miércoles, 11 de marzo de 2020

Música para el cine


Leandre Cristòfol i Peralba (1908-1998)


Algunos directores de cine han utilizado fragmentos de grandes piezas musicales obteniendo resultados plausibles. La llamada música clásica ha servido de soporte de algunas escenas cinematográficas que las han convertido en obras espectaculares de indudable calidad artística.

Sin embargo, esta simbiosis de imagen y sonido plantea el riesgo del reduccionismo. Es más peligroso el reduccionismo que la banalización de la que se lamentan algunos puristas.

La naturaleza del lenguaje cinematográfico obliga a la utilización de fragmentos cortos de la obra musical y, aunque no se caiga en la esquematización, la obra queda únicamente apuntada, abreviada y reducida a unos pocos compases. Cuando esto ocurre, la gran obra se convierte en un lema, en un slogan, y nada más.

Tomemos el ejemplo de 2001: a Space Odissey, la cinta de Stanley Kubrick, que se acompaña con unos pocos compases de Also sprach Zarathustra de Richard Strauss.

Listo, banalizado, popularizado y publicitado y nada más, así aparece.

Aunque Eduard Hanslick no viera en el Zarathustra de Strauss nada más que un conjunto de ruidos, la obra de Richard Strauss es mucho más que ruido, es más que un lema publicitario ruidoso que sirve de fondo a las imágenes.

Béla Bartok vio en Also sprach Zarathustra “un rayo de luz que iluminaba los nuevos caminos del arte musical”. Una luz que ha servido muy bien a Kubrik.

Also sprach Zarathustra es uno de los poemas sinfónicos más interesantes de Strauss y esto, lamentablemente pasa desapercibido por culpa del hermoso peso de las imágenes 2001: a Space Odissey.

La música de Also sprach Zarathustra no es descriptiva, así lo manifestaba el propio compositor. Diríamos que es una música que acompaña con gran eficacia un arte descriptivo.

La partitura de Strauss es una reflexión musical inspirada en la lectura del Zaratustra de Nietzsche, que el compositor elabora metódicamente a base del crescendo y del contraste con algún apunte contrapuntístico hasta alcanzar el clímax de la danza dionisíaca que tanto apasionaba al Friedrich Nietzsche.

10 comentarios:

  1. Te aseguro que no lo había observado desde la perspectiva en que enfocas el tema. Muy interesante lo "no descriptivo" de la música frente a la explicación a su acompañamiento al "arte descriptivo".

    Gracias.
    salut

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    1. Miquel, el cine ha contribuido a la difusión de la buena música, creo que esto es un hecho positivo. Pero, he querido advertir del peligro del reduccionismo, del riesgo de convertir un pasaje musical extraordinario en un mero eslogan.
      Se ha compuesto mucha música con una voluntad descriptiva, ahí están algunas piezas de Berlioz o muchos poemas sinfónicos, pero debemos entender que la música es un arte abstracto cuya forma es sí ya contiene su argumento, esto es, la descripción de un universo sonoro que penetra en nuestra sensibilidad sin necesidad de asunto tangible.
      Salud, Miquel, que la primavera ya está llamando a la puerta.

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  2. Siempre que la música u otra manifestación creativa queda adherida a una imagen, una idea, un estereotipo, un etc. deja de ser lo que en realidad és, lo que en realidad fue para ser un fragmento que coarta su verdadera esencia. Como si un utilitarismo exacerbado fuera, o es, capaz de reducir a su gusto lo que sea.

    Salud, Francesc

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    1. Querida Anna, coincido. La música es probablemente la manifestión artística más abstracta.
      Tal como le he dicho a Miquel, he querido advertir del reduccionismo que supone vincular -enganchar- la música a otras formas de expresión más concretas.
      Abrazos

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  3. Al espectáculo de masas le toca un público que, en buena medida, no hace ascos a los apaños reduccionistas. La música en función de la película y no al revés.
    Un saludo.

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    1. Amigo Cayetano, ya me he dado cuenta que en general el público no suele hacer ascos a casi nada, cuela todo.
      Saludos

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  4. La audición del fragmento puede provocar interés por conocer toda la pieza. Mejor poco que nada

    Un abrazo

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    1. En efecto Luis Antonio, "mejor poco que nada", si despierta el interés ya es algo muy positivo.
      Saludos

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  5. Hola, Francesc, muy original e interesante tu reflexión, un enfoque en el que nunca había pensado, pero tienes razón.

    Aunque en mi caso, debido a mi curiosidad indómita, fue ese fragmento de la película de Kubrick, el que me llevó a buscar la composición original de Richard Strauss, y a la vez a profundizar en la gran obra de Nietzsche en la que se inspiró el músico.

    Así que como decis por ahí arriba, mejor poco que nada, y si ese poco es un puente para atravesar el abismo de la ignorancia, ya ni te cuento.

    “El hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre, una cuerda sobre un abismo.”

    Me encanta Nietzsche.

    Un beso,

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    1. Hola Tesa, hay composiciones escritas directamente para una película determinada que son una verdadera delicia. Creo que el cine es una oportunidad para la creación musical que no hay que desaprovercharla.
      La utilización de la obra de Strauss para la película de Kubrick es un acierto, en mi escrito solo he querido advertir del peligro de reduccionismo.
      Si el fragmento de Also Sprach Zarathustra sirve para introducirnos a la obra de Strauss, pues fantástico, miel sobre hojuelas.
      Me gusta toda la obra de Richard Strauss, especialmente "Muerte y Transfiguración". En cuanto a Nietzsche te diré que me gusta su obra que la suelo leer con mucha cautela, tuve un profesor nietzschiano, muy sabio, Eugenio Trías, que dejó una huella indeleble en mi pensamiento.
      Abrazos

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