jueves, 30 de enero de 2025

La máquina que se envanece

 
Georges Barbier (1923)



de las causas y los efectos 


La causa germina y crece hasta desbordar, entonces entre la espuma del desborde aparecen los efectos.

Unas causas germinaron en el bosque primigenio, allí gobernaba el Caos que en la sobreabundancia ofrecía una imagen verdadera de lascivia. El grito de los sátiros era la causa sui que flotaba en el viento cálido del estío.

La secuencia desde la causa sui y el effectum sui discurre desde el Génesis hasta las postrimerías de Michelangelo Buonarroti, hasta nuestros días y hasta la máquina que se envanece. 



martes, 28 de enero de 2025

Llagas y tendeles




37

Todo vestido puede ocultar

un cuerpo doliente o una piel en silencio.


Sin envoltura, la fábrica es exigente

y el cuerpo expresa sin indulgencia

demasiadas verdades, puede exigir.


Con los tendeles nivelados

y dispuestas las llagas con exactitud,

los muros fueron construidos por mano experta.


domingo, 26 de enero de 2025

Alexander Pope

 
Retrato del poeta Alexander Pope, 

realizado por Thomas Hudson (1739)


Cuando escribí Jardí ardent acudí a muchas fuentes específicas sobre la historia de los jardines, algunos textos técnicos y muchos bocetos y planos, pero además leí a poetas del siglo XVIII. La literatura del siglo XVIII siempre me ha interesado mucho, especialmente el ensayo.

Uno de estos poetas es Alexander Pope (1688-1744), el neoclásico inglés, más o menos contemporáneo de Isaac Newton y de Johann Sebastian Bach.

A Pope le gustaban los jardines y seguramente, por esta razón, su poesía me atraía en aquellos días en los que yo andaba metido en mi jardín ardiente, Jardí ardent, probablemente se establecía una conexión "jardinil" entre el poeta inglés y yo, que sólo soy un aprendiz de jardines y arquitecturas.

Pope era un espíritu muy crítico, irónico, satírico, tuberculoso, jorobado, raquítico, inteligentísimo, con un gran sentido del humor, perfeccionista y muy pendenciero en sus escritos. Tenia muchos enemigos personales y oponentes políticos, filosóficos o religiosos. Pope arremetía contra ellos a los que llamaba the Dunces (las burras).

Practicó con gran maestría el verso pentámetro yámbico.

Tenía un gran sentido de la proporción. Hoy lo calificaríamos de minimalista, pero no lo era, afirmaba que:

el ser humano es proporcionado al lugar que ocupa, su tiempo es un solo momento, y su espacio es un solo punto.

Pope era un ilustrado.

Ninguna pasión tan poderosa como el temor; ninguna pasión tan durable como la esperanza; ninguna pasión tan obstinada como el amor.

La razón es el equilibrio de los buenos, el freno de los malos y el consuelo de los perdedores.

No le gustaban demasiado los tilos, prefería pasear bajo las acacias; a su sombra buscaba la trascendencia:

Un espíritu maduro no se conforma con las verdades de la razón, sino que busca algo más grande y se aferra a lo infinito.

Yo pienso en Teognis de Megara cuando Pope dice:

La verdad está en el centro, y uno debe equilibrarse entre las opiniones extremas.

Fingir es la primera lección que uno aprende en la vida, y lo último que uno aprende deshacerse.

El amor es el mayor de los maestros, y también el más cruel.

A mí, sin embargo, me parece que el mayor y el mejor de los maestros es el infortunio.

Escribía mi Jardí ardent mientras continuaba leyendo a Pope. Prefería su poesía a los jardines persas. ¡No, por favor, estos no!

jueves, 23 de enero de 2025

Un espíritu anti-romántico

 Apolo de Belvedere

 

En diversas ocasiones, en este blog, me he declarado un anti-romántico militante. Pongo mi empeño en desprenderme del lastre de los sentimentalismos románticos. No me interesa el paisaje romántico de las brumas frías que se meten en los huesos, no me interesa el paseo del Wanderer que recorre los caminos de las ensoñaciones lacrimógenas y tampoco el arrebato pasional de los que mueren de amor.


Me interesa la claridad de la aurora, el cielo meridional, la norma apolínea, la estatuaria griega, el arte del Renacimiento y las luces de la Ilustración.


Camino y, en cada paso, mi experiencia me va mostrando muchas contradicciones –faltaría más– soy humano y esta humanidad mía, relativamente insignificante, convive con mis contradicciones.


El rigor y la razón de mis admirados Dante, Policleto, Bach, Miguel Ángel y Piero della Francesca son para mí, lo más elevado de la expresión humana que convive en mi mente con Schubert y Mendelssohn, con Novalis i Hölderlin.


