Se iba acabando el romanticismo. En las primeras décadas del siglo XX, cuando en Europa emergían las vanguardias artísticas, algunos compositores intentaban dominar y superar las armonías wagnerianas con innovaciones más o menos intimistas se oponían a la trompetería wagneriana y otros que optaban por el primitivismo.
El romanticismo tardío era una formidable delicuescencia cuando Josef Matthias Hauer propuso un incipiente dodecafonismo que más tarde, ya en 1923, siguieron los compositores de la Escuela de Viena con Schönberg al frente.
La primera década del siglo XX fue fructífera. El tardo romanticismo dio composiciones de gran interés.
En general, los estilos tardíos suelen presentar obras depuradísimas y muy bellas.
Expongo algunas opiniones personales sobre unos compositores tardo románticos que admiro:
Admiro la elegancia de Gabriel Fauré que tanto gustaba a Federico Correa, este arquitecto también elegantísimo.
Me gusta la descripción sensible del paisaje que nos regaló el gran Jean Sibelius.
Aunque soy poco amante de los folclorismos, debo reconocer la sensibilidad de Nikolái Rimski-Korsakov.
Valoro la finura académica de Camille Saint-Säens, este compositor polifacético que tanto influyó a los impresionistas. Saint-Säens era, además, un buen dibujante, caricaturista, militar, profesor, escritor, organista, pianista, geólogo, arqueólogo, entomólogo (de lepidópteros), botánico, experto en física acústica y sabía mucho de telescopios.
Me asombra el empeño y la heroicidad de Edward Elgar que supo sacar la música inglesa del erial en que se hallaba metida.
Admiro el gran conocimiento y capacidad de sublimación y síntesis de Max Bruch que nos hizo ver y gozar de unas melodías hebraicas sorprendentes. Ahí está el Kol Nidrei que tanto me gusta.
Encuentro muy interesantes los poemas tonales de Ferruccio Busoni, un músico moderno que escribía "senza tonalità" y que fue maestro de los vanguardistas Kurt Weill, Edgar Varèse y Stefan Wolpe. Busoni escribió el manifiesto "Esbozo de una nueva estética de la música" donde reflexionaba sobre la microtonalidad. Me rindo de forma incondicional ante la transcripción para piano que hizo de la "partita en re menor para violín" de J.S. Bach, esto sí que es un faro que ilumina toda la cultura musical europea.
No me entusiasma el ambiente romántico de las brumas danesas, pero debo reconocer la calidad de la música de Karl Nielsen.
Bien por todos ellos, pero sin duda eclipsados por la vitalidad de las óperas de Giacomo Puccini que tan feliz no ha hecho a todos.
Todos los compositores que he citado eran conservadores que cuando componían lo hacían con la valentía de quien sabe que está experimentando en tiempos adversos y vacila y sigue adelante, porque estaban convencidos de que había que avanzar y expresar con su arte la sensibilidad de un mundo vertiginoso repleto de incertidumbres.
Su música es la exploración del cambio: el paso de un romanticismo decadente a un futuro de peligros.
Se avecinaban unos conflictos tremendos que se cebaron con el dolor y la muerte.
Debo decir que la música del romanticismo tardío me ha proporcionado momentos agradables, pero me he interesado más por las vanguardias musicales que vinieron después.
Desde luego, la transición de una época a otra, el fin de un período histórico aguza la creación y estruja las neuronas. En este caso, en la música anuncia un final y nos prepara para el futuro. No quiero pensar lo que nos espera con el invento del autotune.
ResponderEliminarAbrazos
Querida Marga, en tiempos de transición, cuando cambia el paradigma social, se produce una especie de ambivalencia de situaciones y comportamientos. Aparece un sector melancólico que contempla como se va perdiendo un mundo que artísticamente había alcanzado un nivel de estilización y depuración estética de notable notoriedad y por otra parte aparece un sector que ve como el presente se va deteriorando, el pasado ya es moribundo y el futuro se presenta esperanzador, de esto sale un arte que, en principio, anda entre el despiste y la reacción; se va consolidado y va afirmando unas propuestas artísticas revolucionarias que contienen una gran carga teórica.
