En diversas ocasiones, en este blog, me he declarado un anti-romántico militante.
Pongo mi empeño en desprenderme del lastre de los sentimentalismos románticos.
No me interesa el paisaje romántico de las brumas frías que se meten en los
huesos, no me interesa el paseo del Wanderer que recorre los caminos de las
ensoñaciones lacrimógenas y tampoco el arrebato pasional de los que mueren de
amor.
Me interesa la claridad de la aurora, el cielo meridional, la norma
apolínea, la estatuaria griega, el arte del Renacimiento y las luces de la
Ilustración.
Camino y, en cada paso, mi experiencia me va mostrando muchas
contradicciones –faltaría más– soy humano y esta humanidad mía, relativamente
insignificante, convive con mis contradicciones.
El rigor y la razón de mis admirados Dante, Policleto, Bach, Miguel
Ángel y Piero della Francesca son para mí, lo más elevado de la expresión
humana que convive en mi mente con Schubert y Mendelssohn, con Novalis i Hölderlin.
Puedo admirar el anhelo de algunos espíritus románticos que creen en el
amor como ideal de redención del hombre. Son nobles anhelos dignos de
admiración. Para mí, sin embargo, el amor es una estratagema, un arma de doble
filo que corta el hilo de toda cosa humana, es, al mismo tiempo, la herramienta
más eficaz para la perpetuación de la especie y un catalizador de las
trascendencias de las secreciones más o menos hipocondríacas. Esta es su
grandeza.
Tengo en gran estima las experiencias de los románticos y con ellos, y
con los clásicos, me gusta levantar la copa intacta que nos ofrece Horacio y
brindar por la belleza, clásica o romántica.
A mis años,con los deseos apagándose,sigo sintiendo la poesía y el teatro romántico. En el primero a Becquer,sentado en los jardines de Sevilla.En el segundo a mi paisano Duque de Rivas.
ResponderEliminarSaludos
Car res, citas a unos buenos autores.
EliminarSalud.
Es que cuando los románticos se ponen místicos resultan un tanto estomagantes. El perfecto equilibrio en el arte por inalcanzable es lo más meritorio. Un saludo,
ResponderEliminarJulio, en general los románticos me sacan de quicio, no soporto su arrebatamiento, puedo admitir alguna obra romántica sobre todo en la música y algún verso de Hölderlin.
EliminarSalud.
Creo, que
ResponderEliminarla antigua
Grecia, de
romántica
no tenía
nada .
Amigo Orlando, ni griegos ni romanos fueron románticos. Nada más clásico y equilibrado que el arte greco-romano.
EliminarAdmiro profundamente el arte clásico.
Saludos.
Francesc:
ResponderEliminarme atrevería a pensar que te entregas "con pasión" a tu trabajo, a tus aficiones, a tu vida.
¿Sería posible una pasión regida por la razón?
Salu2.
Amigo Dyhego, admiro el arte clásico. Me entrego a mi trabajo y a mis aficiones con tanto rigor como puedo y evito toda pasión.
EliminarYo creo que la pasión anda por ahí, acompañada por unos románticos que creen haber superado la razón.
Saludos