La
obra de arte abstracto es algo que comienza a
desarrollarse antes de su plena manifestación.
El
artista abstracto observa la existencia real de las cosas y expresa la calidad
de las mismas sin indicar cuál es el objeto que la contiene. Sólo expresa las
propiedades inherentes a algo, cualidades de un carácter, de un genio o de una índole; en
definitiva, unas propiedades de algo, sin mostrarnos nunca este algo.
Lo concreto, lo definido, lo tangible permanecen agazapados en la mente del artista. A veces, el autor, para darnos alguna pista, pone título a sus obras: “sapo en la noche junto a un hidrante”, “vuelo de luciérnagas bajo la acción de un pesticida”, “muchacha tomando un tentempié de leche agria” etc.
La
obra de arte abstracto no es más que la expresión de una incubación del artista
y es él quien nos asegura que lo representado es la declaración formal de algo
tangible que le subyugó: el sapo, las luciérnagas o la leche agria.
Vemos
las manchas sobre el lienzo, los volúmenes hendidos o las estructuras
imposibles y, en ellos, podemos admirar alguna composición bonita, a sabiendas de
que si queremos entrar en el meollo del argumento de la obra, deberemos admitir que el
En
este sentido, me pregunto si el arte abstracto es dogmático o. quizá sea, más
bien, un producto destilado de la sensibilidad artística.
Excelente explicación. Enhorabuena.
ResponderEliminarPuede que sea ambas cosas a la vez; es decir, la imposición de una particular sensibilidad. Semejante al surrealismo poético.
Saludos.
Gracias Julio, casi que estoy convencido que el arte abstracto es dogmático. Y me atrevo a decir que desde el nacimiento de las vanguardias europeas a muchos ideólogos y críticos ya les interesó este dogmatismo.
EliminarSalud
Gracias.
ResponderEliminarCon tu permiso enlazaré tu página a las respuestas de Tot. Me resulta interesantísima esta entrada tuya definiendo lo que es el "abstracto".
Gracias otra vez.
salut
Amic Miquel, puedes enlazar este escrito, faltaría más.
EliminarCelebro que te haya servido esta definición tan escueta y personalísima.
Abrazos
Es inteligente la pregunta final. El arte abstracto es un producto sobre todo intelectual que busca prescindir de las emociones manipuladoras para llegar a la emoción máxima: el placer artístico. Hay también una arte pseudoabstracto que busca provocar una reacción emocional a través de otro tipo de emociones. Un camino de regreso o detenerse a medio camino.
ResponderEliminarAmigo Pedro, podemos hablar de un placer en la contemplación de la forma en sí, en este caso y con tal de eludir una posible manipulación “a priori”, deberemos centrarnos en la composición, el equilibrio y armonías cromáticas o de elementos.
EliminarQuizá debido a la proliferación de obras pseudoabstractas es por lo que cada vez tengo más reticencias con el arte abstracto.
Saludos.
Lo explicas muy bien. Respecto al texto de Cirlot que publica Miquel en su blog, poco puedo decir, porque mi vista no da de sí para poderlo leer.
ResponderEliminarAcudía, sobre todo antes del confinamiento, con relativa frecuencia a casas de amigos o conocidos. En ellas, la decoración solía ser más o menos convencional, más clásicota o más modernita (Ikea y todo eso), pero solían tener todas un factor común: casi siempre los cuadros o reproducciones que pendían de las paredes eran "no figurativos". ¿Por qué? No se sabe, ya que los colgaba gente que, en bastantes casos, no sabía qué son los colores primarios ni los complementarios, no tenía ni puñetera idea de composición, no distinguía entre un óleo, un acrílico, una acuarela, una litografía... y, en muchos casos, ni tan siquiera resultaban ser decorativos. Puede ser que quede "más guay" o que, al no entender casi nadie ni jota, es difícil discernir si una obra abstracta es buena o mala, mientras que en el figurativo resulta más fácil determinar si lo que cuelga en la pared tiene calidad o es un cromito de esos con ciervos y montañas con nieve o, hablando en plata, una birria. En fin, no se sabe.