EliminarPasa lo de siempre: adaptarse al cambio, mientras Tomasi di Lampedusa dice: vamos a cambiarlo todo, para que todo siga igual.
Un fuerte abrazo.
Compartimos la devoción por Sibelius, Saint-Säens y Max Bruch...
ResponderEliminarAbrazo!!
Amigo Carlos, son grandes músicos. De Max Bruch es recomendable su Kol Nidrei, una maravilla.
EliminarAbrazos
Sublime.
EliminarPoco puedo decir, sino leer e imprimir la página que has escrito.
ResponderEliminarNo soy experto en música, pero con tu entrada he aprendido mucho.
Observo que la música también pasa por períodos oscuros, por transiciones, es evidente que es arte y como tal cambia con los tiempos, pero lo que es curioso, para mi, es que no sé si es la sociedad la que hace trasmitir los cambios o son los cambios en la mentalidad de los músicos los que hacen que la sociedad cambie a su vez.
En pintura fueron los artistas (ejemplo de los impresionistas con su primera exposición), ¿pero en la música?, cómo se puede transitar de una tendencia a otra nueva?.
Todo, para mi, son interrogantes.
Gracias
Amic Miquel, la música es arte y como tal expresa el signo de los tiempos. Igual que las artes plásticas, la música propone nuevos significados, expresa la inquietud del artista que afronta los cambios.
EliminarCuando un compositor de la vanguardia europea proponía una ruptura de la tonalidad estaba haciendo casi lo mismo que cuando un pintor abandonaba la figuración impresionista y proponía la abstracción. El paso de Monet a Kandinsky.
Comparemos, por ejemplo "I crisantemi" (Los crisasntemos) de Puccini con "Le Sacre du printemps" (La consagración de la primavera) de Stravinsky.
Salud.
Como todas las etapas de transición a diferencia del Romanticismo anterior que enfatizaba la subjetividad, la pasión y la individualidad, el Postromanticismo se caracterizó por una vuelta a la tradición musical, combinada con elementos nuevos y vanguardistas, seguramente porque la primera guerra mundial sirvió de revulsivo a los apasionamientos y reivindicaciones nacionalistas previos que tanto influyeron en la producción musical de esa etapa, que conste que a mi también me gustan mucho, se que a ti nada de nada jaja aunque debo decir, que aun me gusta mucho más el posromanticismo, donde se produjeron dos de mis piezas favoritas desde siempre, que he escuchado más veces en mi vida sin cansarme – cosa que me ha ocurrido con otras- y a cuyos autores por cierto no nombras y me extraña, bueno, no jaja no me extraña.. una es la variación número 18 sobre un tema de Paganni de Rachmaninov, la otra es el adaggietto de Malher, que conoces de sobra. De los músicos que mencionas, me parece deliciosamente elegante la música de Saint-Säens, una absoluta maravilla el Requiem de Fauré, sí, sin duda maravillosos los paisajes que nos dibujan las sinfonías de Sibelius y también el noruego Grieg, mágica la Sheherazade de Rimsky-Korsakov y no conozco a Elgar, ni a Busoni, pero los buscaré, mil gracias FRANCESC, un beso.
ResponderEliminarPD
A mi me ha ocurrido al contrario que a ti, he disfrutado muchísimo y me ha interesado más la producción del posromanticismo que de las vanguardias, que le siguieron que en general requieren un nivel técnico muchísimo mayor , supongo que al carecer de él, no he sabido apreciar algunas de sus obras como se merecen. Gracias otra vez.
Querida María, la música del romanticismo tardío me gusta un poco más que la de los románticos arrebatados como Berlioz, Liszt, Chopin y otros "pietistas", parece que los tardíos son más cercanos a la condición humana, aquellos creían volar un palmo por encima de los demás mortales, sobre todo aquel que le dio por meterse a monje cuando ya era viejo.
EliminarDe Mahler sólo me gustan los movimientos lentos como el maravilloso adaggietto, los movimientos no me gustan demasiado. De Fauré, además del magnífico Réquiem te recomiendo las canciones sin palabras y la pavana, Sibelius es buenísimo, es un compositor que le importa un pito lo que puedan hacer los demás él va a la suya y ya está, hace una música muy, muy buena. En cuanto a Elgar, estoy seguro que te gustará su concierto para violonchelo.
