Sin título -13- . Jackson Pollock
Tradicionalmente, el color negro se ha asociado a lo negativo, a la maldad, a lo más abyecto del ser humano y a las cosas del diablo.
Decía Monet que el negro es la muerte de las sombras.
Los impresionistas decían que el color negro ensucia y que debía desaparecer de la paleta de los pintores.
El color negro ha acompañado a las tribulaciones de los hombres y mujeres que padecen. Cosas tan negras como:
La bilis negra
La tiña negra
La tirria negra de los neoplatónicos
Los blousons noirs
La capa de Mefistófeles, el espíritu que todo lo niega.
Sin embargo, hay muchas elaboraciones humanas que me gustan y que, precisamente, son de color negro:
Las pinturas negras de Goya (1820-1823)
El caviar
El chocolate
El manto de Nuestra Señora de los Dolores
El arroz negro
La morcilla malagueña
El Autorretrato de Rembrandt van Rijn (1639)
El Narciso (1597-1599) de Michelangelo Caravaggio
La tarta Sacher
El traje negro de Coco Chanel.
Y las negras tormentas que agitan los aires también han acompañado.
ResponderEliminarY los hábitos negros han arrasado (lo que encontraban a su paso)
Y la negra espalda del tiempo, al decir de Javier Marías, ahí está.
Y las heces negras (ocasionalmente y eligiendo a individuos)
Y los negros pensamientos que han conducido a explotación, miseria y guerra, y que vuelven con ahínco ansioso.
Etcétera. Habrá que preguntar al negro zumbón.
Amigo Fackel, la negrura nos acompaña, nos tiene negros, tanto que hasta llegamos a pensar que nos espera un futuro muy negro.
ResponderEliminarAh, lo del negro Zumbón es otra cosa, con él estaba Silvana Mangano y esto es otro cantar y sobre todo otro bailar.
Salud.