No sé si Daniel Libeskind se ríe del mundo o si engaña a los hombres y mujeres que han de ocupar los edificios que proyecta este arquitecto polaco-judío-estadounidense.
Este colega mío, que es un poquito mayor que yo, estudió
música y luego se pasó a la arquitectura, no sé si tocaba el trombón o el
acordeón. Seguramente que, si se hubiese dedicado más a su instrumento, ahora
estaríamos todos un poco más tranquilos. En definitiva, cuando el acordeón
calla, pues calla, pero cuando un edificio se ha levantado, allí queda,
estropeando el paisaje.
Con unas ganas tremendas de pinchar el cielo, Libeskind
proyectó cosas como estas:
En realidad,
ResponderEliminarno habla de
arquitectura
vintage o
moderna,
sino la que
hay , que
es lo de
hoy .
Puro espectáculo.
EliminarSe ma da, no entiendo de arquitectura, pero se me da, de que no cumple con la premisa básica:
ResponderEliminarconvençut que l'arquitectura ha d'estar al servei de les persones.
Un abrazo
Miquel, yo creo que muchos de los arquitectos de "campanillas" están convencidos de que la arquitectura sólo está para satisfacer su vanidad.
EliminarAbrazos
Normal que no te guste, mi querido FRANCESC, la llamada "arquitectura emocional" de Libeskind ya sabemos que choca frontalmente con tu reflexión y racionalidad. Su geometría abstracta, su empeño por romper la ortogonalidad de los edificios, sin contar la complicada funcionalidad interior la aleja a las antípodas de la concepción práctica de tu arquitectura, pero a la gente, a "alguna", le gustan las excentricidades, eso de ver salir disparada una arista hacia el cielo como cuando surgía las estructuras octogonales del mundo de la criptonita de Supermán, rechifla a los que dicen sentir el movimiento y energía de los edificios de este judío, que además ha sido profeta en su tierra, aunque no esté muy seguro que exista, porque muchos de los museos vanguardistas judíos llevan su sello, intentando dar forma, corporizando ( no sé si existe esta palabra : ) la memoria sobre los acontecimientos más traumáticos para la humanidad contemporánea, el Holocausto y el 11-S ... en fin, no me atrevo a opinar sobre algo que excede de mis conocimientos, pero sí debo decir que resulta apabullante, quizá tengas razón puro espectáculo, cierto, pero un espectáculo apabullante ... eso sí, tan polémica su obra como la piramide de cristal que Ming Pei plantó frente al Louvre, pero tras el asombro incial, ya nos hemos acostumbrado ¿ a que sí? ; )
ResponderEliminarAbrazo fuerte, FRANCESC amigo ( me ha encantado esta expresión tuya) mil gracias!
María, has adivinado, lo que hace este arquitecto no me gusta, esto de ir pinchando el cielo es algo que me parece agresivo.
EliminarRomper la ortogonalidad así, porque sí, no tiene otra justificación que buscar un espectáculo de las formas gratuitas, además, desde el punto de la sostenibilidad, del mantenimiento del edificio, de la funcionalidad, de la economía, de la complicación constructiva, etc. es una majadería.
Todos estos que buscan la energía del movimiento de los edificios les aconsejaría que vieran el resultado de los movimientos sísmicos, estos sí que tienen energía. El espectáculo, es como tú dices, apabullante.
Abrazos mil
No soy fan de lo puntiagudo, que parece gustarle a Libeskind. Sin duda el impacto es algo que le atrae, quien sabe qué podría haber hecho de seguir en la música.
ResponderEliminarEsa cara de haber hecho una fechoría es buenísima jajajajajaja hasta casi le perdono que le dé por pinchar el cielo.
Besos Francesc!!
Querida Ana, estas formas puntiagudas son agresivas, todo en la arquitectura de Libeskind es gratuito, sólo obedece a su afán desmesurado de vanidad y espectáculo. ¡Cuánta humildad se necesita hoy en la arquitectura!
EliminarBesos
No sé si Tezanos y el CIS socialista, como Libenskind, se ríen del mundo o si engañan a los hombres y mujeres que han de votar... Ha vuelto a pasar. Menos mal que las urnas han dado la espalda a la dictadura fascista del PP, de todos conocida, y ahora, dando gracias a Dios, el señor Sánchez, el PSOE, podrá formar un gobierno con los comunistas, los terroristas, los golpistas y con la guinda, con el maravilloso poder decisorio de CARLES PUIGDEMONT, cuyo apoyo, con abstención o lo q
ResponderEliminarPitt, son como los arquitectos de "campanillas", los políticos se aprovechan de la burocracia y el espectáculo y se ríen del personal. Van a sus intereses pisoteando lo que haga falta.
EliminarSalud
Otro que se ríe de España, de los hombres y mujeres de nuestro país es Puigdemont, con el consentimiento del comunismo y del ultraizquierdista Sánchez ante la inmovilidad del PSOE que lo aceptará para continuar con su destrucción nacional. Con gran impotencia y rabia imagino como se nos ríen en Cataluña por nuestra pasividad y como se regocijan de nuestra pérdida absoluta de dignidad como españoles de paz. Solo espero que no les salga gratis esta afrenta, ni a la izquierda ni al independentismo porque la paciencia es un árbol de raíces muy amargas pero de frutos muy dulces. A toda hibris le llega su némesis.
ResponderEliminarSaludos.
¡Ay, Pitt!, ya ves, desde Bélgica, un fugado, marcando los pasos de todo un país que parece querer estropearse.
EliminarHabrás comprobado que el resultado de las elecciones han demostrado una caída espectacular de los partidos independentistas. Te aseguro que en Cataluña no nos reímos de España, muchos admiramos su cultura y amamos a nuestros hermanos.
Saludos
Por supuesto, me refiero a la política que, al fin y al cabo, es la que marca nuestros designios.
EliminarSaludos.
Hay cosas de las que expones, que me gustan. Las figuras poliédricas que recuerdan a los sistemas de cristalización, sobretodo en el sistema regular, de las que supongo ha copiado.
ResponderEliminarPero no se debe olvidar el interior, los espacios condicionados por esos figuras, es otro asunto, quizás el más importante. Hoy día prima lo diferente, lo exclusivo, para la fotografía.
Saludos.
Amigo Car res, no sé si Libeskind ha copiado de la cristalización de los minerales o si se trata de poliedros de estos que se dibujan en la asignatura de Geometría Descriptiva de primer curso de carrera, el caso es que estas formas son rebuscadas y dan unos interiores incómodos, la complicación no sirve más que para dificultar los sistemas constructivos, el mantenimiento de los edificios, encarecer el coste de la obra y atentar contra la sostenibilidad. Es lo que tú dices, lo que importa es la foto y el oropel.
EliminarSaludos
Yo que busco ser pragmático ante todo, dudo mucho de la funcionalidad de estas construcciones. Más bien pienso que estan dedicadas a quien las construye y a quien financia esto, que normalmente lo hace con dinero que no es suyo, quizas el "quid" de todo es lo último, que no lo pagan de su bolsillo.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Daniel, estos edificios sólo sirven para satisfacer la vanidad del diseñador y del promotor, público o privado. Son un espectáculo carísimo de márquetin.
EliminarSaludos