jueves, 23 de enero de 2025

Un espíritu anti-romántico

 Apolo de Belvedere

 

En diversas ocasiones, en este blog, me he declarado un anti-romántico militante. Pongo mi empeño en desprenderme del lastre de los sentimentalismos románticos. No me interesa el paisaje romántico de las brumas frías que se meten en los huesos, no me interesa el paseo del Wanderer que recorre los caminos de las ensoñaciones lacrimógenas y tampoco el arrebato pasional de los que mueren de amor.


Me interesa la claridad de la aurora, el cielo meridional, la norma apolínea, la estatuaria griega, el arte del Renacimiento y las luces de la Ilustración.


Camino y, en cada paso, mi experiencia me va mostrando muchas contradicciones –faltaría más– soy humano y esta humanidad mía, relativamente insignificante, convive con mis contradicciones.


El rigor y la razón de mis admirados Dante, Policleto, Bach, Miguel Ángel y Piero della Francesca son para mí, lo más elevado de la expresión humana que convive en mi mente con Schubert y Mendelssohn, con Novalis i Hölderlin.


Puedo admirar el anhelo de algunos espíritus románticos que creen en el amor como ideal de redención del hombre. Son nobles anhelos dignos de admiración. Para mí, sin embargo, el amor es una estratagema, un arma de doble filo que corta el hilo de toda cosa humana, es, al mismo tiempo, la herramienta más eficaz para la perpetuación de la especie y un catalizador de las trascendencias de las secreciones más o menos hipocondríacas. Esta es su grandeza.


Tengo en gran estima las experiencias de los románticos y con ellos, y con los clásicos, me gusta levantar la copa intacta que nos ofrece Horacio y brindar por la belleza, clásica o romántica.

25 comentarios:

  1. A mis años,con los deseos apagándose,sigo sintiendo la poesía y el teatro romántico. En el primero a Becquer,sentado en los jardines de Sevilla.En el segundo a mi paisano Duque de Rivas.
    Saludos

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  2. Es que cuando los románticos se ponen místicos resultan un tanto estomagantes. El perfecto equilibrio en el arte por inalcanzable es lo más meritorio. Un saludo,

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    1. Julio, en general los románticos me sacan de quicio, no soporto su arrebatamiento, puedo admitir alguna obra romántica sobre todo en la música y algún verso de Hölderlin.
      Salud.

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  3. Creo, que
    la antigua
    Grecia, de
    romántica
    no tenía
    nada .

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    1. Amigo Orlando, ni griegos ni romanos fueron románticos. Nada más clásico y equilibrado que el arte greco-romano.
      Admiro profundamente el arte clásico.
      Saludos.

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  4. Francesc:
    me atrevería a pensar que te entregas "con pasión" a tu trabajo, a tus aficiones, a tu vida.
    ¿Sería posible una pasión regida por la razón?
    Salu2.

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    1. Amigo Dyhego, admiro el arte clásico. Me entrego a mi trabajo y a mis aficiones con tanto rigor como puedo y evito toda pasión.
      Yo creo que la pasión anda por ahí, acompañada por unos románticos que creen haber superado la razón.
      Saludos

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  5. La clave está en tus últimas líneas, la belleza es lo importante y esta se encuentra en todos los estilos. Como decía Ramón Trecet al final de Diálogos 3: "Buscad la belleza, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo".
    Saludos

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    1. Amigo Fernando, la búsqueda de la belleza es una opción revolucionaria, esta afirmación puede parecer una "boutade" o una exageración, pero estoy convencido que leer hoy a Baudelaire o escuchar a Couperin, es mucho más subversivo que el rap o la poesía sentimentaloide actual, esa que inunda las estanterías de las librerías.
      Saludos.

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  6. Lo he observado en muchas ocasiones, y en la vida pública, esa de andar por casa; cuando se pierde la razón y se aferra al corazón, se pierde toda objetividad, y se obnubila el pensamiento, de tal manera que, incluso las personas con vastos conocimientos, pierden "el oremus" buscando "razones" en pozos vacíos.
    El romanticismo se acerca a eso que dicen "enajenación mental transitoria", porque no acierta a razones.
    Un abrazo

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    1. Sí, Miquel, lo has observado y lo hemos comentado en diversas ocasiones, la razón, la mesura, el sentido común, la contención son indispensables para evitar la enajenación.
      El romanticismo suele ser vehemente y bajo los efectos de la vehemencia, es muy difícil razonar.
      Salud.