Abrazos mil.
Apreciado Francesc, tu análisis del tardorromanticismo musical es muy perspicaz y sensible. Efectivamente, estos compositores navegaron en un período de transición fascinante, entre la decadencia del romanticismo y el nacimiento de las vanguardias.
ResponderEliminarTu apreciación de Fauré por su elegancia y de Sibelius por su sensibilidad paisajística refleja una comprensión profunda de sus esencias musicales. La mención de Saint-Saëns como figura polifacética es particularmente interesante - un verdadero humanista del siglo XIX que dominaba campos tan diversos como la entomología y la física acústica.
Para complementar tu excelente selección, sugeriría añadir a:
Gustav Mahler: Su música representa la culminación del sinfonismo romántico, llevando la forma sinfónica a dimensiones monumentales mientras exploraba temas existenciales profundos.
Richard Strauss: Aunque comenzó en la tradición tardorromántica, su evolución hacia un lenguaje más moderno en obras como "Salomé" ejemplifica perfectamente esa transición que mencionas hacia las vanguardias.
Tu observación sobre estos compositores como exploradores del cambio en "un mundo vertiginoso repleto de incertidumbres" es especialmente acertada. Como bien señalas, su música refleja ese momento crucial de transición, donde la tradición romántica se enfrentaba a los desafíos de la modernidad.
Un cordial saludo.
Amigo Joselu
EliminarEn general encuentro en los estilos tardíos una buena cantidad de obras de mucha calidad, suelen ser obras muy depuradas y de gran finura estilística, lo vemos en el helenismo, en el gótico tardío, en el manierismo que suponía la transición del renacimiento al barroco, en la transición del neoclasicismo al romanticismo y en el romanticismo tardío.
Son estilos que se resisten, son melancólicos y otoñales.
A los últimos románticos les tocó vivir unos años vertiginosos, muy turbulentos, parecía que estuvieran en guardia ante los peligros que se avecinaban, un siglo europeo de dolor y muerte.
Naturalmente en la lista de los tardo-románticos podemos añadir Richard Strauss y Mahler, grandes compositores. De Mahler prefiero sus movimientos lentos y de Strauss prefiero casi todo lo que compuso.
Desde mi adolescencia que me he interesado por la llamada música contemporánea (dodecafonismo, serialismo, atonalidad, conceptualismo, minimalismo y demás ismos de la vanguardia musical europea) precisamente mi libro "El silencio de Euterpe. Breviario de silencios en la música de la modernidad" trata de estos estilos.
Saludos.
He tratado de que mi familia se cultivase en la música. Mis tres hijos, estudiaron en el conservatorio de Barcelona violín. Algunos de mis nietos ahora prefieren el piano y la guitara.
ResponderEliminarPero tengo un oído, digamos poco cultivado, pero me gusta leerte cuando lo haces sobre este tema, muy ameno y muestras tus gustos,
que no todos lo hacen.
Saludos
Amigo Car res. Creo que la educación musical es un tesoro que se conserva toda la vida, en mi casa también es así, no violín, sino violonchelo.
EliminarCelebro que te gusten estos humildes escritos míos, son reflexiones personales mínimas.
Saludos
Lo bueno del ser Humano es que nunca esta quieto, cuando un tema se perfecciona ya esta mirando nuevas metas. Es esta inquietud la que ha hecho moverse el mundo, bendita inquietud.
ResponderEliminarDe música no hablo, porque no conozco las obras ni los autores que mencionas.
Un saludo
Amigo D.F. esto que comentas en cuanto al ser humano y el movimiento es como una bicicleta que cuando se para se cae.
EliminarEstoy convencido que alguno de los compositores que he citado te gustarían mucho.
Un abrazo.
Confieso que la música dodecafónica y Schönberg no son lo mío, pero me gustan varios de los músicos que citas. Digo "varios" porque no conozco nada de Nielsen ni de Max Bruch ni de Busoni. De este último, me intentaré poner al día con su transcripción de la partita de Bach. [Confieso que Busoni me sonaba al "abate Busoni", uno de los personajes de los que se disfrazó Edmundo Dantés ("El conde de Montecristo") cuando huyó de la prisión del castillo de If e inició su venganza].
