamos, todo es relativo, insignificancias y pequeñas bagatelas.
Abrazos