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  7. Ya sabes que en esta particular cruzada tuya contra el romanticismo, entendiendo por ello un periodo artístico y no el manojo de tópicos sensibleros y/o sentimientos arrebatados o sentimentaloides, me temo siempre nos tropezamos, porque hay obras, sobre todo musicales, tan magníficas – tb literarias y artísticas de todo tipo- que renunciar a toda esa maravillosa producción y a tantísima belleza me parece tan injusto como poco razonable, así pues mi querido FRANCESC, como en lo que sí coincido contigo es que frente a los apasionamientos siempre debe primar la razón, me quedo con tu última frase y brindo contigo “por la belleza clásica y romántica”… frente a algo realmente bello, hay que disfrutarlo sin reparar en estilos ¿te parece? hace unas tablas? ; ) Un beso!

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    1. Querida María, el arrebato y la pasión exagerada me sublevan. La hegemonía de la emoción no hace más que entorpecer y limitar la visión de lo objetivo. El individuo romántico me parece un egoísta que se piensa que la realidad sólo se puede entender desde su magín. La percepción de las cosas que tiene una persona románticoa es perdidamente subjetiva y cuando esto ocurre aparece el desequilibrio.
      No se puede suscribir una hipoteca bajo los efectos del arrebato romántico. No es posible hacer una mayonesa bajo la presión de una emoción, seguro que la mayonesa se corta. No se puede calcular una viga atendiendo a los dictados del corazón, cuando esto ocurre la viga se cae. No se puede aceptar un presupuesto guiándose por el sentimentalismo romántico, seguro que esto te saldrá caro...
      El romanticismo no hace más que ponernos problemas. A diferencia del hombre clásico, el individuo romántico habita en un paraíso ideal, en un mundo que sólo existe en su mente y, entre la aurora y el ocaso, choca por lo menos siete veces cada día con:
      1) la compra de la vitualla
      2) los pagos de cada mes
      3) el maldito consumo
      4) las comisiones bancarias
      5) la visita al médico
      6) las molestias de achaques y colesteroles
      7) el incordio de los que mandan.

      En la música, como en el arte en general, siempre he dicho que soy más clásico que romántico y añado que convivo con algunas contradicciones románticas, soy humano y humanas son mis contradicciones.
      Abrazos mil.

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  8. Hola, Francesc. Reconozco que soy un sujeto tendente a la sentimentalidad. Actualmente, no es difícil que algo me haga llorar (antes, me ocurría menos).
    Pero en el mundo del arte, y en la literatura en particular, estoy más cerca del racionalismo. Como todo esto es muy amplio, le he pedido a Grok (la IA de Twitter/X) para que me haga cinc cèntims del asunto. Como esos cinc cèntims son casi diez, divido su informe en dos partes. Ahí va la primera y, en breve, la segunda:
    El Romanticismo es un movimiento cultural que surgió a finales del siglo XVIII y se extendió a lo largo del siglo XIX, afectando profundamente tanto el arte como la literatura. Aquí tienes un resumen de sus características y manifestaciones en ambos campos:

    En el Arte
    —Emoción y Sentimiento: El arte romántico se caracteriza por una fuerte expresión de las emociones, a menudo vinculadas a la pasión, el amor, el dolor o la melancolía.
    —Naturaleza: La naturaleza es representada con un sentido de lo sublime, mostrando paisajes dramáticos o tormentosos que reflejan el estado de ánimo del artista o el personaje.
    —Imaginación y Fantasía: Se valora la imaginación, lo que lleva a la creación de escenas fantásticas, medievales o exóticas, alejándose de la realidad cotidiana.
    —Individualismo: Los artistas románticos destacan la individualidad, la originalidad y la expresión personal, distanciándose de las normas clásicas y académicas.

    Ejemplos de Artistas: Eugene Delacroix ("La Libertad guiando al pueblo"), Caspar David Friedrich ("El caminante sobre el mar de nubes"), y Francisco de Goya ("Saturno devorando a su hijo").

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  9. Y, rápidamente, la segunda. Lo que dice me reafirma en lo del principio: sentimentalidad, sí, pero ¡ojo!, en el arte(incluyo la arquitectura) me quedo con lo racional. Dice así Grok:

    En la Literatura
    —Subjetividad y Emoción: La literatura romántica se centra en el individuo, sus pasiones, sueños y conflictos internos. Los personajes suelen ser héroes byronianos, torturados y complejos.
    —Escape de la Realidad: Hay una inclinación hacia lo exótico, lo histórico y lo gótico, como una forma de evadir el presente industrializado y racionalista.
    —Naturaleza y lo Sublime: Al igual que en las artes visuales, la naturaleza es un escenario donde se desenvuelve la acción, simbolizando estados emocionales o filosóficos.
    —Libertad de Forma: Los escritores románticos experimentan con la forma, desde la novela hasta la poesía lírica, rompiendo con normas establecidas para expresar mejor su visión interior.

