Las victorias deportivas, los mítines políticos, las
arengas militares, los discursos patrióticos o los himnos enardecidos suelen
provocar una euforia y arrebatado que a mí, me producen una tremenda repugnancia.
Con tales expresiones o acontecimientos, muchos se
sienten interpelados por la irracionalidad y reaccionan con exaltación y vehemencia.
Expresan un entusiasmo ruidoso, menean sus cuerpos,
levantan los brazos, gritan como energúmenos. Las masas entusiasmadas, no
piensan y gritan; se abrazan y toquetean, intercambian calores, baba, sudor y
otras secreciones corporales. Se besan con ardor: besos oportunistas, besos
directos, indirectos y circunstanciales.
En el fragor se repiten consignas y cánticos y allí, nadie piensa, nadie piensa, nadie piensa.
Con esfuerzo, puedo entender la satisfacción que a algunos les
provocan los logros deportivos o la retórica de un discurso más o menos
impetuoso, pero lo que no consigo entender son las muestras desmadradas de
entusiasmo. Me repugnan.
Delante de tanto ímpetu arrebatado sólo presiento un
peligro. El exceso animal, la irracionalidad bruta, la bestialidad del ser
humano incompleto.
¡Qué no se besen tanto, que no intercambien tanto moco y tanta
sustancia salivar, que no se apretujen…!, que es innecesario y que se enteren
que todo esto está propugnado por los mismos que fomentan la incultura.
Esto ya lo participaba Ortega en su ensayo "El origen deportivo del Estado".
ResponderEliminarEn realidad no somos más que un complemento directo de aquellas hordas, bandas y tribus, y como tal nos comportamos.
Jamás he entendido como en un prefacio político todas y todos se dan besos y apretones, achuchones y palmadas. No lo he visto en ningún trabajo o labor.
En vez de trabajar, lo que parece es que vayan de boda.
Salut
Amic Miquel, yo no soy de abrazos ni de achuchones, suelo separarme, evito el contacto físico y los besos y quizá por esta razón, estas muestras de efusión física me desagradan, me incomodan.
EliminarSalud
Vaya! otro que como yo, debería haber nacido en Japón.
ResponderEliminar¡Uf! y acostumbrarme a comer con palillos.
EliminarEntusiasmo es posesión por un "dios", bastante falso y simple en muchos casos.
ResponderEliminarA mí me divierte verlo.
Sí, Julio, se entusiasman por cualquier dios.
EliminarEstas manifestaciones me provocan un rechazo tremendo, no comprendo tanto trasvase salivar o de sudores, ni los abrazos incontrolados ni los besos a diestro y siniestro.
Siempre agradezco tus comentarios.
Saludos.
Un aspecto que he venido comprobando desde hace mucho es que a la masa le da igual un desfile floral, una procesión de semana santa, un partido de fútbol, una manifestación patriótica o la fiesta del pueblo: "¿qué pide el pueblo?, ¡vacas!" era el grito de pueblos de la Ribera navarra, aplicable a toda la sociedad. ¿Lo mediático? Ya está en el ejercicio de la masa, aunque no salga de su cuarto el individuo, vía redes sociales (y no las pensantes) Y mientras los grandes poderes, los de verdad, haciwendo caja, hermano.
ResponderEliminarBueno, me despido, que estoy en Triana y voy con la masa a ver el desfile del ataúd de María Jiménez en coche de caballos. Visca la masa! (la de la artesa, oiga)
Amigo Fackel, se abrazan, intercambian saliva y sudores, se besan y después todo el país parece conmocionarse por un beso.
EliminarQué vaya bien por el desfile trianero.
Un abrazo.
Ostras (con perla), Miquel. Desconocía "El orígen deportivo del Estado" de Ortega. ¿Influiría acaso en ese escrito aquella mentalidad de los próceres que ascendieron a los cielos del delirio de 1933 a 1945, con años previos de preparación?
ResponderEliminarLeí el libro que menciona Miquel "El origen deportivo del Estado" por recomendación de Oriol Bohigas. Me pareció un ensayo interesantísimo.
EliminarSaludos
En el fútbol, después del gol, se pasan la lengua por la cara, se cogen el culo, hacen cama redonda en el suelo, los caballeros.
ResponderEliminarEn los mítines políticos las señoras se morrean, se besan... Ya no sabes lo que moralmente es correcto.
Saludos
Amigo Car res, todo esto que hacen después del gol o en los mítines políticos, me parece una guarrada, son unos maleducados que les gusta mostrarse así.
EliminarSalud