Considero a Oscar Tusquets un buen pintor figurativo, aunque quizá abuse de repetir temas. En su libro "Más que discutible" tiene un capítulo muy curioso, titulado "Sin figuración, poca diversión", en el que dice cosas que comparto, pero nunca me he "atrevido" a confesar en ciertos cenáculos "cultos": el arte abstracto, aunque sea el de artistas muy valorados, empieza a no provocarme emoción alguna, quizá porque no me tomo la molestia en bucear en la sensibilidad y vivencias del artista. A veces, incluso, me aburre soberanamente (hay infinitas excepciones, por supuesto). Estoy un poco desengañado de todo eso, aunque en los seten
[Tampoco me atrevo a decir muy alto (¡no se vayan a pensar que soy un fascista...!) que, para entender de qué va la Historia del Arte occidental, habría que dar un poco de Historia Sagrada (y mitología) en los colegios].
Ha quedado cortado: el penúltimo párrafo, aunque no importe demasiado. Ponía "aunque en los setenta y ochenta, incluso décadas antes, si no eras abstracto no existías".
ResponderEliminarAmigo GranUribe, tenemos que andar con pies de plomo, hoy puedes quedar muy mal si criticas el arte abstracto, pasas a ser considerado un individuo retrógrado, revisionista, contrario a todo progreso e incluso algunos sospecharán que eres un intolerante fascista, o incluso te lo dirán a la cara; en definitiva, todo es una cuestión de cultura y de banalización del asunto. Así ocurre con la pintada que decía que Le Corbusier es el culpable de todo. Quien pintó esta consigna panfletaria NO SABE nada de lo que significó Le Corbusier y probablemente este grafitero inculto dirá que el arte abstracto es una cosa “progre”.
EliminarNo me manifiesto en contra del arte abstracto, tengo, sin embargo, mucha prevención ante su componente romántica, dogmática e intolerante. Hay obras abstractas que me gustan y otras que me hacen pensar en la maldad del arte abstracto –digo maldad- y además muchas me parecen de una mala calidad supina que por el hecho de ser abstractas ya pasan a ser consideradas progresistas y “estupendas”.
Creo que lo has manifestado muy bien: “en los setenta y ochenta, incluso décadas antes, si no eras abstracto no existías”.
Hace un tiempo escribí en algún sitio, no sé si lo puse en mi blog, una reflexión que se refería a los fundamentos ideológicos de las vanguardias artísticas europeas. Parece como si los adalides de la modernidad y el progreso se hubiesen reunido en algún cenáculo y allí definieron las líneas ideológicas del arte de vanguardia y con ellas el comportamiento de artistas y espectadores, de políticos y sociólogos, en fin, un ideario para el establishment.
Aquello parecía el Concilio de Trento, se trataba de fijar el dogma, en este caso el de la modernidad.
Dijeron qué cosas son modernas, qué cosa es el progreso, despotricaron contra la figuración, la academia, la tonalidad, las normas clásicas de armonía y composición y en su lugar pusieron un “emocionalismo” social excluyente. Esto, amigo mío, es dogmatismo e intolerancia. Y, en mi opinión, se trata de un romanticismo de la más baja estofa, un sentimentalismo purista que aún estamos padeciendo.
Podríamos extendernos, pues la cosa no acaba aquí. En fin, un fuerte abrazo.
Sembla més dogmàtic, conscientment dogmàtic, diria jo.
ResponderEliminarSí, Puigcarbó, és dogmàtic, tanmateix intolerant.
EliminarSalut
En aparecer la tecnología que muestra la naturaleza de una manera tan fiel, no quedó más remedio que reinventar la función del arte. Eso és la abstracción, dogmática o liberadora para la creación artística. Cuando pintaba, llegó un momento en que barnizaba los cuadros, porque si no los estaba retocando constantemente, porque un cuadro nunca está terminado del todo. Dejé de pintar, por qué tal y como estaba pintando no tenía ningún sentido, y era incapaz de abstraerme para pintar de otra manera.