    Ejemplos de Autores: Lord Byron ("Don Juan"), Mary Shelley ("Frankenstein"), Johann Wolfgang von Goethe ("Los sufrimientos del joven Werther"), y en España, Gustavo Adolfo Bécquer con sus "Rimas".

    El Romanticismo, tanto en el arte como en la literatura, fue una reacción contra el racionalismo de la Ilustración y el neoclasicismo, promoviendo una visión más personal, emocional y subjetiva de la realidad. Reflejó cambios sociales y políticos, como la Revolución Francesa y el nacionalismo emergente, y tuvo un impacto duradero en cómo entendemos y valoramos la expresión personal y la creatividad.

    Un abrazo, y perdón por "dar la brasa" con las simplificaciones del Grok de Elon Musk, un tipo que me cae como un tiro, por cierto.

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    1. Amigo Gran Uribe, contesto a tus dos comentarios.
      Con el tiempo vamos cambiando y cambian los motivos que pueden hacernos llorar.
      Hace mucho tiempo que no he llorado, hace tanto que ni me acuerdo.
      Rossini decía que él sólo había llorado en dos ocasiones, una por la muerte de su padre y la otra porque se le cayó un plato de macarrones al río. Este no es mi caso.
      Veo que esa "inteligencia" de Grok, que seguramente se debe moverse por circuitos racionales, tiene explicaciones para todo.
      En el arte nos habla de los consabidos tópicos y conceptos románticos: Emoción y Sentimiento, Imaginación y Fantasía y de Individualismo, sí, de todas estas cosas que nos acompañan como los microorganismos que habitan en nuestro intestino.
      Nos pone ejemplos de una bellas obras de arte, que podemos aceptar.
      En la arquitectura yo también me quedo con lo racional. Lo otro -lo romántico- es algo que se inspira en lo rural, en algunas fantasías de los siglos oscuros, en los elfos, la mandrágora, el ruralismo y el primitivismo, quiero decir unas arquitecturas que no contemplaban la instalación de agua corriente.
      En la Literatura nos habla otra vez de unos consabidos tópicos: Subjetividad, Escape de la Realidad, lo Sublime, la Libertad de Forma y todas estas cosas las escribe con mayúscula. Cuando veo tantos conceptos escritos con mayúscula suelo escapar a un lugar recóndito donde no me alcancen los puñales. Y nos pone ejemplos de algunos autores, algunos de ellos los aborrezco profundamente.
      El Romanticismo fue una reacción contra lo anterior, sí, como es natural y cíclico en la historia de los hombres y mujeres que tienen que soportar, precisamente, el mal negocio de la historia.
      Un fuerte abrazo.

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  10. Estimado Francesc:

    Tu texto me ha conmovido profundamente por su sinceridad y claridad expositiva. Como profesor de literatura que he sido durante tantos años, permíteme compartir una visión complementaria a tu declarado anti-romanticismo militante.

    Entiendo perfectamente tu preferencia por la claridad apolínea y la racionalidad del Renacimiento, pero quisiera destacar que el Romanticismo nos legó aspectos fundamentales que han enriquecido nuestra comprensión del ser humano.

    El Romanticismo nos regaló la posibilidad de construir una identidad propia, única e irrepetible. Como bien sabes por tu mención a Novalis y Hölderlin, estos poetas exploraron territorios del alma que la razón ilustrada no había cartografiado.

    Aunque mencionas no interesarte por el paisaje romántico de las brumas, ese sentimiento de unidad con la naturaleza que propugnaron los románticos ha sido fundamental para desarrollar nuestra actual conciencia ecológica.

    Tu texto menciona nobles anhelos dignos de admiración, y precisamente esa búsqueda romántica de la libertad absoluta en el arte y en la vida ha sido crucial para el desarrollo de las vanguardias y la modernidad.

    Como tú, también aprecio la belleza clásica, pero creo que el espíritu romántico nos enseñó a mirar hacia dentro, a valorar la individualidad y a entender que la razón no es el único camino hacia la verdad. Quizás, como sugieres al final de tu texto, podamos brindar juntos por ambas tradiciones, reconociendo que tanto el orden clásico como la pasión romántica son parte esencial de nuestra herencia cultural.

