LocuraEn medio de los tormentos más ásperos
acaricio la presencia de tu rostro,
aunque de las manos
se me vayan jirones de carne,
porque mi derrota me corona
y mi alegría es mi desgracia.
Amo mi mal, en ti,
porque mi enfermedad es mi salud.
Un cangrejo maligno me corroe las tripas
hasta la muerte: paraíso que recobraremos.
Tengo cansados los ojos de derramar tantas lágrimas
y ahora los atravieso con un tenedor
para ver, en el dolor, la más bella de las imágenes
unas pupilas donde se refleja mi deseo.
He aquí el grado más elevado del juicio:
la locura de amor.
Esto me suena.
ResponderEliminarPersecución y asesinato de Jean Paul Marat representado por los internos del asilo de Charenton bajo la dirección del Marqués de Sade.
Un ilustrado.
He aquí el grado más elevado del juicio:
ResponderEliminarla locura de amor.
Doncs sí. Tens raó.
Bellesa d'imatge, Cornadó...
Quin dia més gris que fa, eh?
Sí, Mortadel.la, fa un dia gris. No he pogut concloure encara, si es tracta del color gris-rata o color gris-claveguera, no és de cap manera un gris perla.
ResponderEliminarSalut
Mi querido Francesc, lo has dicho, quizás sin saberlo, pero lo has dicho: la locura más álgida, la del cénit de la pasión, la que entiende de vorágines, es el grado más alto de cordura.
ResponderEliminarSi locura y cordura son caras de la misma moneda, cómo entender la una sin la otra. Ha de ser menospreciar a la razón no dejarse llevar por la locura, pues solo ella entiende del filo pertinaz que nos posee y que enciende la llama de tus poemas.
Cómo se te ocurre, afilar a la razón hasta el punto de la locura, cómo es que nos haces ver la dimensión entera de la lírica. Afila, afila hasta que lo entendamos y nos desgarremos, querido Cornadó, qué grande eres.
.
Carmen, ¿será verdad esto de que los extremos se tocan?
ResponderEliminarYo que sé, a lo mejor es todo pura ironía o la gran risotada.
Salud
Sí, anónimo ilustrado, lo del intertexto funciona y nada hay nuevo bajo el sol.
ResponderEliminarCarlota Corday no solo asesinó a Marat, su puñal atravesó el mismo corazón del deseo.
Salud
Mi querido Francesc:
ResponderEliminarEstoy elevada al universo de la pasión pura con esta extraordinaria poesía que has escrito. A través de los personajes que exorcizan sus sentimientos, acompañados de la impresionante pintura de Baudry, planteas cuál es la agonía del corazón humano, llevado a los abismos más profundos del amor, del odio y del delirio. Los dos primeros ingredientes riman bien con el delirio, delirio que de la mano de los anteriores, alcanza su más profundo significado en la razón plena y absoluta. La paradoja humana del sentimiento, del corazón, parece que no se puede resolver con la filosofía, y sin pretenderlo a veces la poesía es la única pinturera aclaradora.
Qué maravilla de metáfora pintas con la búsqueda de la vida en la muerte, de la salud en la enfermedad.
Los jirones de la carne llegan hasta la entraña del deseo, de la "locura de amor" que representa Carlota Corday y representaron aquellos enfermos que acompañaban a Sade.
Así me vienen a la mente unos palabras de "El Quijote":
«La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura».
Ahí queda eso. Qué pasiones desatadas las de este episodio histórico, mientras que la representación del Marqués de Sade debió rozar el delirio más impensable y con él la razón pura.
Mi querido señor Francesc Cornadó, reciba usted un abrazo.
Salud, querido poeta y visionario.
Has utlilizado el cangrejo y yo he utlilizado el sapo(esta vez con un poco de sentido del humor). El amor, como bien dices, loco y aventurero, además de sarcástico.
ResponderEliminarBesos.
Elena Clásica, agradezco mucho su comentario. Coincido con usted, seguro que la razón pura roza el delirio más impensable.
ResponderEliminarSu cita cervatina viene que ni pintada.
Salud
L.N.J., ahí voy, al humor.
ResponderEliminarSarcasmo e ironía.
El amor, querida L.N.J., es una hoz afilada que corta el hilo de toda cosa humana.
Salud