domingo, 19 de marzo de 2023

La arquitectura cambia de idioma

  Katama Tower 



El lema clásico de Vitrubio

utilitas, firmitas, venustas

(útil, sólida, bella)

 

que definía las cualidades que debe cumplir la arquitectura, ha ido evolucionando. Ha cambiado de idioma. Ha pasado del latín al inglés.

Aquel utilitas, firmitas, venustas se han convertido en luxury, show-business, vanity. Al paso del latín al inglés podéis darle la significación que queráis.

La arquitectura debe ser útil –utilitas–, responder perfectamente a la función que tiene encomendada y servir a las necesidades humanas. No vale trastocar utilitas por luxury para construir grandes edificios insostenibles que hacen gala de un derroche de materiales y de despilfarro energético. Son monstruos que parecen comérselo todo y se lo comen, y con chulería nos muestran su piel lustrosa de muros cortina de vidrio y titanio.

Tampoco debe sustituirse la firmitas por el show-business de unos edificios que hacen ostentación de grandes voladizos o proezas estructurales que no sirven para nada, o que sólo sirven para mostrar el espectáculo efímero de una arquitectura de bambalinas construida al servicio del negocio del lujo inmobiliario o mediático. Cuando contemplo las fachadas ostentosas de los edificios de lujo, pienso inmediatamente en la durabilidad y en la vida útil del edificio, ¡cuán caro resulta mantener este espectáculo! Me indigno calculando el dineral que se derrocha en el show-business de la arquitectura.

La venustas se ha convertido en vanity, el concepto de belleza del edificio se ha convertido en un culto a la celebridad de arquitecto de campanillas o del promotor que ha pagado la obra. El concepto de belleza se trastoca por la desmesura y la megalomanía y por una originalidad malentendida. Se sustituye la belleza de la arquitectura por la vanidad y sólo cuenta la foto del día de la inauguración de la obra y el posterior envanecimiento publicitario de los promotores.

La evolución del lema vitrubiano es un fenómeno que obedece al signo de los tiempos, es una corrupción de los valores clásicos de la arquitectura –algo que no hay que confundir con los valores de la arquitectura clásica–.

Todo esto es un puro espectáculo que surge detrás del telón pesado de una sociedad opulenta, que no duda en cargarse el estado del bienestar a favor de la ostentación y el lujo.

6 comentarios:

  1. Vaya por delante que no entiendo de arquitectura. Me valgo de esta entrada para comentar los problemas que por doquier siembra Santiago Calatrava. No me disgusta todo lo que hace, pero por lo que parece lo que hace siempre es desorbitado en el presupuesto y sus obras carecen de la utilidad básica para lo que son requeridas, puente de Venecia, donde no ha habido peatón que no se haya caído en su pasarela. O el Palacio de Congreso de Oviedo, que por lo que parece es de todo menos útil por su sonoridad mal repartida; o el Turning Torso’, edificio construido en Suecia cuyo coste se disparó hasta lo descomunal, el hecho fue rodado por Fredrik Gertten, o los problemas que tiene en Valencia con los edificios en la orilla del Turia, cuyos problemas de mantenimiento siempre salen a la luz.

    Creo que todo hay más vanidad que utilidad.
    Salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amic Miquel, me hablas del caso particular de un ingeniero y de unas obras cuya espectacularidad sirven de ejemplo de lo que decíamos. No conozco el detalle específico de los presupuestos y del coste de las obras, sí que muchas de estas son un dislate de algo que pretende ser más de lo que es. Ahí hay vanidad, exuberancia estructural innecesaria, ostentación y lujo.
      Saludos.

      Eliminar
  2. ¿A qué Dios glorifican estos templos de la modernidad?

    ResponderEliminar

  3. Jajaja el paso del latín al inglés tiene una explicación muy simple, mientras la cultura clásica ( Grecia y Roma) tuvieron la fortaleza estética y el poder físico de imponer sus directrices en le mundo , el mundo habló latín, haciendo tomado la batuta el mundo anglosajón, todos anglófonos .. en nada empezaremos a tener que aprender el chino mandarín y todo el mundo se llenará de pagodas ; ) Una pena que se imponga el lujo, la vanidad , la ostentación y todo lo que sea mero despliegue efectista para epatar al personal, en una carrera desenfrenada para ver quien hace el edificio más impactante, más alto y más algo …en lugar de primar la utilidad y la belleza armónica, mira en este sentido me siento muy en sintonía contigo, es más pienso como tú que es un verdadero despilfarro el coste que suponen la construcción de algunos edificios, que a la postre incluso a lo mejor ni se usan para nada … en fin, vivimos en una época enloquecida que vive de cara a la galería … antes era eso de “ el burro grande, ande o no ande” ahora sería “el edificio alto e impresionante aunque luego se caiga a cachos y no tenga utilidad alguna...sí, yo creo que el tamaño del ego de algunos arquiteztos se proyecta en sus fachadas ; )


    Muchos besos y feliz entrada de la primavera! me gustó mucho tu brindis con MIGUEL; )

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida María, he querido destacar lo del paso del latín al inglés porque, a mi entender, tiene un significado muy profundo, es el cambio de un paradigma, de una forma de entender el quehacer humano, no sólo de la arquitectura.
      Hace mucho tiempo que critico esta arquitectura del espectáculo y los arquitectos de campanillas que se interesan más por la foto del edificio que por su solidez, funcionalidad y belleza.
      Sí, María, el brindis que propone Miquel, aunque sea virtual, es un motivo para reunirnos y celebrar la amistad y la primavera.
      Abrazos mil.

      Eliminar