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La voz de las piedras, los sillares de granito
y el golpe monótono sobre el yunque
no han detenido el viento del norte,
ni los días ligeros de octubre,
ni el incordio de los deseos
-los deseos siempre persisten-
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En lo alto de la barbacana colocaron
unas antorchas de mercurio
y las almenas proyectaron sombras monstruosas
sobre los glifos y las acanaladuras.
Con una caligrafía de piedra y oscuridad
quedaron escritas unas palabras plateadas
sobre las murallas inexpugnables.
Con precisión geométrica
vertieron aceite hirviendo
sobre los enemigos de extramuros.
L'Horror de la guerra atenuat per les paraules adequades.
ResponderEliminarSí, amic Puigcarbó, un horror de muralles, d'assetjaments i foc.
EliminarSalut