domingo, 22 de marzo de 2020

El perdón


 José Díaz Gómez. Sync out (2014)


Pedir perdón sirve para casi todo: disculpa, excusa, propósito de enmienda, forma de cortesía, interrogación, etc. incluso queda bien expresarlo después de toser o tirarse un pedo. Quizás la buena reputación del perdón sea debida a su multifuncionalidad.

El perdón es algo que está sobrevalorado.

Algunos están convencidos que pidiendo perdón ya redimen su culpa.

Los culpables más soberbios llegan exigir que se les conceda indulgencia y que todo agraviado les pida disculpas. Otros haciendo un alarde de humildad, piden perdón, pero sin ánimo de reparar el mal causado; cuando esto ocurre, el falso perdón hipócrita se les dibuja en la cara, desde la parte baja de las ojeras hasta el labio superior se les forma una especie de temblor que parece reclamar unas lagrimitas, pero que al final no es nada.

Como dice la más ñoña de las moralinas, el perdón requiere reparación del daño causado, voluntad firme de arrepentimiento y propósito de enmienda.

Todo esto está muy bien, pero el perdón no deja de ser una forma “chic” de arrepentimiento que utilizan los consentidos para continuar siéndolo.

Sin recurrir al castigo de las culpas, el sentido común más elemental exige que se repare el mal causado y lo demás, son meras formas de urbanidad.

22 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo. Bien está que uno se disculpe, pero el daño causado ha de repararse. La estrategia de pedir perdón olvidándose del mal causado, no esgrime que no se repare el acto.
    Salut

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    1. Claro que sí, Miquel, ¡que repare el mal causado! Además algunos, después de haber cometido un delito, piden perdón y tienen la desfachatez de decir "tuve un error". No, no y no, no fue un error, fue un delito. No confundamos.
      Salud

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    2. Tengo una entrada preparada sobre los músicos del Palau de la Música; a estos se les quiere aplicar un ERTE hasta nueva órden. ¿Porqué?, es la pregunta. Si el Montull robó de all´más de dos millones y medio de euros y el Millet más de 6 y medio millones de euros.
      Que se se les pague de ese hurto. Que no se saque dinero de las arcas públicas, que no se les devenguen de los impuestos y que esta gentuza de Millet y Montull reparen el mal causado. ¿Qué no hay dinero porque no aparece?...pues habrán bienes inmuebles para pagar dos meses de nómina sin necesidad de que la Administración lo haga.
      A eso me refiero.
      Salut

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    3. Muy bien, Miquel, buena idea. Sería una magnífica forma de reparar el mal causado. No sé si estos señores que citas pidieron perdón y poco que me importa, pero sí que me gustaría que restituyeran los caudales sustraídos. Tampoco sé si fueron condenados.
      Salud

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  2. Así es, Francesc, primero la reparación; luego ya se verá si se otorga el perdón. Es una prerrogativa exclusiva del agraviado no del que agravia.
    Un abrazo y cuídate.

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    1. Cayetano, creo que es casi imposible conceder el perdón si antes no se repara el mal causado.
      Salud

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  3. Incluso aceptando ese tipo de perdón, la clave está en lo que dices: reparación del daño. ¿Es siempre posible? Sobre todo en esos casos en los que se cometen actos imperdonables a sabiendas.

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    1. Sí, Pedro, ni siquiera el arrepentimiento vale, la reparación del mal causado es indispensable, es la condición previa para poder empezar a hablar de perdón.
      Salud

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  4. Claridad, orden y perfección matemática, desde luego. Pero ¿qué me dices del perdón del ofendido?

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    1. Chiloé, aspiro al orden y al equilibrio, quiero que todo discurso sea claro y, si va de perdón, solo lo podría entender si viene precedido de la reparación del mal causado.
      Saludos

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  5. Personalmente pienso que el verdadero arrepentido no pide perdón, aunque sea quien más lo necesite.
    Un saludo.

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    1. No lo sé, amigo Temujín. Creo que el hecho de pedir perdón es algo que satisface más al que lo pide que al que lo concede, de todas formas te diré que no sé muy bien cómo funcionan los mecanismos psicológicos. Voy a lo tangible, (ya sabes que soy un técnico, vulgar y materialista), lo que exigo es la reparación del mal.
      Salud

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  6. Toda esa liturgia del perdón esconde muchas veces una simple estrategia para continuar como si nada. Tú lo has dicho, un perdón sin reparación del daño es una frase hueca y un agravio añadido al ofendido, una burla que hace más dolorosa la ofensa.

    Abrazos

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    1. Sí, Marga, se burlan del personal y los vemos por ahí yendo de "rositas".
      El perdón está sobrevalorado. No tiene sentido si no hay una reparación del daño.
      Abrazos

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  7. Perdón, reparación del daño y propósito de enmienda.

    Recuerdo estas enseñanzas de la infancia

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    1. Luis Antonio, nos lo enseñaban de pequeños, quizás el perdón se sobrevaloró.
      Abrazos

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  8. "Algunos están convencidos que pidiendo perdón ya redimen su culpa". En efecto, y si el perdón es solo por el pedo, vale, pero si es para justificar el no llevar a los tribunales a los pedófilos que en su santo seno ha tenido la silla de San Pedro o para seguir inmatriculando bienes del pueblo a nombre de la sacra institución, pues tú me dirás.

    Si me centro en la Iglesia es porque considero que es el ente que más verborrea ha empleado siempre en lo del perdón. En nombre del perdón se ha querido escapar siempre de sus atrocidades y de la complicidad con otros, como todos sabemos en la España no muy lejana.

    No basta el perdón. Se agradece pedirlo por parte de cualquiera, pero cualquiera -no te digo si es una empresa, una institución o un organismo político- tiene que pasar por el marco legal y devolver la deuda a la sociedad.Como cualquier chorizo menor.

    Salud y perdón por alargarme.

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    1. Amigo Fackel, el perdón es palabrería, igual que todo lo que sueltan desde el púlpito.
      Que se cumplan las leyes, que se reponga lo sustraído y que se reparen los daños. El perdón es algo que pertenece a los mundos simbólicos y estos son unas formas de pasar el rato.
      Salud

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  9. No hay perdón sin reparar el agravio. Y quizá ni eso. Cada uno debe ser responsable de sus acciones. Y por supuesto asumir las consecuencias.
    Al ladrón que devuelva lo robado, al mentiroso que en público la reconozca y ... no me meto en otos berenjenales que no sabría como terminar.

    Salud Francesc, ahora más que nunca.

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    1. Sí, Anna, coincido contigo. Hay que reparar el daño causado.
      Salud

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  10. Pedir perdón es cuestión de sabios, porque implica reconocimiento sincero de los propios errores y deseo de enmendarlos. Lo
    más fácil es o bien reaccionar con falsedad e hipocrecía al hacerlo o bien, ignorarlo por completo desde una posición de necedad y soberbia.

    Un abrazo

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    1. Myriam esto de la sabiduría está muy bien, como lo está el reconocimiento de la culpa -prefiero decir culpa que decir errores- y también está bien el propósito de enmienda, pero, desde el punto de vista colectivo, lo que importa es la reparación.
      Abrazos

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