Desde 1876 se
celebra el Festival Wagner en Bayreuth. Como es habitual, este año, además de
Parsifal, se ha representado la Tetralogía de El anillo de los nibelungos:
-El oro del Rhin
-La Walkiria
-Sigfrido
-El ocaso de los dioses
Pues
bien, algo extraordinario ha ocurrido este año en Bayreuth.
Los
tiempos cambian, también las personas. El rigor decae, se pierden las formas de
antaño y decae la puntualidad. Esto de que decaiga la puntualidad en Bayreuth,
en una cuidad alemana, puede suponer una hecatombe.
En
la representación de El ocaso de los
dioses, las tres fanfarrias que habían de sonar en el entreacto, anunciando
el comienzo de acto segundo, se retrasaron y sonaron casi dos minutos tarde.
En
El ocaso de los dioses
(Götterdämmerung) caen los dioses y este año, además, ha caído la puntualidad ¡La puntualidad alemana!
¿Será
un mal presagio?, ¿será la premonición de un conflicto bélico? ¡Oh, qué horror!
Quizá no haya para tanto. Total, los dioses que caen, la impuntualidad, la pérdida de rigor, las buenas maneras, la buena organización, el drama wagneriano, los nostálgicos, la mitología de Rhin, la ostentación de las fanfarrias..., no sé, quizá deberían hablarlo con Nietzsche.
Casi dos minutos de retraso no son motivo para provocar una nueva guerra mundial, pero sí que provocarán más de una dimisión en Bayreuth.
Me gusta la puntualidad. Cuando una persona es impuntual, la cosa no empieza bien, y no hay una segunda primera impresión.
ResponderEliminarY mala cosa es que los alemanes, tan metódicos, vayan por ese camino. Al igual la globalización también les ha alcanzado en los conciertos y todo empieza a dar igual que a dar lo mismo.
Será cosa de psicoanalizar la situación.
Un abrazo
Amic Miquel, yo creo que la impuntualidad es una muestra de mala educación.
ResponderEliminarEscuché por radio la retransmisión del festival de Bayreuth, naturalmente no todas las transmisiones completas que duraron cinco días, pero sí buena parte de ellas y cuando había de comenzar el segundo acto de "El ocaso de los dioses" y no sonaban las fanfarrias, todo el mundo se ponía nervioso, los locutores, los comentaristas. Parecía que estaba ocurriendo algo grave.
Saludos
Porque el que sabe de que va, intuye que hay una cosa que no funciona, y eso en una orquesta de cámara no se puede aceptar.
EliminarUn abrazo
Era una orquesta sinfónica.
EliminarNo sé si era un problema de la orquesta o algo de la representación o escenografía.
Salud
Mis nietos van al Colegio Alemán, en Esplugues.En fin no hay que creer en la fama.Mas de un canguro tengo que hacer,por los puentes,por vacaciones blancas,por.....ya te digo,no todo el mundo puede ir al colegio,como no sea que tengan abuelos o canguros oficiales.
ResponderEliminarSaludos
Amigo Car res, supongo que esto de la puntualidad alemana es un tópico. En todas partes cuecen habas.
EliminarSaludos