Hace ya mucho tiempo que apenas leo literatura de ficción posterior al Siglo de las Luces.
Limito mis lecturas en el tiempo y en el espacio, a sabiendas de que me pierdo una enorme cantidad de letras que tienen, con toda seguridad, la calidad suficiente que les permite ocupar un lugar destacado en la historia de la literatura.
Circunscritas mis lecturas en el tiempo, me interesa la literatura que va desde la antigüedad grecolatina hasta el enciclopedismo del siglo XVIII.
En el espacio, y en cuanto a la literatura de ficción se refiere, mis preferencias se concentran en la literatura producida entre la orilla del Mediterráneo y el límite septentrional de los campos de olivos, la literatura escrita en las tierras donde crece el árbol de Minerva.
Los autores románticos ingleses son quienes han provocado mi rechazo a un tipo de literatura que huele a tapizados rancios y a armarios llenos de abrigos viejos; unas letras que tímidamente se iluminan con la claridad mortecina de la humedad del norte y unos versos que confunden las lágrimas disecadas de los poetas oscuros con las gotas de rocío.
Los escritores germanos -especialmente de narrativa- también me han provocado cierto rechazo, quizá no tanto como los anglosajones, pero su obra crepuscular también se regodea con los interiores oscuros. Sus autores son la voz del Der Wanderer que pasea por el bosque de las nieblas espesas.
Ingleses puritanos y alemanes pietistas -románticos todos ellos-
¡Uf, qué lejos está todo esto del esplendor mediterráneo!
Creo que hay temporadas. Afortunadamente dispongo de una red de bibliotecas que está bien surtida, pero me ha dado por biografías de principios de siglo pasado. Ya te digo, creo que va a temporadas.
ResponderEliminarSe que no te gusta el romanticismo en casi ninguna de sus facetas. No se si salvarías algún autor de esa época.
Lo bueno es que al menos sabes lo que no te agrada, eso en si ya es todo un éxito.
Un abrazo
Amic Miquel, una red de bibliotecas es un tesoro.
EliminarLas preferencias en las lecturas van a temporadas. Ya sabes que, en general, no me gusta el romanticismo, admito mejor las obras de algunos románticos que las ideas estéticas del romanticismo. De una manera un poco jocosa siempre digo que soy un antirromántico, sí, pero tengo mis contradicciones (Schubert, algún verso de Hölderlin, Mendelssonh...)
Un abrazo
Están lejos, muy lejos del mar antiguo que cruzó Ulises en su viaje del eterno retorno, y al que Kavafis supo interpretar su esencia.
ResponderEliminarMuy lejos de los reinos de la nieve y el hielo
Saludos.
Amigo Rodericus, lejos del mar que cruzó Ulises, las brumas invaden el paisaje y los poetas de aquellas tierras miran el paisaje nublado a través de la ventana y suspiran.
EliminarSalud
Que bien,que disfrutes aún con la lectura,a mi sólo me queda ganas de leer algún libro técnico,para no quedarme atrás, pero sin ningún interés.
ResponderEliminarSaludos
Amigo Car res, será por mi profesión, pero siempre estoy enfrascado en la lectura de textos técnicos, ahora mismo llevo más de un mes con la lectura de un texto magnífico "Razón y ser de los tipos estructurales" es una delicia, creo que su lectura me llevará aún un par de meses más y estoy convencido que serán unos meses de auténtico placer.
EliminarSalud
Es que tú, mi querido FRANCESC te mueves a una altura difícil de seguir jaja no caminas a la altura de los olivos mediterráneos, más bien sobrevuelas las alturas, así como por encima de la cúpula de la Capilla Sixtina ; ) tampoco yo conozco a penas nada de la literatura inglesa y mucho menos alemana de la época que mencionas, el romáticismo en literatura, tampoco es santo de mi devoción, ahí estoy contigo, demasiados sentimientos arrebatados, nostalgias, anhelos y desdichas, sin embargo sí que me gusta mucho William Turner, aunque tampoco lo conozco muy a fondo, más allá de su uso de acuarela y óleo, que le daba a sus pinturas esa luz y esa sensación tan fantasmagórica pretendiendo plasmar sensaciones y conceptos tan típicamente románticos como lo sublime .. Sus paisajes y por su puesto su famoso "Temerario" jaja ¿ le salvamos de la quema de los románticos o tampoco? ; )
ResponderEliminarMuchos besos, mi querido erudito !!!
María, no quiero, no, no y no, volar por encima de los olivos, prefiero tocar de pies al suelo, si uno vuela alto, cae de lo alto y se pega una torta descomunal.
EliminarCoincidimos en esto de las literaturas de las neblinas, aquel clima machaca a los escritores, a las escritoras y a las señoras que se dedican a la producción de queso.
Vamos a salvar aTurner, dejaremos que lo contemplen en todo su dimensión fantasmagórica.
Abrazos
jajajaja vale! descuida, nada de vuelos, te cambio las alas por unas botas y a pasear entre los viñedos de la Toscana, eso sí, después te tocará ir a varear olivos en Jaen a 40 grados a la sombra
Eliminar¿ te parece mejor este plan? ; )
Más besooos!
Ja, ja, María, pasear por la Toscana y por Jaén es una maravilla, aunque sea con el calorcito.
EliminarEl plan que propones es mucho mejor que los vuelos entre abedules.
Besos.