Lo sabía Popper y los neopositivistas del Wiener
Kreis que en 1936 se disolvieron definitivamente.
Entonces, siguiendo el signo del tiempo, el
discurso de la lógica de la ciencia pasó a formar parte de la dispersión del
siglo de la muerte.
Es el pregón de las chicharras. La cuestión es el
artificio mediático. Apelan a la
ingenuidad y a la incultura general y enuncian argumentos inviables,
manifiestamente reprobables.
Poco importa que el asunto contenga una
inviabilidad de orden racional, los responsables políticos apelan a los
sentimientos manipulados de aquellos que creen que un delirio es un programa de
gobierno.
Esta es una entrada harto interesante.
ResponderEliminarAunque particularmente doy por acabado el neopositivismo a la caída del muro de Berlín, los principios de verificación de aquellos " que creen que un delirio es un programa de gobierno" nos induce a pensar que la Lógica está fuera de su alcance, y que creen más en utopías unilaterales que no en proyectos comunes. Y eso, no es bueno, pues la política es el arte de gobernar para todos (Aristóteles), y no sólo para una parte.
Un abrazo
Miquel, yo sigo confiando en el método científico.
EliminarMe crispa el auge de las ciencias brujas: homeopatía, psicoanálisis, horóscopos, tarot, y todas estas formas de embaucar. Me molestan los argumentos a favor de la inteligencia emocional cuando la superponen a la inteligencia racional. Todo esto es utilizado para engañar al personal.
Salud.
La pseudociencia (por gentes que no han pisado una universidad),dando ideas y remedios falsos.Igualmente,los falsos políticos rodeados de asesores interesados,que se apartan de la ciencia económica, sólo para mover su único interés de perpetuarse en el poder,nos llevan a la ruina.Estamos en el tiempo de la chicharra.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, amigo Car res, proliferan las sectas, las ciencias brujas están metidas en las aulas, a los niños les están diciendo que hay que aprender con el corazón, he oído en un aula universitaria a un profesor que decía que hay que confiar en el mago Merlín y en los medios de comunicación se proscribe todo argumento racional y se apela a la pasión. Estamos en tiempos de un romanticismo de chicharra.
EliminarSaludos
No he oído bien la corneta y creo que me he perdido bastante del pregón de las chicharras...
ResponderEliminarAmigo Luis Antonio, hay pregones inútiles que más vale que no los anuncien con cornetas. No nos perdemos nada por no escucharlos.
ResponderEliminarSaludos
" En tiempos de engaño global decir la verdad es un acto revolucionario" George Orwell.
ResponderEliminarNunca me han gustado estos actos "emocionales" y solo veo, con perdón, mamarrachos. No se habla de obras públicas, cuando se habla de temas tan importantes como el agua, por ejemplo, solo se usa como elemento arrojadizo. No hay argumentos basados en la Razón, en números, no se valora nada y no se hacen cuentas de nada, la deuda se olvida como si no existiera. Cualquier domicilio manejado asi esta condenado al fracaso y un estado no deja de ser una "casa grande".
Un saludo
Amigo Daniel, yo creo que lo que dice Orwell es muy acertado.
EliminarEstoy muy en contra de todos estos actos que colocan la "emoción" por encima de la razón. Es una forma actualizada del romanticismo más adocenado.
Con tanta emoción se descuidan los problemas importantes que nos acucian, resulta más fácil hablar de idioteces identitarias que de la deuda o de la inflación o de las dificultades que padecen muchos para llegar a fin de mes.
Un abrazo.