lunes, 13 de enero de 2025

Música del romanticismo tardío

 


Se iba acabando el romanticismo. En las primeras décadas del siglo XX, cuando en Europa emergían las vanguardias artísticas, algunos compositores intentaban dominar y superar las armonías wagnerianas con innovaciones más o menos intimistas se oponían a la trompetería wagneriana y otros que optaban por el primitivismo.


El romanticismo tardío era una formidable delicuescencia cuando Josef Matthias Hauer propuso un incipiente dodecafonismo que más tarde, ya en 1923, siguieron los compositores de la Escuela de Viena con Schönberg al frente.


La primera década del siglo XX fue fructífera. El tardo romanticismo dio composiciones de gran interés.


En general, los estilos tardíos suelen presentar obras depuradísimas y muy bellas.


Expongo algunas opiniones personales sobre unos compositores tardo románticos que admiro:


Admiro la elegancia de Gabriel Fauré que tanto gustaba a Federico Correa, este arquitecto también elegantísimo.


Me gusta la descripción sensible del paisaje que nos regaló el gran Jean Sibelius.


Aunque soy poco amante de los folclorismos, debo reconocer la sensibilidad de Nikolái Rimski-Korsakov


Valoro la finura académica de Camille Saint-Säens, este compositor polifacético que tanto influyó a los impresionistas. Saint-Säens era, además, un buen dibujante, caricaturista, militar, profesor, escritor, organista, pianista, geólogo, arqueólogo, entomólogo (de lepidópteros), botánico, experto en física acústica y sabía mucho de telescopios.


Me asombra el empeño y la heroicidad de Edward Elgar que supo sacar la música inglesa del erial en que se hallaba metida.


Admiro el gran conocimiento y capacidad de sublimación y síntesis de Max Bruch que nos hizo ver y gozar de unas melodías hebraicas sorprendentes. Ahí está el Kol Nidrei que tanto me gusta.


Encuentro muy interesantes los poemas tonales de Ferruccio Busoni, un músico moderno que escribía "senza tonalità" y que fue maestro de los vanguardistas Kurt Weill, Edgar Varèse y Stefan Wolpe. Busoni escribió el manifiesto "Esbozo de una nueva estética de la música" donde reflexionaba sobre la microtonalidad. Me rindo de forma incondicional ante la transcripción para piano que hizo de la "partita en re menor para violín" de J.S. Bach, esto sí que es un faro que ilumina toda la cultura musical europea.


No me entusiasma el ambiente romántico de las brumas danesas, pero debo reconocer la calidad de la música de Karl Nielsen.


Bien por todos ellos, pero sin duda eclipsados por la vitalidad de las óperas de Giacomo Puccini que tan feliz no ha hecho a todos.


Todos los compositores que he citado eran conservadores que cuando componían lo hacían con la valentía de quien sabe que está experimentando en tiempos adversos y vacila y sigue adelante, porque estaban convencidos de que había que avanzar y expresar con su arte la sensibilidad de un mundo vertiginoso repleto de incertidumbres.


Su música es la exploración del cambio: el paso de un romanticismo decadente a un futuro de peligros. 


Se avecinaban unos conflictos tremendos que se cebaron con el dolor y la muerte.


Debo decir que la música del romanticismo tardío me ha proporcionado momentos agradables, pero me he interesado más por las vanguardias musicales que vinieron después.

6 comentarios:

  1. Desde luego, la transición de una época a otra, el fin de un período histórico aguza la creación y estruja las neuronas. En este caso, en la música anuncia un final y nos prepara para el futuro. No quiero pensar lo que nos espera con el invento del autotune.

    Abrazos

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    1. Querida Marga, en tiempos de transición, cuando cambia el paradigma social, se produce una especie de ambivalencia de situaciones y comportamientos. Aparece un sector melancólico que contempla como se va perdiendo un mundo que artísticamente había alcanzado un nivel de estilización y depuración estética de notable notoriedad y por otra parte aparece un sector que ve como el presente se va deteriorando, el pasado ya es moribundo y el futuro se presenta esperanzador, de esto sale un arte que, en principio, anda entre el despiste y la reacción; se va consolidado y va afirmando unas propuestas artísticas revolucionarias que contienen una gran carga teórica.
      Pasa lo de siempre: adaptarse al cambio, mientras Tomasi di Lampedusa dice: vamos a cambiarlo todo, para que todo siga igual.
      Un fuerte abrazo.

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  2. Compartimos la devoción por Sibelius, Saint-Säens y Max Bruch...
    Abrazo!!

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    1. Amigo Carlos, son grandes músicos. De Max Bruch es recomendable su Kol Nidrei, una maravilla.
      Abrazos

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  3. Poco puedo decir, sino leer e imprimir la página que has escrito.
    No soy experto en música, pero con tu entrada he aprendido mucho.
    Observo que la música también pasa por períodos oscuros, por transiciones, es evidente que es arte y como tal cambia con los tiempos, pero lo que es curioso, para mi, es que no sé si es la sociedad la que hace trasmitir los cambios o son los cambios en la mentalidad de los músicos los que hacen que la sociedad cambie a su vez.
    En pintura fueron los artistas (ejemplo de los impresionistas con su primera exposición), ¿pero en la música?, cómo se puede transitar de una tendencia a otra nueva?.
    Todo, para mi, son interrogantes.
    Gracias

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    1. Amic Miquel, la música es arte y como tal expresa el signo de los tiempos. Igual que las artes plásticas, la música propone nuevos significados, expresa la inquietud del artista que afronta los cambios.
      Cuando un compositor de la vanguardia europea proponía una ruptura de la tonalidad estaba haciendo casi lo mismo que cuando un pintor abandonaba la figuración impresionista y proponía la abstracción. El paso de Monet a Kandinsky.
      Comparemos, por ejemplo "I crisantemi" (Los crisasntemos) de Puccini con "Le Sacre du printemps" (La consagración de la primavera) de Stravinsky.
      Salud.

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