EliminarSí, Puigcarbó, la tecnología ofrece unas posibilidades de representación y de manipulación de la realidad que jamás hubiésemos sospechado. Los hombres y mujeres que viven en este mundo tienen una voluntad de trascender -parece algo innato- y ante el mecanismo tecnológico recurrieron a la abstracción.
EliminarSalud
Hombre si por dogmático entendemos que la verdad del artista es indiscutible, más que nada porque solo él sabe las sensaciones y propiedades que le transmitió lo que sea que haya plasmado en su obra, podría ser, pero si es así, como le comentas al "otro" FRANCESC, absolutamente intolerante e intransigente si lo considera así .. en mi opinión, como toda obra fruto del subconsciente ante todo y siempre es subjetiva… el arte en general siempre es subjetivo, incluso el figurativo no deja de ser subjetivo.. la precisión absoluta no puede constatar la realidad que de por si es cambiante ( la luz, el ángulo, los elementos que integran una composición son cambiantes) la propia visión del artista cambia… en fin, al final creo que lo importante es si el espectador conecta o no con la obra, sea del estilo que sea.
ResponderEliminarMuchas gracias y muchos besos FRANCESC
María está claro que al final lo que cuenta es el resultado, lo que la obra transmite al espectador. No discuto la “verdad” del artista, lo que ocurre es que la transmisión de lo que él ha sentido, llega al espectador escondiendo el objeto que provocó una determinada emoción.
EliminarNaturalmente que el arte es subjetivo, no en balde somos sujetos y no objetos. El arte es un artificio humano, por lo tanto, un artefacto subjetivo.
El dogmatismo del arte abstracto lo padecemos cuando osamos cuestionar su mensaje formal. Vete tú y manifiéstate contra una determinada obra de arte abstracto y verás la que te cae encima, una caterva de intolerantes te dirá que eres reaccionaria y ahí está la intolerancia. Quizá no debemos decir que el arte abstracto es dogmático “stricto senso”, pero sí que lo son quienes hacen de él una bandera de progreso y modernidad.
Abrazos mil.
El cuadro que encabeza tu escrito, no pegaría en las paredes de casa, donde están colgados oleos y dibujos de mi mujer y mis nietas. Pero no me importaría en una pared blanca, al lado de un gran ventanal que diera a un jardín.
ResponderEliminarMe gusta la pintura abstracta, pero de calidad, con fondo de pintura(nada de cuatro brochazos monocolor).
Saludos.
Amigo Car res, yo en mi casa no colgaría ni este cuadro ni ningún otro. En casa todas las paredes están desnudas, lisas, blancas, sin ningún adorno, todo vacío.
EliminarLa pintura de calidad, ya sea arte abstracto o del estilo que sea me gusta mucho y me gusta verlo expuesto en cualquier otro sitio que no sea en mi casa.
Saludos
El cuadro, que indicas, hoy día no tendría sentido llamarle,el triunfo de un degenerado,más bien el triunfo de la sexualidad.
ResponderEliminarPubis,pechos,nalgas,colores fundidos en una sóla idea,la sexualidad,muy valorada actualmente.
Sí, Car res, coincido contigo, hoy este título resulta "políticamente incorrecto". El puritanismo y el pensamiento infantiloide ejercen una censura tremenda.
EliminarSaludos
Ante el abstracto soy meramente receptivo o, si se quiere, sensitivo. Puede gustarme más o menos un cuadro de ese estilo pero soy incapaz de racionalizar sobre él. ¿Se puede acaso enjuiciar, valorar o razonar el arte abstracto? Como cada vez me empequeñezco más sufro menos.
ResponderEliminarSí, Fackel, yo creo que esta es la mejor actitud: ser receptivo, en el arte abstracto y en cualquier otro estilo. Luego, después de la receptividad, viene la sensación, que en cada uno es de una manera u otra, algunos solemos racionalizar la emoción otros son más arrebatados.
EliminarA mí, me ocurre que a medida que pasan los años, menos me interesan los mundos simbólicos y sufro menos.
Salud