Ahora, entre los sauces del
cercado,
cuando la noche deja el
silencio
al libre albedrío de la
sombra,
me dirijo al misterio de la
belleza.
Un enigma de cuerpos reclama
la metamorfosis de los dioses,
me pide que la quimera sea
de sauces y no de cercas
altas,
y lejos, donde las rocas trazan
caminos de agua y los
zarzales
hacen que la vida sea dura,
no veo más que un deseo claro
que sólo existe en la
oscuridad
a resguardo de la luz del
sol.
Nunca mejor descrita esa calma que aporta la noche ,con estas bellas palabras
ResponderEliminar.-Ojalá, fuésemos como los sauces: que aunque no sean muy altos(por lo menos los que yo he visto) si que han sido un gran remedio para para paliar malestares...En los textos antiguos siempre se nombran.
.Un abrazo Francesc.
Querida Bertha, el sauce es un árbol muy bello, aparece muchas veces citados en los textos antiguos, después los escritores se pasaron al pino, al olmo y sobre todo al tilo. Esto va a modas.
EliminarSalud
me gusta la frase : "cuando la noche el silencio deja el silencio al libre albedrío de la sombra "...
ResponderEliminarMuy lograda la imágen.
salut
Igual a mí me gustó mucho.Opino lo que Miquel.
EliminarSalut
Andri Alba
Amigos Miquel y Andri, celebro que os haya gustado este soneto de arte menor. Escogí esta métrica al libre albedrío.
EliminarSalud
Sosiego.
ResponderEliminarSalud!
Amigo Loam. Gran aspiración, el sosiego.
EliminarSalud
Hermosos versos, Francesc. Yo también aprecio los sauces. Uno de ellos cobijó largas tardes de juegos infantiles.
ResponderEliminarSalud.
Celebro que te guste. Hay ramajes que nos dejan un recuerdo infantil indeleble.
EliminarSalud
Una conclusión necesaria y sabia Francesc. Estos poemas en el fondo, me tranquilizan.
ResponderEliminarGracias.
Celebro, querida Gemma, que te tranquilicen, ya sabes que siempre ando con mi manía de escudriñar en el bosque misterioso de la belleza.
EliminarUna abraçada