El mar. Henri Labasque
L’amor che move il sole e l’altre
stelle
Este
es el último verso de la Divina Comedia. Dante dejó a Beatrice en el Paraíso
convencido de que el amor mueve astros, estrellas y todos estos cuerpos que
están por allá arriba.
Aquí,
en este valle de suspiros, encontramos otros motores también eficaces: la
ambición, la vanidad e altre forme di
fuoco. Son otros fuegos que suministran energía a la gran máquina del
mundo.
Los
engranajes de la máquina se van desgastando y la energía se transforma poco a
poco. Unos ven cómo su ambición va menguando y otros contemplan como su vanidad
va encajando los golpes que le propina el principio de la realidad.
La
vanidad mueve a poetastros, a artistas de la provocación, a lechuguinos que se
miran al espejo y a influencers que
se miran en la pantalla. Su engreimiento beneficia a editoriales, fabricantes
de ropa, compañías de telefonía y laboratorios de galletitas para adelgazar. Y
Beatrice, desde el aburrimiento del Paraíso, contempla cómo se divierten todos
ellos mientras se desconocen los unos a los otros.
Cuando
la ambición y la vanidad se desgastan y van cediendo el paso al anonimato, los
artistas de la palabra o de la pantalla se hacen más desconocidos y
sus corazones se llenan de melancolía. Ya no hay adulación ni likes. “No me conoce nadie” se repiten
ante el espejo.
Cuando
se meneaban por el valle de los suspiros, nadie los conocía. Había demasiados
engreídos para conocerlos a todos. Cuando el meneo mengua, el desconocimiento
se convierte en olvido.
La industria y el comercio se retroalimenta de todo tipo de expresiones y manifestaciones humanas. De la vanidad, la apariencia, la ambición, la pretensión, la soberbia, en fin, de todo o como diríamos también, de la salud y de la enfermedad. De todo se alimentan negocios y humanos unos a otros, y jamás el mercado estuvo tan multiplicado y atendiendo -business is business- no solo las necesidades y pseudonecesidades de cada individuo, sino generándolas incluso. Nunca sujeto y objeto se fundieron tanto como en esta época. Y los "artistas" de la palabra, la imagen o las redes son el elemento añadido de las últimas décadas, a las que se sumará la IA dispuesta que el individuo sea menos individuo propio y más ajeno, lo que Marx llamaba alienado que, hoy día, no es cuestión solo laboral sino de cualquier clase de conducta a la que te entregues sin reservas. Un abrazo.
ResponderEliminarAmigo Fackel, se compran y se venden los productos y los deseos humanos. El vanidoso está dispuesto a pagar para satisfacer su vanidad, lo mismo que los soberbios que en un arrebato de su soberbia pagarían lo que fuera. Se paga y se trafica con la ambición, la pretensión... todo son bienes para comercializar como la educación y la salud. En la economía clásica ya se trata de los bienes y necesidades de todo esto y precisamente aquí se pone en marcha el motor y cuando estas necesidades pierden fuelle, pues se vuelve a inflar la maquinaria creando necesidades nuevas.
EliminarSalud
Nos pones un cuadro muy bonito de un pintor que no conocía y tiene pinturas muy cálidas, en lo que he llegado ver. Para mi el amor es la inercia natural de la vida, aunque el temor siempre acecha y en bastantes ocasiones nos agua la fiesta por desgracia.
ResponderEliminarEn cuanto a otros motores, a mi me parece que la gloria de cara a los demás es una aspiración muy triste pero allá cada cual. El tiempo suele poner las cosas en su sitio y aunque a veces no nos hace mucha gracia, normalmente se cosecha en razón a lo sembrado.
Buena jornada por delante Francesc, besos!!
Querida Ana, Henri Labasque es un pintor muy sensible.
EliminarEl amor mueve muchas cosas, la metáfora de Dante es perfecta. Yo añado otros deseos humanos -positivos o negativos, según se mire- pero en todo caso motores que bien engranados hacen que el mundo gire y nosotros vamos subidos a la rueda. Cada cual elige y según su elección será su recolección.
Besos
Hoy, ¡mira tu, que cosas!, pensaba en algo similar. He leído una portada de un diario en el que el Sr Rufian manifestaba:" El precio a Sánchez tiene que ser consensuado entre Junts y Er", me ha dado asco.
ResponderEliminarUna persona que tiene en su haber unos minutos de gloria y que habla de "hacer pagar", no de pedir, consensuar, dialogar, permitir, enhebrar, corregir, retocar, unir, hablar, platicar, cambiar ideas..., no habla simplemente desde la soberbia, del que tiene la caja del cobro. Habla de hacer pagar si quieres que España funcione te vamos a cobrar el precio que nos salga de los arcos.
Tipos como este, con declaraciones como esta, demuestran el vacío, lo banal, lo transitorio, lo poco formados y lo prescindibles que son. Cuando no esté, que será pronto, nadie se acordará de él, ni como político, ni como persona, pues sus actos van acompañados de su ideología.
Es otro que se menea en el valle de los suspiros.
Salut
Miquel, veo que tú pensabas en estas cosas y lo escorabas a lo político. La verdad es que el panorama da mucho asco. Como tú dices las declaraciones que oímos son banales. Todo pasa tan deprisa...
EliminarUn fuerte abrazo
El mundo lo mueve la ambición, el deseo de poder,la avaricia,no creo que sea el amor a una mujer,como en el caso de Dante.No hay nada más que ver,la cantidad de divorcios y la lacra del asesinato machista(poco amor hay en ello).