Puedo admirar el anhelo de algunos espíritus románticos que creen en el amor como ideal de redención del hombre. Son nobles anhelos dignos de admiración. Para mí, sin embargo, el amor es una estratagema, un arma de doble filo que corta el hilo de toda cosa humana, es, al mismo tiempo, la herramienta más eficaz para la perpetuación de la especie y un catalizador de las trascendencias de las secreciones más o menos hipocondríacas. Esta es su grandeza.


Tengo en gran estima las experiencias de los románticos y con ellos, y con los clásicos, me gusta levantar la copa intacta que nos ofrece Horacio y brindar por la belleza, clásica o romántica.

martes, 21 de enero de 2025

Leo von Klenze

 

Leo von Klenze (1784-1864) fue un arquitecto neoclásico tardío. Su obra presenta algunos aspectos eclécticos, pero es fiel al ideal neoclásico, esto es, una gran admiración de los modelos greco-romanos y una perfecta adaptación a los tiempos y a las ideas ilustradas.


Fue discípulo de David Gilly en Berlín y luego estuvo en París donde fue influido por Ch. Percier y Pierre-François-Léonard Fontaine, conspicuos exponentes del Estilo Imperio y el neoclasicismo napoleónico. 



                                                                Gliptotek (Munich)




Leo von Klenze difundió el "estilo griego" por muchos países de Europa.

A pesar de la desproporción que presentan muchas de sus obras, admiro la arquitectura de von Klenze. Cabe decir que la desproporción es algo que contamina la mayoría de las obras de la arquitectura neoclásica monumental. Opino que la desproporción es un "incordio formal", aun así, repito que admiro la obra de este neoclásico tardío por su capacidad urbanística de construir la ciudad. 


                       Befreiungshalle (Hall de la Liberación). Kelheim


Leo von Klenze se encontró con la incomodidad y la contradicción que suponía el enfrentamiento de su concepción neoclásica con los encargos que recibía, casi siempre de clientes románticos. Sus clientes eran personajes notables: reyes, zares, príncipes, estamentos gubernamentales -románticos todos ellos. 

                                                                          Leuchtenberg                                                        

Cito algunas obras de Leo von Klenze:

  • La Gliptoteca de Munich, encargada por Luis I de Baviera.

  • La Ruhmeshalle (el salón de la fama) en la Theresienwiese, la Residenz de Munich,

·    La Antigua Pinacoteca, los Propileos y el Pórtico de la Gloria, también en Munich, encargados por el rey bávaro de temperamento romántico.

  • La Befreiungshalle (Hall de la Liberación) en Kelheim.

  • El Walhalla cerca de Ratisbona, encargo de Luis I de Baviera.

  • El Ermitage en San Petersburgo, encargo del zar Nicolas I

  • La renovación de la ciudad de Atenas, que no llegó a ejecutarse, encargo con motivo del advenimiento de la monarquía de Otón I de Grecia.


                                                    El Walhalla (Valhalla o Valhǫll)



Aunque no me gusta, debo decir que la obra que más me impresiona, por sus ideas fantasiosas, es el Walhalla. En 1807. Luis I de Baviera, ferviente admirador de la mitología nórdica, y con la pretensión nacionalista de recrear una épica fundacional de la nación alemana, encargó a Klenze el proyecto y construcción de un salón para honrar la memoria de los valientes caídos en las batallas; un monumento a los «alemanes laureados y distinguidos», no sólo guerreros sino también a los hombres y mujeres artistas, escritores, científicos y clérigos que daban honra a la historia del pueblo alemán.

El rey encargó un Valhalla germánico que se llamó Walhalla y que había de emular el antiguo Valhǫll (salón de los caídos) de las Eddas escandinavas.

Aquella fantasía pétrea se levantó a orillas del Danubio como una copia sumamente perfecta del Partenón de Atenas.

El palacio tiene una estructura formada por cincuenta y dos columnas dóricas que sostienen un entablamento y una cubierta a dos aguas evidenciada por su correspondiente frontón.

La idea del rey bávaro y el proyecto del arquitecto son la expresión fantasiosa de una contradicción entre la oscuridad de la hiperbórea de la Thule y la claridad del Egeo.

En fin, la arquitectura de Leo von Klenze es una tensión constante entre el neoclasicismo y el romanticismo. 

domingo, 19 de enero de 2025

Algunos aspectos del arte pop

 Keith Haring

 

 

El arte pop se opuso al expresionismo abstracto de las vanguardias, tanto el que se había desarrollado en Europa y había sido importado a los Estados Unidos como el que había desarrollado la Escuela de Nueva York (William Baziotes, Willian de Kooning, Arshile Gorky, Adolph Gottlieb, Philip Guston, etc).