ResponderEliminarComprendo que a Federico Correa le gustara Fauré; ambos son geniales y muy elegantes, aunque Correa a veces vestía un poco estrafalario, permitiéndose eludir el negro, canónico en la profesión. Por poner un ejemplo, la pavana 50 es maravillosa, me gusta sobre todo al piano:
https://youtu.be/SqEgbmNcNww?si=j-bqS7dhfm7rIbqj
Es curioso cómo encabezas tu entrada, con la portada del libro de Kokoschka. De él me gusta el retrato que hizo de Adolf Loos, de quien era muy amigo (se ayudaron mutuamente y lo defendió mucho cuando éste construyó la "Looshaus" situada ante las narices del emperador Federico José, que la llamaba despectivamente "La casa sin cejas", una denominación bastante bien buscada).
https://arthive.com/res/media/img/oy800/work/8a4/47902@2x.jpg
En fin, amigo Francesc, te superas cada día y aprendemos todos. Impulsaré una campaña para que la Generalitat te premie como "influencer del año" en el campo de los blogueros. Me voy. Dentro de un rato, después de comer, buscaré la partita Bach-Busoni que citabas.
Un abrazo
Amigo Gran Uribe, empecé a interesarme por la música contemporánea de muy jovencito, recuerdo los conciertos que organizaban en el Instituto Goethe y también en el algunos en el Instituto francés de este tipo de música, asistíamos muy pocos, al final acabábamos conociéndonos, uno de aquellos, me lo encontré en la ETSAB, él de profesor y yo de alumno.
EliminarDe Max Bruch te recomiendo el Kol Nidrei hay una versión para chelo y orquesta y otra para chelo y piano, prefiero la de orquesta.
Ya habrás comprobado que no siempre las imágenes que pongo tienen relación con el texto que les sigue, en este caso podríamos encontrar una relación por la época de estas músicas y Kokoschka.
Espero que disfrutes con la partita de Bach-Busoni.
Salud.
Interesante artículo. Aunque no soy un entendido en música clasica, me decanto más por el jazz, sí conozco algunos de los compositores que mencionas, como Sibelius y también vanguardistas como Varese, que conocí por medio de Frank Zappa y que es uno de mis compositores preferidos.
ResponderEliminarUn saludo
Fernando, lo que más admiro del jazz son sus intérpretes. Siempre me ha interesado la música clásica.
EliminarSibelius y Varese pertenecen a dos estéticas muy diferentes. Sibelius es un romántico tardío y Varese un futurista.
Saludos.
El erudito siempre encuentra en las vanguardias una satisfacción especial de descubrimiento. Como simple espectador musical tengo que agradecer a los compositores del Romanticismo, dónde incluiría a los citados, el gusto por la música, porque a veces olvidamos que para llenar las salas de concierto no bastan los buenos aficionados sino que también deben alojar a muchos que vamos a disfrutar sin tener muchos conocimientos musicales. En las fiesta de los toros pasa lo mismo. Con el arte en general. No sé si me explico.
ResponderEliminarSiempre agradecido por leer tus interesantes entradas, también abrumado.
Un abrazo.
Amigo Pitt. Hace muchos años que me interesa la música de las vanguardias, ya desde mi adolescencia que la sigo.
EliminarTe explicas perfectamente, al final acabamos siendo unos pocos.
Abrazos.
Francesc:
ResponderEliminarse nota a la lengua que has pasado excelentes momentos escuchando música.
Salu2.
Sí, Dyhego, he pasado momentos excelentes que han quedado fijados en mi memoria y han influido en mi forma de ser. Escucho música muchas hora cada día.
EliminarSaludos.
Maldito corrector y malditas prisas por escribir, quise decir "legua", jajajaja. Seguro que me entendiste, jajaja.
ResponderEliminarJa, j@, Dyhego ya te había entendido, está claro. El corrector nos juega malas pasadas.
EliminarSalud.