domingo, 21 de noviembre de 2010

Prometeu


He d’aprendre a contemplar, Prometeu,
la teva sort funesta?
No, infortunat, no.
Vas donar el foc als homes
i ells n’han fet matèria d’atac i de mort.

De l’orient del Ponto fins a Tebes la guerra no cessa i els jerarques administren la venjança.

Quin lloc terrible és aquest?, quina raça hi habita?
És el país del foc, on els homes s’apedreguen
amb còdols i cairells cantelluts
i els mascles segresten femelles
per estimar-les a coltell.

Del principi dels temps, sota una dansa d’espases, els llops han udolat cada capvespre.

Per quina falta, Prometeu, et castiguen
lligat amb brides a les roques?
Vas donar als homes l’art dels déus
i ara els mortals són inclements
com les divinitats olímpiques.

No en tenen prou amb la paraula, grecs i troians utilitzen l’acer esmolat i les flames.

Cap on he de girar el timó?
Cerco l’illa galant on cap tàvec m’agulloni,
Còlquida on les verges intrèpides
es disposen al combat
contra el temps i la ràbia.

Sortejaré esculls i niells i deixaré la barca a recer dels vents encesos que inflamen el desig.

Qui t’alliberarà, Prometeu, dels teus grillons?
No hi ha destral prou tallant que esberli
els cadenats divins.
Brama l’oceà, no hi ha remei,
les Moires i les Erínies, com les ones, res les atura.

Tots sabem qui ha escampat el mal de riba a riba, fins les terres llunyanes. Massa fetges a devorar.

-traducción-
a Paco Hidalgo

¿Tengo que aprender a contemplar, Prometeo,
tu suerte funesta?
No, infortunado, no.
Diste el fuego a los hombres
y de él han hecho materia de ataque y de muerte.

Del oriente del Ponto hasta Tebas la guerra no cesa y los jerarcas administran venganza.

¿Qué lugar tan terrible es este? ¿Qué raza habita aquí?
Es el país del fuego, donde los hombres se apedrean
con guijarros y cantos angulosos
y los machos secuestran hembras
para amarlas a cuchillo.

Desde el principio de los tiempos, bajo una danza de espadas, cada atardecer, los lobos han aullado.

¿Por qué delito, Prometeo, te castigan
atado con bridas a las rocas?
Diste a los hombres el arte de los dioses
y desde entonces, los mortales son inclementes
como las divinidades olímpicas.

No les basta con la palabra, griegos y troyanos utilizan el acero afilado y las llamas.

¿Hacia dónde tengo que girar el timón?
Busco la isla galante donde ningún tábano me aguijonee.
Cólquida donde las vírgenes intrépidas
se disponen al combate
contra el tiempo y la rabia.

Sortearé arrecifes y dejaré la barca al abrigo de los vientos encendidos que inflaman el deseo.

¿Quien te liberará, Prometeo, de tus grilletes?
No hay hacha tan fuerte para romper
los candados divinos.
Ruge del océano, no hay remedio,
a las Moiras y Erinas, como las olas, nada las detiene.

Todos sabemos que el mal se encuentra esparcido por ambas riberas, hasta los más lejanos confines. Demasiados hígados para devorar.

2 comentarios:

  1. No sé mucho catalán, pero entre el traductor y la intuición creo haber captado la esencia del poema, y es realmente fantástico, al igual que la pintura en esa crátera y el mito de Prometeo en general, el dios rebelde que ayudó a los hombres y desafió al mismísimo Zeus en dos ocasiones. Pobre destino para él y para su hígado. Un cordial saludo.

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  2. Estimado Paco, ahí va la traducción:


    ¿Tengo que aprender a contemplar, Prometeo,
    tu suerte funesta?
    No, infortunado, no.
    Diste el fuego a los hombres
    y de él han hecho materia de ataque y de muerte.

    Del oriente del Ponto hasta Tebas la guerra no cesa y los jerarcas administran venganza.

    ¿Qué lugar tan terrible es este? ¿Qué raza habita aquí?
    Es el país del fuego, donde los hombres se apedrean
    con guijarros y cantos angulosos
    y los machos secuestran hembras
    para amarlas a cuchillo.

    Desde el principio de los tiempos, bajo una danza de espadas, cada atardecer, los lobos han aullado.

    ¿Por qué delito, Prometeo, te castigan
    atado con bridas a las rocas?
    Diste a los hombres el arte de los dioses
    y desde entonces, los mortales son inclementes
    como las divinidades olímpicas.

    No les basta con la palabra, griegos y troyanos utilizan el acero afilado y las llamas.

    ¿Hacia dónde tengo que girar el timón?
    Busco la isla galante donde ningún tábano me aguijonee.
    Cólquida donde las vírgenes intrépidas
    se disponen al combate
    contra el tiempo y la rabia.

    Sortearé arrecifes y dejaré la barca al abrigo de los vientos encendidos que inflaman el deseo.

    ¿Quien te liberará, Prometeo, de tus grilletes?
    No hay hacha tan fuerte para romper
    los candados divinos.
    Ruge del océano, no hay remedio,
    a las Moiras y Erinas, como las olas, nada las detiene.


    Salud

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