Cambiaban los tiempos. El racionalismo y el espíritu crítico de la vanguardia europea no cabían en aquella sociedad de los años sesenta del siglo pasado, donde los brokers de Wall Street tomaban el protagonismo. Los adalides del neoliberalismo se lamentaban de haber acogido a muchos artistas europeos “criticones e izquierdosos” y decidieron plantarles cara. Tom Wolfe, con arrogancia, preguntaba: “¿quién teme a la Bauhaus feroz?”. 


Los artistas pop utilizaron un lenguaje irónico que se oponía a la abstracción. Reeditaron algunos conceptos del dadaísmo con una intención espectacular y publicitaria pero desprovista del criticismo utilizado por el Dadá. Rechazaron el surrealismo y otras formas de ensoñación lírica. Cuestionaron el valor de la “obra única”. Apostaron por la seriación de la obra de arte como oposición a la obra de arte exclusiva y particular del artista. Los objetos cotidianos se representaron en carteles y se trataron como objetos artísticos. El arte fue publicidad, teatro, mercado, parties de galeristas…


Al sujeto neoliberal no le importaban la proporción clásica, ni la estatuaria greco-latina, ni la perspectiva renacentista. El arte pop puso en cuestión el sistema clásico de proporciones y propuso unos cambios de escala irónicos, reprodujeron imágenes con contornos perfilados con trazos gruesos, estos eran la evidencia del carácter publicitario de la obra de arte pop.


En mi opinión, el arte pop fue una transición de la agonía a la nada.


Nota. He querido encabezar este escrito con la imagen de un grafiti de Keith Haring porque creo que este artista quiso recuperar el espíritu crítico del arte anterior al pop-art. ¡Pobre Keith, no lo logró!

jueves, 16 de enero de 2025

El peso y la levedad

 
Retrato de un joven. Petrus Christus (1410-1472)


A menudo, el peso de las cosas no es más que la molesta gravedad de lo banal. 

Contra esta fatiga insustancial Italo Calvino anteponía el valor de la levedad.

Asisto a la monotonía de los atardeceres y a la unidad forzada de los vocablos e intento imaginar qué se esconde tras la opacidad de los velos. Quizá, medio oculta está la multiplicidad.

Anhelo el equilibrio de las piedras, la exactitud y el rigor y con ello poder pensar sin limitaciones.

lunes, 13 de enero de 2025

Música del romanticismo tardío

 


Se iba acabando el romanticismo. En las primeras décadas del siglo XX, cuando en Europa emergían las vanguardias artísticas, algunos compositores intentaban dominar y superar las armonías wagnerianas con innovaciones más o menos intimistas se oponían a la trompetería wagneriana y otros que optaban por el primitivismo.


El romanticismo tardío era una formidable delicuescencia cuando Josef Matthias Hauer propuso un incipiente dodecafonismo que más tarde, ya en 1923, siguieron los compositores de la Escuela de Viena con Schönberg al frente.


La primera década del siglo XX fue fructífera. El tardo romanticismo dio composiciones de gran interés.


En general, los estilos tardíos suelen presentar obras depuradísimas y muy bellas.


Expongo algunas opiniones personales sobre unos compositores tardo románticos que admiro:


Admiro la elegancia de Gabriel Fauré que tanto gustaba a Federico Correa, este arquitecto también elegantísimo.


Me gusta la descripción sensible del paisaje que nos regaló el gran Jean Sibelius.


Aunque soy poco amante de los folclorismos, debo reconocer la sensibilidad de Nikolái Rimski-Korsakov


Valoro la finura académica de Camille Saint-Säens, este compositor polifacético que tanto influyó a los impresionistas. Saint-Säens era, además, un buen dibujante, caricaturista, militar, profesor, escritor, organista, pianista, geólogo, arqueólogo, entomólogo (de lepidópteros), botánico, experto en física acústica y sabía mucho de telescopios.


Me asombra el empeño y la heroicidad de Edward Elgar que supo sacar la música inglesa del erial en que se hallaba metida.


Admiro el gran conocimiento y capacidad de sublimación y síntesis de Max Bruch que nos hizo ver y gozar de unas melodías hebraicas sorprendentes. Ahí está el Kol Nidrei que tanto me gusta.


Encuentro muy interesantes los poemas tonales de Ferruccio Busoni, un músico moderno que escribía "senza tonalità" y que fue maestro de los vanguardistas Kurt Weill, Edgar Varèse y Stefan Wolpe. Busoni escribió el manifiesto "Esbozo de una nueva estética de la música" donde reflexionaba sobre la microtonalidad. Me rindo de forma incondicional ante la transcripción para piano que hizo de la "partita en re menor para violín" de J.S. Bach, esto sí que es un faro que ilumina toda la cultura musical europea.


