III
Sentado al pie del muro del
Castelo de Queijo,
a resguardo del creso viento de la mañana,
contemplo hoy la muerte
del río Douro,
que con un rumor callado mezcla
sus aguas
con la sal oceánica y con la luz tardía.
con la sal oceánica y con la luz tardía.
La niebla desvanece el
confín del horizonte,
el cielo y las aguas mezclan también
el cielo y las aguas mezclan también
sus colores de plomo y de
infinitud.
Los sillares húmedos del Forte calan
mi espalda y ante mí,
sólo el mar perenne.
¿A dónde van estas naves
que surcan
la desembocadura? Un placer
imaginado es la
respuesta,
un lugar de soledades
infinitas
a resguardo del sol de
poniente.
Con la brisa de piedra en
mi rostro
la incógnita me atrae y
lanzo al mar
la esperanza y una mirada
sobre el velamen
de estas barcas que
transportan en sus toneles
el dolor de la
experiencia y no sé a donde van.
Todo es poesía en Oporto. Las calles, las paredes, las flores; el cielo; el agua... los aromas. Su arquitectura palpita, incluso cuando llegan los momentos finales de la decadencia o del abandono. Oporto es una ciudad vivida que se ha creado a la sombra del río; del mar y de una caprichosa topografía que no han parado de moldearla. Hace poco estuve en la desembocadura, un lugar que parece gustarle a la naturaleza; Un mundo ancho y ajeno que da lugar a que se mezcle todo...
ResponderEliminarSí, Kuto, es una ciudad que evoca un pasado pletórico de tesoros que ahora se va desvaneciendo.
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Enhorabuena Francesc, el panorama completo de los tres poemas es verdaderamente único y hermoso, como Oporto.
ResponderEliminarSalud
Manuel Marcos
Gracias Manuel, la visión hacia poniente, de espaldas al mundo del clasicismo mediterráneo, todo esto da mucho que pensar.
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Bonita fotografía la de las dos barcas.
ResponderEliminarSaludo, señor Francesc.
Andri
Andri, hay en la desembocadura de río Duero muchas imágenes sugerentes.
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Que bonito ¡¡¡
ResponderEliminarMiquel, celebro que te guste.
EliminarSalud
Llegando a la III parte de este precioso recorrido poético.Cuanto clamor encierran estos versos me encantan.No me canso de repetir que Portugal y su río Douro...siempre van de la mano.
ResponderEliminarPreciosos versos Francesc.
Querida Bertha, no había estado en Portugal y de hecho sentía poca atracción hacia aquellas tierras, ahora, en un viaje que no ha sido de placer, Oporto me ha cautivado, sobre todo sus gentes y su comida.
EliminarSalud
Hola Francesc, es un placer estar de vuelta al amparo de estos deliciosos versos.
ResponderEliminarInteresante Tríptico de Oporto. Precioso por hermoso, por sugestivo y valioso.
Saludos marinos
Kova
Querida Kova, Oporto es una ciudad muy bella, sus calles conducen, cuesta abajo hacia el río de oro, un fluir poético.
ResponderEliminarCelebro tu vuelta.
Salud