ResponderEliminarEl cuadro impresionista muy acertado,para estos calores.
Saludos
Sí, Car res, el mundo lo mueve el deseo, tal como tú dices. El amor también es un motor, al fin y al cabo entre la provisión del pan y la perpetuación de la especie, anda la cosa.
EliminarEsta pintura de Henri Labasque parece adecuada para estos días tan calurosos.
Saludos
Un bonito cuadro de un pintor que me gusta.
ResponderEliminarMe refiero ahora a tu penúltimo párrafo. En un plano más casero, una compañera y sin embargo amiga mía del instituto, donde era un ser bastante anónimo, se trasladó a otro. Allí llegó a Jefa de Estudios (la que confeccionaba los horarios de alumnos y profesores, se estudiaba las bajas médicas, todo eso) y estaba encantada; todo eran parabienes, sonrisas y peloteo. Creía que era por su carisma personal. Pero llegó otro director y se le acabó "el mandato". Al poco tiempo, me contaba decepcionada: «Estoy un poco depre. Ya nadie me sonríe, todo el mundo me ignora».
Saludos.
Labasque es un gran artista.
EliminarMuchos tienen que tragarse su engreimiento cuando se dan cuenta que nadie les hace demasiado caso.
Salud
Hola, Francesc:
ResponderEliminar¡Ah, la vanidad! ¿Qué haríamos sin esa musa los engreídos? Ah prejuicio de muchos (bueno, de unos cuantos) debería llamarme “Narciso” y bendecirse el suelo que piso (sí, también me prejuzgan de endiosado).
Me encantan la vanidad y sus ferias, nada que ver con la vulgaridad de los círculos del Infierno. Aunque… deberían prohibirse los espejos y borrarse los recuerdos; ya que al ver mi reflejo en espejos o acciones mi vanidad se desvanece y me invada una vulgaridad infernal.
Gran texto el que nos regalas, Francesc. Disculpa mi prosa ditirámbica inspirada por su lectura.
Ya ves, Nino, he considerado la vanidad como uno de los motores del mundo y lo hago sin hacer juicios de valor. No quiero meterme en pecados o virtudes.
EliminarCoincido contigo "deberían prohibirse los espejos" sobre todo cuando uno tiene más de cincuenta años.
Salud
Tienes razón, mi querido FRANCESC, a este motor lo mueven muchos motores, parecidos a los de búsqueda de Internet solo que no tienen bits con los que alimentarse, se alimentan como bien dices de energía positiva de la que el amor es la de mayores octanos, sin ninguna duda y por eso Beatriz hizo de motor a Dante que inspirado en ella, que además de en la Divina comedia, existieron de verdad en Florencia, aunque a penas se cruzaron sus vida y tantos y tantos artistas que enamorados del amor, desplegaron todo su saber hacer, para disfrute de todos los demás y el mundo se multiplicó exponencialmente como lo ha hecho, aunque mucho me temo que ahí las más de las veces más que fruto del amor, fue fruto del deseo, apasionamientos y demás apetitos inspirados en la carne y no precisamente la de comer. Después están los motores negativos, todos estos otros que comentas y que alimentan la parte más prescindible del ser humano, que a diferencia del resto de los animales, debemos alimentar eso que tenemos que se llama ego y que algunos lo tienen tan sobrealimentado que no les cabe por las puertas. Por eso en las últimas décadas el comercio y las redes sociales han explosionado de la forma en la que lo han hecho. Los listos de este Planeta saben que la vanidad y ambición humana no tienen límite y gracias a esto, inventan mil y una manera de tenernos enganchados para que estos motores propulsores no dejen de funcionar y sus cuentas corrientes no dejen de crecer, en fin me ha parecido precioso y refrescante el cuadro y tus letras tan inspiradas. Debo decirte, que te sienta de maravilla el verano : )
ResponderEliminarUn beso grande FRANCESC, que tu motor siga rugiendo tan bonito como lo hace aquí ; )
Querida María, el amor es un motor potentísimo, con su fuerza activa los mecanismos de la perpetuación de la especie. Y nosotros con unas ganas siempre tremendas de trascendencia, idealizamos y somos capaces de escribir los poemas más encendidos para calentar cualquier secreción interna o como Dante capaces de construir uno de los monumentos más hermosos de nuestra cultura. El amor ha dado frutos benignos: fresas jugosas dulces de saborear, complicidades que duran toda la vida hasta la hora fatal, hijos que hacen lo que deben hacer y bellísimas obras de arte.
EliminarOtros motores como la codicia y la vanidad producen pingües beneficios y crean muchos puestos de trabajo. También hay que decir que estos motores que nuestra moral califica de negativos, han dado felicidad a mucha gente. ¡Qué felicidad la del poetastro engreído que ha conseguido publicar su poemario! ¡Qué felicidad la del aficionado a los negocios que consigue con sus trapicheos atropar algún eurillo, y después se cree el rey del mambo! ¡Qué felicidad más grande la del nuevo rico que gracias a su incultura se siente feliz en un “resort” del Caribe, sumergido en una piscina tomándose una copita de vino espumoso! Y con todas estas memeces nos pretenden enganchar a todos.
Abrazos mil.
La vanidad y la ambición suelen atemperarse con el tiempo...
ResponderEliminarAmigo Luis Antonio, el tiempo va poniendo las cosas en su sitio. La desilusión desacelera el motor.
EliminarSaludos