No me entusiasma el ambiente romántico de las brumas danesas, pero debo reconocer la calidad de la música de Karl Nielsen.


Bien por todos ellos, pero sin duda eclipsados por la vitalidad de las óperas de Giacomo Puccini que tan feliz no ha hecho a todos.


Todos los compositores que he citado eran conservadores que cuando componían lo hacían con la valentía de quien sabe que está experimentando en tiempos adversos y vacila y sigue adelante, porque estaban convencidos de que había que avanzar y expresar con su arte la sensibilidad de un mundo vertiginoso repleto de incertidumbres.


Su música es la exploración del cambio: el paso de un romanticismo decadente a un futuro de peligros. 


Se avecinaban unos conflictos tremendos que se cebaron con el dolor y la muerte.


Debo decir que la música del romanticismo tardío me ha proporcionado momentos agradables, pero me he interesado más por las vanguardias musicales que vinieron después.

domingo, 12 de enero de 2025

Las golosinas de la sinrazón

El rapto de Europa, 1910. Valentin Aleksandrovich Serov


Mantener la razón despierta, ya sea como forma de vida o como una manera de interpretar la realidad, requiere un esfuerzo continuado. 

Es cuestión de aplicar la duda razonable, la crítica sistemática, el método científico de análisis y aplicar una economía intelectual que elimine todo el lastre de lo superfluo. 

Lo fácil es el eludir todo esfuerzo y acomodarse en la sinrazón.

El método científico funciona mediante la observación sistemática de la realidad, la medición y el análisis, y a continuación, después de un concienzudo proceso de prueba-error- corrección, poder deducir. 

Hay errores y de ellos vamos aprendiendo y seguimos.

Nos embarga la duda y seguimos.

Nos esforzamos y seguimos.

Nos asalta la sospecha y seguimos...

Todo esto puede llevarnos a una desconfianza en el futuro y entonces, nos cuestionamos la eficacia de la razón: la percepción y el lenguaje flaquean y trastocamos la realidad por una ficción o acudimos a un "ejercito móvil de metáforas" que diría Nietzsche. 

Quienes ceden, se sujetan a la tabla de salvación que les proporciona el instinto. Es, sin embargo, una tabla a la deriva que flota sobre las aguas tempestuosas de la sinrazón. Kant decía que la razón es una isla rodeada de aguas tempestuosas.

Acuarela. 1910 Kandinsky 


La sinrazón pone a nuestro alcance una batería de golosinas intelectuales que atraen y, con su dulzor, atrapan y crean adicción.

Madame Blavatsky con su compañero Henry Steel Olcott ambos de la Sociedad Teosófica


Caricatura de Rudolf Steiner (1925). Dibujo de Thomas Theodor Heine 


En el armario de las golosinas irracionales encontramos la Flor Azul del romanticismo, la inteligencia emocional, las ciencias brujas, lo esotérico, la magia, la superstición, los misticismos religiosos y los misticismos redivivos de Rudolf Steiner o Madame Blavatsky, la teosofía, el espiritismo, las fuerzas primitivas, el arrebato irracional, lo inconsciente, el psicoanálisis, la celebración de la violencia, los nacionalismos, el supremacismo y la eugenesia y los sueños del opio...

Todos estos señuelos son instrumentos de enajenación que el poder utiliza para dominar y mantener sus privilegios.

Y son también unas golosinas que tienen un sabor y un color que nutre a un tipo de arte que se ha deja seducir por las estéticas primitivas, preindustriales o protocristianas cuyos resultados carecen de voluntad de arte y sólo son una expresión acultural a la que acude el artista extenuado por el malestar de la cultura del que nos habla Freud cuando hace alusión a determinadas formas de sensibilidad patológica y de los límites de la racionalidad.

viernes, 10 de enero de 2025

Insomnio matutino

Giuditta II (detalle). Gustav Klimt (1862-1918)



Duermo poco. Me despierto muy pronto y cuando lo hago procuro evitar toda metamorfosis, no tengo ningunas ganas de complacer a Kafka.

Me despierto y me asomo a la terraza, miro el cielo y aspiro. A veces, el aire me regala una sensación de bienestar tan magnífica que me hace feliz, tanto que me entran ganas de volver a la cama, de acurrucarme y recuperar el sueño perdido que el insomnio me arrebató. Me arrebujo.

La felicidad es un estado pasajero.

Me esfuerzo por recuperar el sueño y me digo: no todo el universo es un desastre.

Entre las sábanas acude otra vez el insomnio, ahora es la traición del insomnio matutino.