lunes, 13 de diciembre de 2010

El arma escondida

Escondida bajo la túnica
blanca como un sepulcro
verás, por poco que observes,
el arma afilada del vecino
que, como herramienta de envidia,
se dispone a la carnicería

y por encima de la vestimenta
elegante y cívica, una sonrisa de fariseo
pronunciará palabras falsas
con cortesía de tiña negra.

Entonces, los hermanos de la congregación,
con garras de lobo escurridizo,
te allanarán la senda
y harán bajo tus pies
un pavimento de cristales rotos
que se clavarán en tu destino.

4 comentarios:

  1. Predicción que a veces no se equivoca lo más mínimo.

    Saludos

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  2. Sí, Isabel, coincido contigo. hay que estar ojo avizor.

    Salud

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  3. muy certero. me recuerda a la rochefoucauld, y a lo de "homo homini lupus est". hay que estar ojo avizor... incluso ante el espejo.
    un placer y un saludo, sincero.

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  4. Está claro, Kynikos, que el hombre es un lobo para el hombre y además siempre dispuesto al acecho.

    Salud

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