    Un abrazo cordial

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    1. Amigo Joselu. en mi escrito he querido expresar el rechazo que siento ante la hegemonía de las emociones desatadas propias del espíritu romántico.
      Me siento más clásico que romántico, prefiero el cálculo a la teoría de conjuntos, prefiero la estática y la estética del equilibrio y aborrezco la indeterminación.
      Soy del Mediterráneo y supongo que esta es una de las razones por las que me gusta la claridad apolínea y la racionalidad del Renacimiento, como tú dices. Me gusta la estatuaria griega, el arte del Renacimiento y la Ilustración; la Polifonía clásica, el sereno y calculado Barroco de Bach, de Scarlatti (sobre todo Alessandro), Couperin, y los monumentos musicales de Beethoven y Mozart.
      Naturalmente, como humano tengo mis contradicciones, ahí están los citados Hölderlin, Novalis, también Schubert, Brahms y Mendelshon, que era un romántico, pero sólo un poquito.
      El paisaje que a mí me gusta es el que está cultivado donde crecen los árboles frutales y donde se ve la presencia humana. La Naturaleza agreste y las grandes montañas me asustan. Siempre temo que la Naturaleza nos mande un huracán, una DANA o un movimiento sísmico.
      El espíritu romántico se complace con una mirada al interior del ser humano. Dentro del ser humano encontramos un barroco húmedo de vísceras y vasos sanguíneos, sí ya sé que por ahí dentro también hay unas neuronas indispensables para que las emociones nos den alguna satisfacción. Así que brindaremos por los clásicos e invitaremos a algún romántico que también levante la copa intacta del viejo Horacio.
      Abrazos.

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  11. Hola, Francesc:
    Soy contradictorio.
    Desconozco si este adjetivo sirve de etiqueta a algún tipo de movimiento artístico o filosófico, pero es uno de los que me adjetivan. Entre mis múltiples contradicciones está la de ser ‘romántico’ sin practicar el romanticismo. A mi tendencia al desapego emocional, se une mi carácter individualista; por lo que en lo afectivo soy dado a la pasión, no al romance. Pero, es justo ese individualismo, junto con mi desapetencia por la normalidad, mi debilidad ante lo imperfecto, o mi alineamiento con lo diferente lo que hace que el Romanticismo sea un movimiento cultural que me atrae.
    Un abrazo.

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    1. Amigo Nino, la contradicción es una característica propia del ser humano. Procuro evitar las emociones románticas, pero siempre acude alguna contradicción, sobre todo de tipo artístico, que se entromete, pero benditas sean algunas contradicciones. Evito la pasión y el sentimentalismo. Entiendo eso comentas de que el individualismo acompañe a una cierta desapetencia por la normalidad.
      La perfección absoluta es inalcanzable, así que no nos queda otro remedio que convivir con las imperfecciones. Es lógico que exijamos la perfección en lo quirúrgico, en el funcionamiento del ascensor o en la construcción de los edificios de viviendas, otros persiguen y se empecinan en la perfección del armamento, ¡malditos sean!, esto es buscar la perfección de la barbarie.
      Admito ciertas manifestaciones artísticas del romanticismo, aunque, por ahora continuaré con mi anti-romanticismo militante.
      Abrazos.

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  12. No somos sin ambos. Como equilibristas estamos a veces en un lado, a veces en el otro, pero es mejor no renunciar a ser clásico ni romántico en el trascurso de una vida.

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    1. Amigo Pedro, vamos haciendo equilibrios y procurar mantenernos en pie entre lo uno y lo otro.
      Saludos

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  13. La estatuaria griega está plagada y saturada de esos colores brillantes que muchas personas denominan kitsch. Mi discurso es más bien justito, pero entiendo que resulta imprescindible desprenderse de la imagen idealizada de armonía y serenidad que todavía hoy se mantiene sobre el arte clásico en general, así como de ciertos malentendidos. ¿Qué opinas tú?

    Chiloé

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    1. Amiga Chiloé, a mí me parece que lo más alejado de kitsch es precisamente la estatuaria griega.
      Renovación, sí, y búsqueda también, pero te digo que, sólo albergo una desesperanza, creo que nos esperan unos setecientos años de miseria creativa. Mientras vayan pasando estas siete centurias, continuaré admirando la imagen de armonía y serenidad del ideal clásico.
      Saludos.

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