martes, 3 de diciembre de 2024

Mi materialismo

L'home que sempre guanya (1960). J.M. García-Llort



En este blog, he puesto muchas entradas en el apartado llamado

materialismo, vulgaridad y técnica

Este apartado es como un cajón de sastre donde voy depositando algunas reflexiones sobre lo que veo. Ahora digo algo sobre mi materialismo, en otra ocasión escribiré sobre la vulgaridad y la técnica.


Mi materialismo es aquel que, de una manera serena, se opone a todo idealismo. 

Me conformo con la estricta dependencia de la materia. Mis pulmones materiales me permiten ir respirando más o menos bien  y mi corazón material bombea con regularidad. Incluso la materia que percibo con mis sentidos me produce alguna satisfacción, por ejemplo el color de unos tomates maduritos o el tacto del lomo de un conejo.

Estoy convencido de que en la materia se desvela el secreto del conocimiento.

Creo que mi materialismo es lo opuesto a lo que percibe el idealista que anda por ahí contemplando el cuarto menguante de la luna y que dice que los objetos no pueden existir sin que haya una mente que sea consciente de ellos. Naturalmente que soy consciente del tomate y del conejo y pienso que las ideas no existirían sin que hubiera una materia que percibir.

Idea y materia se necesitan, pero el idealismo es otra cosa, y los idealistas muchas veces entorpecen.

Yo creo que la convicción más certera y profunda que tiene el idealista son sus ganas de comer. Cuando come y calla no entorpece.